Desde la ventana del baño de mis padres se veía la Luna. Me gustaba observarla cuando me bañaba en las noches de calor antes de ir a dormir. Siempre fui una persona con una imaginación muy grande, así que platicaba mucho con ella y con una estrella que aparecía y desaparecía según el día.
Les decía sobre lo que me había pasado en el día, sobre mis deseos y les pedía que nunca dejaran de brillar para mí. Como si esa fortuna fuera solo mía.
La belleza de la Luna siempre ha encantado a la humanidad, pero no solo eso, la hemos observado y aprendimos que su presencia tiene fuerte influencia en varias cosas que suceden aquí en nuestro planeta.
La Luna está a una distancia promedio de unos 38 mil 400 kilómetros, pero se acerca y aleja debido a la trayectoria de su órbita. En esa distancia más o menos caben unas 30 tierras y, aunque es más pequeña que la Tierra, tiene una enorme fuerza.
Por ejemplo, las mareas del mar suben o bajan debido a la posición de la Luna con la tierra y por la fuerza de atracción con la tierra, entre más cerca de la Tierra más “brava” la marea.
Entonces podríamos decir que la Luna está a la distancia perfecta para mantener cierto equilibrio. De hecho, la Luna también intervino en la formación de la vida en la tierra. Hace varios millones de años la tierra chocó con gran fuerza con un planeta que como resultado formó la Luna y cambió la química de nuestro planeta, y fueron precisamente las mareas, fundamentales para crear el famoso caldo primitivo que originó la vida.
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Además, muchas culturas desde tiempos ancestrales observaron la naturaleza y cómo la Luna interviene en los ciclos de vida de los organismos. Por ejemplo, cuando hay luna llena y todo se ilumina es más fácil detectar depredadores que cuando hay una luna nueva y es todo oscuridad.
Así también las diferentes fases lunares influyen en los ciclos de siembra de varios cultivos. La luna es mucho más que esa esfera hermosa y brillante que nos encanta ver para buscar al “conejo” que forman sus cráteres, es un satélite fundamental que mantiene el equilibrio de la vida en la Tierra.