Ian: un joven de Jalisco que a los 15 años va por su segundo doctorado

Ian González fue invitado especial en la Cumbre Mundial del Conocimiento que se desarrolló en Cuautla; ahí compartió su experiencia de ser un joven superdotado, amante de la microbiología

Óscar García / El Sol de Cuautla

  · lunes 25 de noviembre de 2024

Ian fue el invitado de honor en la Cumbre Mundial del Conocimiento que se desarrolló en Cuautla. / Óscar García / El Sol de Cuautla

Ian González Santos, un joven jalisciense de 15 años, es un prodigio intelectual que a su corta edad ya estudia un doctorado. Nacido en Puerto Vallarta, Ian fue invitado especial en la Cumbre Mundial del Conocimiento en Cuautla, donde recibió la banda como presidente del parlamento juvenil.

Acompañado de su madre, Sandra Santos, Ian compartió su historia de cómo inició sus estudios a los 5 años y rápidamente se dio cuenta de que los programas de primaria no satisfacían sus necesidades de aprendizaje, pues desde los 2 años había empezado a leer.

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Al ingresar a la escuela, Ian ya se apasionaba por la hematología y la microbiología, y leía constantemente sobre estos temas.

Su pasión por el aprendizaje lo llevó a estudiar cada vez más para seguir aprendiendo en niveles muy por encima de su edad. Actualmente, Ian estudia un doctorado y es un ejemplo inspirador para jóvenes de México y el mundo.

El joven fue uno de los invitados especiales durante la Cumbre Mundial del Conocimiento que se realizó en Cuautla, donde durante la ceremonia inaugural recibió la banda como presidente del parlamento juvenil, ante cerca de 300 jóvenes estudiantes que asistieron de los niveles de secundaria y medio superior.

Se convierte en universitario a los 9 años

Ian comentó que desde los 5 años inició sus estudios en el nivel primaria, sin embargo, se dio cuenta que los programas de este nivel no satisfacían sus necesidades de aprendizaje.

Me apasionaba mucho la hematología y la microbiología, leía muchos libros desde edad temprana, por lo que le dije a mi mamá que no era suficiente lo que me enseñaban en la primaria y tenía otras necesidades y gustos mucho más avanzados, por lo que me retiró de la primaria y cursé todo el nivel básico por examen, incluida la preparatoria.

A los 9 años, el todavía niño ingresó a la universidad en su natal estado de Jalisco, alcanzando al fin el nivel educativo donde se sentía a gusto.

“El entrar a la universidad fue un proceso muy difícil con maestros y compañeros, algo indescriptible por la edad, pero era donde quería estar, era mi sueño; a raíz de eso tenía más hambre de conocimientos y estudié una maestría y actualmente estoy en un doctorado”.

Su elevado nivel intelectual ha llamado la atención de planteles educativos de nivel superior, al grado que ya lo han invitado a seguirse preparando en sus aulas, como ocurrió con el Tecnológico de Monterrey, y también recibió la invitación para estudiar un doctorado en la Escuela Superior de Educación Física de Cuautla con una beca al 100 por ciento, según dio a conocer el rector de esta institución educativa, Jesús Alberto Martínez Barrón, anfitrión la Cumbre Mundial del Conocimiento Infantil y Juvenil.

Ian no descarta venir a Cuautla pues también dentro de sus aficiones se encuentra el practicar el atletismo donde tiene ya varias competencias en pruebas de velocidad, en las distancias de 100 y 200 metros planos.

Quiero apoyar a mi país, quiero que todos estos conocimientos que he adquirido se apliquen para curar enfermedades como son las neurodegenerativas, algo que está afectando mucho a la población.

El orgullo de tener un hijo superdotado

Sandra Santos, madre de Ian, reconoció que su hijo y muchos otros jóvenes que están en la sombra necesitan ser apoyados por las autoridades federales para aprovechar su desarrollo en bien del país.

“Me encantaría que nuestra presidenta (Claudia Sheinbaum) sepa que existen niños como él y que se requieren modificaciones en las leyes para recibir apoyo económico y también el reconocimiento, porque hay muchos jóvenes que tal vez están en las sombras y que requieren ser apoyados porque aman el conocimiento y son buenos ejemplos”.

Comentó que su hijo a los 3 años leía ya muy fluido; “y fue significativo en él que desde el año y dos meses ya hablaba sin errores de sintaxis, tenía mucho vocabulario para su edad y eso le llamaba la atención a las personas; después nos dimos cuenta que para le era muy fácil absorber conocimientos, había muchas cosas que yo no sabía de dónde lo había aprendido pues era muy autodidacta, por lo que para él es muy sencillo y muy natural el aprender”.

Dijo que su hijo seguirá estudiando, y el proyecto es tomar un segundo doctorado, pero tienen limitantes económicas.

”Realmente es una gran inversión, un gran gasto, pero ya lo invitaron a un segundo doctorado para que no se vaya de México y se quede a trabajar aquí en su pasión, que es la edición genética”.