“Quien viene a Cuernavaca y no prueba los Helados Virginia no conoce a Cuernavaca”. Esta frase se popularizó en la década de los 60.
Y es que el clima de Cuernavaca siempre te invita a buscar formas de refrescarte y qué mejor que con un helado de mucha tradición y gran sabor.
Helados Virginia se ubicó por primera vez en el bulevar Benito Juárez, en el centro de Cuernavaca. Su logotipo se caracteriza por una "V" en forma de barquillo de helado que forma la palabra "Virginia", acompañado de cinco bolas de helado y las ies también formaban conos de helado.
Pese a la popularidad que alcanzó entre las décadas de los 70 y 90, la famosa heladería no siempre contó con un establecimiento.
En 1948, la señora Virginia Reyes Carranza vendía nieve de limón, su especialidad.
De acuerdo con Gabriel Morán, uno de sus hijos, su padre, quien de pequeño vivió en Santa Mónica, un pueblo en Hidalgo, cerca de Pachuca, trabajó con una familia inglesa que se dedicaba a la elaboración de helados, con quienes aprendió el oficio.
Luego de conocer a la señora Virginia llegaron a boulevard Juárez a vivir a una vecindad, donde todos los días el señor salía con su tina de nieve, mientras que la señora Virginia se quedaba en casa y a las fueras de su zaguán colocaba su tina con nieve para también vender ahí.
“Poco a poco mi mamá, con su carisma para las personas, se ganó muchos clientes con el helado de limón, después les empezaron a pedir más sabores, y en 1964, como ya conocían a mi mama y la nieve, les pidieron rentar un local en esa avenida, ya con más sabores, después de 1964 mis papás tuvieron más clientes y más sabores”, explica Morán Reyes.
Gracias al éxito, también adquirieron la tradicional frase de convertir frutas en helado, incluido el elote, el cual es uno de los sabores más pedidos. En el menú también agregaron sabores de mandarina, aguacate y zapote, considerados en esa época como "exóticos".
Señaló que son reconocidos a nivel nacional por sus helados “de garrafa”, es decir, aquellos que están hechos de manera 100% natural, sin agregar saborizantes artificiales, conservadores o cualquier tipo de base, a fin de conservar su forma artesanal para elaborarlos.
Además de las miles de personas que visitaron la nevería, también hubo artistas que se volvieron clientes como Paco Malgesto, Flor Silvestre, Xavier López Chabelo, Agustín Lara, Angélica María, Jacobo Zabludovsky, Silvia Pinal, Mijares, Emmanuel, y luchadores como Blue Demon, El Santo, Araña de Morelos y El Zodiaco.
“Para nosotros siempre ha sido muy importante la sociedad de Cuernavaca y todos nuestros clientes que se volvieron amigos a lo largo de los años, por eso tratamos de seguir manteniendo el mismo producto y calidad que la gente conoce”, asegura.
Dentro de los recuerdos de muchas personas de Cuernavaca hay alguno que vivieron en Helados Virginia.
“Allá por los 70 llevaba a mi novia, (a la sucursal) que estaba en bulevar Benito Juárez, muy cerca del seguro social… bueno, a mis novias”, recuerda Luis Cruz.
Víctor Anguano aún recuerda los inicios de la famosa heladería "Los conocí en una como vecindad, en bulevar Juárez, y se empezaron a hacer famosos cuando sacaron su deliciosa nieve de elote, ¡fue un hitazo!".
"De pequeñita iba al IMSS de bulevar Juárez y el señor estaba a las seis de la mañana haciendo su nieve en un bote dentro de una tina con hielo y sal, y estaba rotando con mucha fuerza, aún lo recuerdo con su sombrerito preparando la nieve, así empezó en su patio, no tenía barda, era muy trabajador”, recuerda Alicia Díaz.
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