Con una población de poco más de cinco mil habitantes, Amayuca es un pueblo que debes conocer. Su gastronomía y la alfarería que se realiza en este lugar, ubicado en el municipio de Jantetelco, sin duda son imperdibles del estado de Morelos, pero ojo: debes saber que si lo que quieres es venir a comprar macetas, los domingos la mayoría de los locales están cerrados.
Una vez que estés en el lugar, dirígete al paradero de comida que se encuentra en la carretea federal México-Oaxaca, donde podrás degustar gran variedad de antojitos mexicanos, como picaditas, quesadillas y no puede faltar la tradicional cecina de Yecapixtla.
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En esta comunidad, la alfarería es la principal actividad económica, por lo que es la zona más importante del municipio, al contar con al menos seis talleres dedicados a la elaboración de macetas y diversos artículos de barro.
Uno de estos talleres es el Del Tío, ubicado a 500 metros de la glorieta de Amayuca, en la carretera local Amayuca - Zacualpan de Amilpas. Este es uno de los lugares donde realizan macetas de todos los tamaños con barro y arcilla para todos los bolsillos.
Durante varios años Justino Romero Rosas y su familia se han dedicado a la alfarería; recolectan la tierra que les ayuda elaborar el barro que utilizan para la manufactura de las macetas, que se realizan en un tiempo estimado de cinco días.
Ellos trabajan de lunes a sábado, y como gran parte de los negocios de la zona, cierran los domingos, días que dedican a descansar y dejar reposar las piezas para que el lunes las metan al horno y concluya el proceso de elaboración.
Para trabajar el barro lo primero que se hace es llevar la tierra a una zona y con agua comenzar a elaborar la arcilla hasta que quede una masa color negra que trabajan con los pies para poder moldearla y dejarla lista.
Posteriormente, el alfarero pasa una cantidad de arcilla a un módulo en el que trabajarán los diseños y tamaños de las macetas.
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Romero Rosas precisó que después de que se deja reposar la arcilla por uno o dos días, comienza la creación de la maceta, que, tras darle forma, se deja reposar bajo la sombra por uno o dos días y después se le da una pasada más para pulir y quitar detalles. Una vez que esté lista la sacan por un día a la intemperie y posteriormente, dos días después, pasa al horno para sacarla a la venta.
“Tenemos macetas de todos los gustos o las personas pueden venir y pedirnos sus propios modelos y nosotros los elaboramos; nos adecuamos a los tamaños y sus precios, ya que tenemos macetas desde 25 pesos y hasta 600”, explicó.
Refirió que además también trabajan con arcilla algunos modelos que les piden para casas que construyen para darle algunos toques a torres, bases, de manera artesanal, lo que ha permitido que personas de estados como Puebla, Estado de México y Morelos lleguen a buscarlos para comprar sus productos y llevar a revender a sus municipios o comunidades de origen.
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