José Manuel Rojas: Un entusiasta del ciclismo en Ayala

Pese a su discapacidad, José Manuel Rojas aún mantiene su entusiasmos por el ciclismo, motivo que lo llevo a adaptar una bicicleta para salir a recorrer las calles de Ayala

Emmanuel Ruiz / El Sol de Cuautla

  · domingo 26 de mayo de 2024

José Manuel anda en bicicleta por el centro de Ayala. / Emmanuel Ruiz / El Sol de Cuautla

La vida de José Manuel cambió drásticamente cuando tenía 26 años, cuando un accidente con cables de alta tensión provocó que sus brazos quedaran totalmente calcinados y los perdiera.

José Manuel era un joven entusiasta del ciclismo: le encantaba salir a recorrer los pueblos cercanos a Ayala, maravillarse con los paisajes de la región. Cada fin de año, salía en caravana a la Basílica de Guadalupe: "Antes manejaba mucho, nos íbamos a la Basílica, a peregrinaciones".

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La bicicleta quedó arrumbada en un rincón de su casa, hasta que la olvidó por completo. Cada año, cerca de 15 mil personas en México sufren amputaciones y solo una de cada diez tiene acceso a una prótesis. José Manuel pertenece al grupo de los nueve, así que, cuando la añoranza por el pasado lo llevó a decidirse por el ciclismo una vez más, tuvo que buscar la manera de adaptar su bici.

"Me surgió la idea, más o menos, de cómo poder manejarla. Con un compadre que tengo, que se llama Enrique. Fuimos adaptándola, aunque él hizo el trabajo", explica José Manuel.

José Manuel saluda a habitantes de Ayala mientras anda en su bicicleta. / Emmanuel Ruiz / El Sol de Cuautla

La bici de José Manuel

Es una bici BMX con un manubrio extendido que le llega hasta los hombros. La adaptación le permite acomodarse sobre el manubrio y moverlo hacia los lados. Obviamente, tiene sus limitaciones: al pasar los topes, el brinco hace que sus hombros se despeguen del manubrio.

"No es complicado, pero, al pasar topes o piedras, cuando brinca la bici, se chispan los brazos y ahí es cuando medio siento que podría caerme, pero hasta ahorita no ha pasado nada", dice José Manuel.

Mucha gente lo conoce. Cuando sale a rodar, le gritan a cada esquina. Es de la Abelardo L. Rodríguez, lugar ubicado entre cerros, cerros entre cultivos de caña, ejote, canales de agua y paisajes que muchos ciclistas vienen a buscar cada fin de semana. José Manuel extraña andar con ellos, así que este sábado, 25 de mayo, decidió unirse a una rodada 27 años después del accidente.

"Ando aquí, animando a los chamacos, y también ellos me animan, y ahí vamos, echando cotorreo unos con otros", menciona.

También dice que le gusta andar en bici porque lo relaja, porque, al pedalear, el estrés cotidiano se hace un lado, y porque está seguro de que todavía hay lugares que debe conocer con su bicicleta.