Tengo que admitir que escribo con el corazón roto. Me había negado a escribir sobre este tema porque hace unas semanas una espantosa noticia se compartió en redes sociales: el linchamiento y tortura de una bebé de cinco meses, una pequeña osita.
Hoy decidí escribir estas líneas sobre los Osos Negros como si eso fuera a remediar lo sucedido, pero por ahora no podemos hacer demasiado más que esperar a que se haga justicia.
Su nombre científico es Ursus americanus y se distribuyen en Norte América; en nuestro país su distribución se ha disminuido drásticamente en más del 80 por ciento desde los años 80 por la modificación de su hábitat y la cacería ilegal.
Aunque está en peligro de extinción, aún así algunas poblaciones se han reportado en los estados de Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Es la única especie de oso presente en México.
En general son solitarios y se desplazan en grandes áreas, son gorrones expertos porque, aunque su dieta principalmente se constituye de plantas, insectos, peces y mamíferos, pueden ser carroñeros. Por eso los residuos humanos podrían ser un gran banquete.
En México esta especie no hiberna en realidad porque las temperaturas no son tan extremas como en otras zonas más al norte del continente, pero sí pueden disminuir su actividad.
En realidad es muy poco probable que lleguen a atacar. Su presencia no es una gran amenaza porque usualmente son miedosos. Pero lo cierto es que los encuentros con humanos se han incrementado precisamente a que su hábitat está siendo devastado viéndose obligados a acercarse a las zonas urbanas en búsqueda de agua y alimento, por eso mismo han cambiado su comportamiento y toleran más nuestra presencia.
Ante un encuentro lo primero es conservar la calma y un tip que puede funcionar muy bien es aparentar ser más grandes con los brazos arriba y hacer sonidos fuertes sin verles a los ojos y sin darles la espalda, al tiempo de alejarse lentamente.
Al final solamente me queda hacer una advertencia. Sí hay algunos individuos de especie que pueden llegar a ser muy peligrosos para la fauna en general, son agresivos y parece que no comprenden que coexistir asegura su propia existencia: los humanos.
En días pasados ambientalistas pidieron que las autoridades realicen las diligencias pertinentes para determinar las sanciones contra quienes atacaron al oso.
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