La inteligencia artificial (IA) está revolucionando la forma en que vivimos, trabajamos y nos comunicamos, abriendo una nueva era del conocimiento y el empleo. En la entidad, herramientas como ChatGPT o Midjourney están dejando de ser palabras de otro mundo e incorporándose a la cotidianeidad de quienes han visto en ellas la posibilidad de ser más eficientes en el trabajo, pero también una posible amenaza a mediano y largo plazo.
Para Joaquín López, encargado de la contabilidad de una empresa viverista en la región de Cocoyoc y que ha trabajado como docente en el nivel medio superior, la IA no es un invitado nuevo en su carrera, sino que lleva años ahí, a cargo de gran parte de su trabajo, a través de programas como CONTPAQi, un software de contabilidad y administración financiera que brinda herramientas para la gestión de facturación, nóminas, recursos humanos y otros aspectos de la gestión empresarial; y SAP, otra de las plataformas de gestión empresarial más utilizadas en el mundo.
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“Por eso los contadores públicos ahora estudiamos más y el campo de toma de decisiones y análisis es lo valioso de un contador”, dice Joaquín y destaca que, aunque la IA puede realizar análisis matemáticos complejos, aún no puede entender aspectos intangibles como los deseos humanos.
Un desafío en el mundo laboral
La llegada de ChatGPT en 2022, un modelo de lenguaje desarrollado por OpenAI basado en la arquitectura GPT-3.5 y a partir de 2023 en GPT-4, trajo consigo una pregunta que puede tornarse incómoda: si la IA puede elaborar ensayos, resolver ecuaciones y sugerir estrategias de marketing como lo haría un humano, ¿podría desplazar al hombre en el ámbito laboral?
Por un lado, la automatización y la optimización de tareas mediante la inteligencia artificial puede liberar tiempo y recursos para que los trabajadores se enfoquen en tareas más valiosas y creativas. Pero las preocupaciones podrían estar justificadas, especialmente en industrias como la manufactura, los servicios financieros, el transporte y la logística y la atención médica.
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Para Emmanuel Orozco, profesor investigador del Centro de Investigación en Sistemas de Salud del Instituto Nacional de Salud Pública, la IA ya ha transformado la salud pública.
“Ha sido fundamental en el manejo de Big Data y en el análisis de enormes cantidades de información en tiempo real, lo que ha permitido un avance significativo en la investigación y el monitoreo epidemiológico”, explica el investigador, para quien estas herramientas siempre serán eso en la medida en que sean programadas para cumplir con objetivos específicos.
Joaquín López, en cambio, tiene otra opinión: “Los programas son más sofisticados, pueden hacer cosas de mayor complejidad como análisis de variación y toma de decisiones. En un futuro, la IA podrá reemplazar al hombre en casi todos los ámbitos”, explica el contador, quien considera necesario legislar para que la inteligencia artificial esté al servicio de la humanidad y no la reemplace.
Herramientas a nuestro servicio
Actualmente hay una gran variedad de alternativas de IA disponibles para usuarios de diferentes niveles y necesidades. Estas herramientas van desde asistentes personales virtuales, como Siri y Google Assistant, hasta plataformas de aprendizaje automático y analítica de datos, como IBM Watson y TensorFlow.
Una herramienta de IA que ha ganado popularidad en los últimos años es Chatbot, un programa informático que simula conversaciones humanas y puede ser utilizado en atención al cliente, ventas y marketing. Estos chatbots pueden integrarse en sitios web y aplicaciones de mensajería, facilitando la interacción con los clientes y mejorando su experiencia.
Otra área en la que la IA está haciendo una diferencia es en el diagnóstico médico. Algoritmos de aprendizaje profundo pueden analizar imágenes médicas y detectar anomalías, como tumores o signos de enfermedades, con una precisión que rivaliza con la de los profesionales médicos. Esto no solo agiliza el proceso de diagnóstico, sino que también permite a los médicos dedicar más tiempo al tratamiento y cuidado del paciente.
En el ámbito de la educación, la IA puede personalizar el aprendizaje y mejorar la eficacia de los programas educativos. Plataformas de tutoría inteligente, como Querium y Carnegie Learning, adaptan el contenido y el ritmo de enseñanza a las necesidades individuales de cada estudiante, permitiendo un aprendizaje más eficiente y efectivo.
A la par del surgimiento de nuevas tecnologías, el futuro más prometedor es el que podría ofrecer nuevos empleos relacionados con la IA, en una relación simbiótica, como científicos de datos, ingenieros de aprendizaje automático y especialistas en ciberseguridad. Para Emmanuel Orozco, las posibilidades no tienen por qué ser negativas:
“Hay muy buenas expectativas, en mi opinión. Lo que creo que sí nos toca es ver las áreas de desarrollo potencial en el corto plazo y, obviamente, de aplicaciones ante estos temas”.
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