La Eurovelo 8 tiene un nuevo conquistador: el mexicano Jorge Ornelas Lizardi que recorrió más de 5,800 kilómetros en tres meses, partiendo de Barcelona hasta llegar a la mitológica Atenas.
Vecino de Cuautla, el pedalista cumplió su sueño de recorrer las ciclovías de esta famosa ruta en la que atravesó una decena de países y cerca de 20 ciudades entre los meses de mayo y julio.
Jorge "El Andariego", como lo conocen en redes sociales, al bajar del avión besó el suelo mexicano invadido por la emoción de regresar a su tierra.
El cicloturista recorrió en casi 90 días la Eurovelo 8 a bordo de "La Negra Tomasa", como bautizó a su bicicleta en la que recorrió la ruta que se ubica en el litoral del mar Mediterráneo.
Como México no hay dos
En esa aventura europea, Ornelas Lizardi se dio cuenta del tesoro que tiene México, y no es otro que la calidez de su gente.
“Apreciemos lo que tenemos aquí; sigamos siendo humanos, solidarios, apapachadores, un pueblo con sensibilidad humana, ese es un tesoro que tenemos”, fueron sus primeras palabras en su reencuentro con su ciudad.
Y es que, dijo, muchos de los pueblos europeos tienen de todo, menos gente; “eso lo vi principalmente en los países más avanzados, España, Francia e Italia; llegaba a pueblos sin gente y por eso cuidaba mi celular como oro porque no había a quien preguntarle en las calles a donde ir, todo era por el GPS del teléfono”.
“En estos tres meses me di cuenta que nuestra gente es eso: un tesoro, porque la vida en los pueblos allá es muy diferente a la de aquí; acá vemos el señor que vende la masa, la señora de las tortillas, el que vende la fruta, el de los pápalos; la gente está caminando en las calles, andan niños, abuelitos, los policías que te saludan, tenemos aquí esa cosa muy rica que es esa parte humana y eso a veces estando aquí, no lo alcanzamos a ver, pero ahora que estuve allá en pueblos sin gente, estoy muy contento de estar aquí”, narró.
En esa lejanía, dentro de la alimentación europea el pedalista también padeció la notable ausencia de la tortilla y el chile.
Agregó: “Mis alimentos principales, en España, Italia, y Francia fue pan, jamón serrano, queso gouda, semillas, sardinas, plátanos, manzanas, pasitas. En otra parte muchos frijoles, los disfrutaba mucho, las sardinas enlatadas, y en al Albania descubrí el queso feta, lo comí mucho con pan”.
La maleta y la tecnología
Para realizar el reto de la Eurovelo 8 por tantos días, el ciclista llevó en su equipaje dos calzones, traje de baño, un juego de pants, una chamarra, tres pares de calcetas, un rompevientos, impermeable, una chalina, tres buffs, y dos pares de guantes.
Su tienda de campaña, “La Negra Tomasa” (que por error de la aerolínea regresó en otro vuelo), y sin faltar su celular, un Poco X3, fue todo lo que subió al avión, “me arrepiento de no haber llevado mi cámara profesional”, expresó en sus redes sociales, sin embargo, gracias a ese equipo modesto, es como pudo estar cerca, a la distancia, de familiares, amigos y seguidores.
Con esa tecnología pudo capturar grandes momentos de su visita y hacer videollamadas para estar cerca de sus seres queridos en algún festejo especial, como el Día del Padre que festejó con una muy tempranera llamada cuando circulaba por Croacia.
Los 9 kilos menos
Corriendo un promedio de 100 kilómetros diarios, con excepción de sus descansos, la demanda energética de su cuerpo fue grande al grado que regresó con 9 kilos menos.
“A pesar de que me preparé con tiempo físicamente para este reto, (dos años) la verdad es que me fui con algo de sobrepeso, producto de la pandemia y los descuidos. Desde la primera semana me estabilicé, y a los 20 días rodando los 100 kilómetros diarios, empecé a bajar muy rápido de peso…llegué a Europa con 94 kilos y regresé con 85; me siento muy bien, desaparecieron algunas molestias que tenia en la espalda y ligamentos en las rodillas, la verdad estoy muy bien, en muy buena forma”.
De Venecia y Atenas se enamoró
Desde las 20 ciudades visitadas, el andariego destaca por su belleza Venecia y Atenas, “son dos ciudades para destacar, distintas pero hermosas. Venecia es un sueño, me tocó en un día soleado, muy bonito; Atenas no me quería dejar regresar… en estas ciudades como en todo Europa, el turismo es muy importante, es una industria que además no contamina, limpia, y donde cuidan al turista manteniendo áreas de uso común como los baños públicos, contenedores de basura, en fin, trabajan sus autoridades mucho esa parte”.
Finalmente, en sus redes sociales, Ornelas Lizardi terminó la reflexión de este viaje contestando algunas preguntas de sus seguidores en Facebook.
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