¡El valiente! ¡La sirena! ¡El catrín! ¡Lotería! Ay, cuánta nostalgia. Quién no ha jugado una y otra vez la lotería.
Y como México es único y mágico, uno de sus tradicionales juegos de mesa es la lotería, tanto que se ha vuelto parte importante de la cultura mexicana.
Este divertido y sencillo juego se puede jugar en cualquier momento y época del año. Con los amigos o la familia, no importa. El chiste es pasarla bien y gritar ¡Lotería! Pero, ¿alguna vez te has preguntado cuál es su origen? Sigue leyendo porque te lo diremos... por cierto, no olvides los frijolitos.
¿Cuál es el origen de la lotería mexicana?
El juego original nació en Italia en el año 1400. Recibía el nombre de "Lotto", cuya regla eran sacar cinco números de un total de 90 y cada uno poseía una imagen.
La sirena: Medio cuerpo de sirena, medio cuerpo de mujer.
Se cuenta que la lotería, o el Lotto, llegó a México durante la Guerra de Independencia en los años 1810 y 1821. Era un pasatiempo muy común entre los soldados, pues los ayudaba a pasar los días difíciles.
Sin embargo, el juego lo trasladaron a sus casas y así, entre los diversos pueblos de México, se fue extendiendo hasta convertirse en lo que hoy es.
LEE TAMBIÉN Itacates: La garnacha típica de Tepoztlán que conquista paladares
¿Quién diseño la lotería Mexicana?
La lotería mexicana se fue modificando poco a poco y adoptando iconos que representaban a la sociedad mexicana.
Tal cual la conocemos actualmente fue diseñada por el empresario francés Clemente Jacques, quien en 1887 reimprimió el juego con imágenes que reflejan la tradición mexicana.
Los versos de la lotería mexicana:
Este tradicional juego no solo se quedó con un diseño único. El ingenio mexicano y creativo de Samuel Juárez Martínez, originario de Cárdenas, San Luis Potosí, lo hizo crear 54 versos para cantar de manera especial la lotería. Aquí te dejamos algunos versos especiales:
- El gallo: El que le cantó a San Pedro, no le volverá a cantar.
- El diablo: El diablo son las mujeres, cuando se quieren casar.
- La dama: La chula de Severiana, un tacón, quería empeñar.
- El catrín: Don Ferruco en la Alameda, su bastón quería empeñar.
- El paraguas: El paraguas quitasol.