Un auténtico desafío es el que enfrentan 12 de los 22 ciclistas que partieron el pasado 1 de agosto de la ciudad de Tijuana, Baja California, con rumbo a Chetumal, Quintana Roo.
Los pedalistas intentan cruzar todo el país de norte a sur en un recorrido de 6,500 kilómetros de lo que se denomina la Ruta Chichimeca, la cual piensan concretar en un lapso de 75 días.
El principal enemigo de los deportistas es la propia naturaleza con sus diversas condiciones climáticas que enfrentan al paso de las diferentes latitudes y condiciones del suelo: sol, frío, lluvia y calor.
La presencia del huracán Genevieve por Baja California Sur puso al grupo en alerta, lo que podría modificar el recorrido. Hasta la tarde de este jueves en Loreto donde descansan, no había reportes de lluvia aún.
Cruzan por zonas montañosas, playas, costas, bosques, e incluso desiertos.
Cumplido los primeros 20 días de la travesía, 10 pedalistas ya desertaron.
En el grupo sobreviviente se encuentra el morelense Jorge Ornelas Lizardi, psicólogo de profesión y con cuatro años de experiencia en esta disciplina.
Nacido en Cuautla hace 63 años, antes de subirse a la bicicleta Ornelas Lizardi fue corredor de fondo, pero cambio de disciplina “porque el ciclismo es más amable con las piernas”, dijo.
LAS MARAVILLAS DE LA RUTA CHICHIMECA
Dentro del ciclismo existe esta otra modalidad que se denomina ciclo turismo, el cual el entrevistado practica hace tres años.
El cicloturismo es una actividad recreativa y no competitiva que se caracteriza por recorrer grandes distancias.
En su experiencia, Jorge Ornelas ha recorrido todo el estado de Morelos a bordo de su bicicleta, pero ahora decidió hacer lo mismo atravesando todo México por la costa oeste a través de la llamada Ruta Chichimeca, que este año celebra su séptima edición con la medidas sanitarias recomendadas por la organización ante la pandemia de Covid-19.
“Decidí recorrerla este año porque realmente conoces las cosas a fondo, la comida, convives con la gente, ves cosas que de otra manera en un auto o avión pasas de lado y no las puedes apreciar. Muchos pensamos ir a Europa o conocer otros países, cuando realmente México tiene de todo y no nos lo acabamos”.
Luego de los primeros 20 días del trayecto, con más de 1100 mil kilómetros recorridos por gran parte de la carretera transpeninsular de Baja California, el grupo ha enfrentado al primer gran reto a su llegada a Loreto, Baja California Sur, “la propia convivencia entre los que participamos, es algo de lo más difícil”, dijo el especialista en sicología.
La otra exigencia máxima, comentó, es atravesar el desierto “atravesamos ya uno, y sin duda hay que tenerle mucho respeto; yo viajo con siete litros de agua encima para la hidratación, además de otro litro para mojarme la ropa en cada tramo; es muy duro y seguimos las recomendaciones de tres expertos que ya han hecho esta ruta para no sufrir deshidratación”.
Explicó que el recorrido promedio diario es de 100 kilómetros, donde “son cuatro días de rodar y uno de descanso”.
Cabe señalar que el grupo pernocta en cada lugar al que arriban y al día siguiente desde temprana hora reanudan el recorrido.
El objetivo a ese ritmo será completar un total de 6,500 kilómetros en 75 días, hasta llegar al extremo sur del país, la capital del estado de Quintana Roo, el 15 de octubre.
“Al momento no he sufrido lesiones, voy poniendo mucha atención a mi cuerpo, pedaleo con la fuerza que se requiere, porque al no ser una competencia, uno va rodando a su ritmo, y así me veo llegando al final de este recorrido con muchas cosas aprendidas, muy contento, con mucho crecimiento personal y habiendo hecho muchísimos amigos”, concluyó.
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