En el estado de Washington, Estados Unidos, han decidido optar por nuevas ideas en cuanto a qué hacer con los restos humanos una vez que la vida termina. “Polvo eres, y en polvo te convertirás”, dice ese dicho, pero en vez de polvo, el cuerpo humano puede convertirse en el compostaje perfecto para jardines y cultivos en general.
Esta iniciativa fue aprobada la semana anterior por el Senado estatal y está a la espera de la aprobación por parte del gobernador Jay Inslee para su visto bueno final, y busca convertir el compostaje en una alternativa al entierro o la cremación, mediante un proceso que dura 30 días y por el que el cadáver se convierte en abono natural.
Se trata de un método que ha venido ganando adeptos en los Estados Unidos como una forma de aportar al medio ambiente después de la muerte, aún cuando plantea un reto legal, sobre todo porque en muchos países está prohibido disponer de restos humanos por fuera de cementerios o sitios de entierro autorizados.
Maneras ecológicas de morir
¿Cómo cambia la forma en que se degrada el cuerpo con este método, comparado con el proceso que ocurre naturalmente con un cuerpo enterrado? ¿Y cómo puede ser beneficioso para el medio ambiente?
De acuerdo al antropólogo forense Daniel Wescott, al cuerpo humano le toma meses degradarse en la tierra, y todo depende de la calidad del suelo. En un ambiente seco, el cuerpo podría terminar momificado. En zonas más húmedas, puede degradarse hasta llegar a los huesos en pocas semanas.
"Si tienes una buena cantidad de actividad de bacterias, en un mes el cuerpo humano ya debería estar degradado en la tierra", declaró Wescott.
Pero es algo que cada vez pasa menos: más de la mitad de los cuerpos de quienes fallecieron en 2016 en Estados Unidos fueron cremados, no enterrados. Y los que son enterrados van dentro de ataúdes de madera, que ralentizan el proceso de degradación.
Por eso, se ha pensado en otrasposibilidades de ser depositado bajo tierra.
"La naturaleza sabe cómo transformar nuestros cuerpos en tierra. En abono", declaró Nina Schoen, una de las promotoras de la idea de convertir el cuerpo humano en compostaje.
"Lo que es más importante, al menos para mí, es que mi cuerpo sea capaz de devolverle a la Tierra lo que ella hizo por mí cuando yo estaba viva y, a través de ese proceso, crear nuevas fuentes de vida", agregó.
¿Cómo lograrlo?
Katrina Spade, la fundadora de la compañía Recompose, con sede en la ciudad de Seattle, en el oeste del país del norte, es tal vez la mayor impulsora de este método, y señala que es posible convertir el cuerpo humano en un fértil abono en tan sólo 30 días.
"Lo que se hace es simplemente acelerar el proceso natural de descomposición", explicó Nora Menkin, directora People's Memorial, una organización sin ánimo de lucro que provee servicios funerarios a personas sin recursos en Seattle.
El método de Recompose, que ha sido tratado por investigadores de la Universidad de Washington, consiste en seguir el proceso normal de compostaje, pero en el caso del cuerpo humano se le añade una mezcla de astillas de madera y otros ingredientes biodegradables.
Lo que hace que microbios y bacterias termofílicas - a las que les gusta el calor- hagan su trabajo y aceleren la descomposición.
Todo el proceso ocurre a unos 55º C, que además termina de matar a posibles bacterias responsables del contagio de enfermedades.
El resultado es abono que se puede usar de manera segura, que es la razón definitiva por la que muchas personas apoyan esta forma de tratar los cuerpos tras la muerte.
"Tenemos toda esta energía que muchas veces es quemada o sellada en ataúdes que podemos utilizar para ayudar a que la vida continúe", dijo Menkin.
Costoso… por ahora
Para 2035, la Asociación de Funerarias de Estados Unidos (NFDA, por sus siglas en inglés) anticipa que únicamente el 15% de los entierros serán de tipo tradicional.
Y aunque se trata de una iniciativa que busca ayudar al medio ambiente, aún resulta muy costoso. "Ahora mismo puede llegar a costar unos cinco mil 500 dólares. No es un proyecto barato", agregó la directora People's Memorial.