El reino plantae es inmenso y muy hermoso. Se calcula que hay más de 300 mil especies de plantas en el planeta, muchas de ellas todavía sin identificar y una de las familias más extensas es asteraceae o también llamadas compuestas, con casi 33 mil especies en todo el mundo.
Están ampliamente distribuidas prácticamente en todo el planeta. En esta familia se encuentran, por ejemplo, los girasoles, las margaritas, el cempasúchitl, la cálendula, la manzanilla y ¡hasta la lechuga! Sí, la lechuga tiene flores con las que podemos jugar al “no me quiere, sí me quiere”.
El nombre asteraceae hace referencia a la forma de estrella que tienen estas flores, la forma “típica” es la margarita, la mayoría de las plantas de esta familia son hierbas. Si observamos bien estas plantas podemos ver en un organismo dos tipos de flores, aunque a veces no es tan sencillo.
En el centro hay flores tubulosas hermafroditas y las que a veces pensamos que son pétalos, son flores liguladas, femeninas. Algunas tienen ambas o solamente un tipo de flor. De hecho, lo correcto es decir son inflorescencias, osea, un grupo de flores.
Lo que pensábamos que antes era una flor, como las margaritas, en realidad, son muchas. Al ser una familia muy extensa respecto al número de especies, pues hay de muchos colores y tamaños, así también con su modo de reproducción, aunque la mayoría son hermafroditas, un individuo puede presentar ambos sexos.
Algo muy particular es que esta familia cuenta con grandes aliados: los insectos, porque su polen tiene una morfología específica para que se adhiera a las patas de los insectos o al resto de su cuerpo y se facilite la fecundación.
Además, al menos 40 especies de esta familia son de importancia económica para la humanidad, no solamente como ornamental, sino que también como alimenticias y medicinales. ¿Tienes flores compuestas en el jardín?
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