Durante mucho tiempo ser zurdo estuvo ligado a diversos mitos y creencias, en su mayoría erróneas, que prevalecieron por siglos. La imagen de estas personas fue estigmatizada por años con supersticiones que iban desde lo siniestro, hasta la prohibición del uso de la mano izquierda para realizar actividades como escribir.
Actualmente este pensamiento ha quedado atrás, sin embargo, aún no se sabe de bien a bien cómo es que funciona el cerebro de los zurdos. Lo que es importante de acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), es que se identifique desde temprana edad la lateralidad en los menores para evitar problemas de aprendizaje e incluso emocionales, ya que la preferencia manual puede impactar en la confianza a partir de los 3 años de edad, generando estrés, ansiedad, confusión e incluso problemas de seguridad y autoestima, si no se define correctamente la mano dominante.
En México alrededor 13 millones de personas son zurdas y se calcula que en el mundo el 13 por ciento de la población tiene esta condición, siendo más hombres que mujeres.
Etimología de la izquierda
La palabra “siniestro” proviene del Latín “sinister” que significa “izquierdo”, según Oxford Languages, se altera vulgarmente como “sinexter'', por influjo de su opuesto “dexter”, que quiere decir “derecho”. No obstante, su significado evolucionó de “izquierdo” a “funesto” por el mal agüero de la aparición de aves por el lado izquierdo.
Así como la “diestra” que significa “derecha” y está asociada a lo justo y lo recto, a la “siniestra” se le relaciona con lo malo y lo incorrecto, de ahí que los zurdos eran mal vistos y obligados a cambiar su mano dominante por la derecha.
Hemisferios cerebrales
El cerebro está formado por dos partes, el hemisferio derecho y el izquierdo, los cuales están conectados entre sí por el cuerpo calloso, —estructura formada por millones de fibras nerviosas que recorren el cerebro— y que de acuerdo con la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cada uno cumple con una función, por ejemplo, el lado izquierdo del cerebro es el dominante en la mayoría de los humanos, éste es muy complejo y se relaciona más con la parte verbal, mientras que el hemisferio derecho del cerebro se liga a la percepción y la orientación espacial, la facultad para expresar y captar emociones, controlar los aspectos no verbales de la comunicación, intuición, reconocimiento y recuerdo de caras, voces y melodías, mientras que el lado derecho piensa y recuerda en imágenes.
Asimismo, Feggy Ostrosky Shejet, profesora de la Facultad de Psicología de la máxima casa de estudios de México, explica que la lateralidad manual tiene que ver con las vías cerebrales que controlan el lado derecho del cuerpo y están cruzadas, así que dirigen el lado izquierdo, por lo tanto, las vías de la parte izquierda dirigen el lado derecho del cuerpo. Y aunque se piensa que los zurdos usan el lado derecho del cerebro por ser más creativos, la realidad es que esto es otro mito, ya que el lado cerebral dominante en cada persona puede ser cualquiera. De hecho, el 70 por ciento de los zurdos usa el hemisferio izquierdo del cerebro para procesar el lenguaje, como la mayoría de los humanos.
Genética y patología
Ahora bien, según la Medicina hay dos tipos de zurdería, la genética y la patológica; en la primera, la condición se debe a cuestiones hereditarias o de configuración cerebral, mientras que la zurdera patológica está ligada a lesiones en el hemisferio izquierdo del cerebro, que de acuerdo con la Facultad de Psicología de la UNAM, en la mayoría de los casos éstas provocan un déficit intelectual.
"También hay zurdos patológicos que en la etapa perinatal o durante el nacimiento presentaron algún problema de hipoxia (falta de oxigenación en la sangre) o alguna lesión en el hemisferio izquierdo (que controla el lado derecho) y como consecuencia comenzaron a usar la mano izquierda desde pequeños”, comenta Ostrosky Shejet.
Zurdos famosos
Si bien hoy día la creencia popular dicta que de los zurdos emana genialidad por el simple hecho de dominar la mano izquierda, no hay nada más alejado de la realidad, sin embargo hay grandes y sobresalientes excepciones, tal es el caso de uno de los genios más destacados de todos los tiempos por sus obras artísticas: Michelangelo Buonarroti, mejor conocido en español como Miguel Ángel, un zurdo nato quien desde joven se entrenó para convertirse en diestro, lo que resalta en la mayoría de sus dibujos, sin embargo, en las obras que requerían de mayor fuerza como cincelar mármol, tallar madera y martillar, usaba la mano izquierda como dominante para la realización de su trabajo.
Al igual que Buonarroti, Leonardo Da Vinci era ambidiestro. Aunque desde pequeño fue enseñado a utilizar la mano derecha pese a ser zurdo por naturaleza, estudios realizados a sus obras arrojan que el polímata florentino solía utilizar ambas manos para realizar sus trabajos, además su caligrafía sirvió para determinar que el renacentista escribía de derecha izquierda y viceversa.
M. C. Escher, grabador neerlandés, también era zurdo, el originario de Países Bajos destacó por fusionar las matemáticas y el arte en sus obras. Escher fue introvertido y tenía un carácter difícil, lo que refuerza la teoría de la zurdería patológica, sin embargo, no existen registros que demuestren si su condición era genética o por alguna lesión en el hemisferio izquierdo de su cerebro.
De igual manera en el mundo de la música sobresalen por supuesto Paul McCartney, quien solía tocar el bajo y la guitarra para diestros siendo zurdo. En algunas grabaciones del álbum “Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band”, de The Beatles, el músico de Liverpool grabó las pistas con los instrumentos al revés, aunque también hoy día toca con los adecuados para su mano dominante.
Kurt Cobain, tocó casi siempre con la mano izquierda; el líder de Nirvana utilizaba una guitarra diestra con las cuerdas invertidas. El originario de Seattle fue ambidiestro, ya que escribía con la derecha y tocaba la batería igualmente con esta mano. Sus últimas palabras fueron escritas con la diestra antes de suicidarse el 5 de abril de 1994.
Con información de la UNAM.