Después de acariciar la gloria olímpica en Río 2016, la vida premió a Ismael Marcelo Hernández Uscanga con la llegada de su primogénita justo en el mismo día en que seis años atrás se colgaba el bronce para hacer vibrar a todo un país, y en especial a Cuautla, de donde es originario.
El 20 de agosto se cumplen 6 años de la histórica medalla que alcanzó para el pentatlón moderno mexicano. Ismael tiene todavía frescos en la memoria los recuerdos de aquel día cuando subió al pódium olímpico para recibir la presea.
El pentatleta, hoy retirado del alto rendimiento, ha sido recompensado por la vida, pues 5 años después tiene la dicha de ser padre de una pequeña junto con su esposa Lauren, a quien conoció en la Universidad de Duke, en Estados Unidos.
Vía telefónica, desde su actual hogar de residencia en Nueva York, Hernández Uscanga concedió una entrevista exclusiva a OEM para rememorar los momentos vividos en aquella noche inolvidable para el deporte nacional.
¿Y después qué?
“Las cosas que llegan a mi mente a seis años de la medalla las clasifico en el antes, durante y después. En el antes puedo decir que fue un proceso largo, de altas y bajas en el cual la gran herramienta y creo que el arma secreta, fue el apoyo de mi familia, de mis entrenadores, y de todas las personas que se sumaron al proyecto; sin ellos nunca lo hubiera logrado, sobre todo en esos momentos en los cuales me encontraba abajo”.
El durante, continuó, “viene después de cruzar la meta, donde mi momento favorito fue cuando abrazo a mi papá, cuando volteo a ver a las gradas y con un gesto de incredulidad digo ¡creo que lo logramos, sí lo logramos!, y ese sentimiento es el que hasta el día de hoy recuerdo”.
“Y la tercera parte es el después, es el celebrar, el festejar, pero también el planear diferentes metas, cuáles son los siguientes objetivos porque era el momento de un cambio, un momento de una transición en mi vida después de haber conseguido esa medalla, y después ya viene el momento para ejecutar ese cambio”.
Cambio radical
Haber alcanzado la gloria olímpica, dijo, lo hizo tener mayor valentía para enfrentar el cambio en su vida, los cuales decidió ejecutar tras disfrutar la serie de homenajes que recibió, incluido el Premio Nacional del Deporte en 2016, entregado por el entonces presidente Enrique Peña Nieto.
“(La medalla) creo que me hizo más valiente, más osado a tomar riesgos grandes, a planear y tomar metas grandes porque sabía que, si existía un plan y disciplina, eran logrables, eran conseguibles. Hasta la fecha me acuerdo de que no era ni el mejor nadador, ni el mejor esgrimista, o tirador o equitador, pero fue con base en el esfuerzo, dedicación y disciplina, en muchas repeticiones, que al final se logró llegar a un balance perfecto que fue lo que hizo que pudiera conseguir esa medalla y es la misma enseñanza que hoy reflejo en mi vida. Por eso creo que me hizo más valiente, más osado a la hora de planear esos objetivos y tener una estrategia o un plan para conseguirlos, y la disciplina para llegar”.
Tras dejar los aditamentos del pentatlón moderno en el baúl de los recuerdos, Ismael a sus 32 años tiene todavía mucho que dar desde otra trinchera, la del conocimiento vivido, el de las experiencias que tuvo en el esfuerzo y dedicación para lograr el éxito, las cuales seguramente servirán de mucho para darle un importante aporte al deporte mexicano en general y no solo el de su disciplina.
“Actualmente estoy como presidente de la Comisión de Atletas. En una primera parte estamos trabajando de la mano con el Comité Olímpico Mexicano en formalizarla: a través de una invitación a las federaciones queremos hacer que exista un atleta vocal por cada federación deportiva. Lo que hacemos es poder llegar a más deportistas para saber cuales son sus puntos de dolor, como los podemos apoyar. Muchas veces como deportistas nos vamos a la parte del financiamiento, si hacen falta uniformes, pero tal vez hacen falta cosas más básicas; puede faltar apoyo en cuestiones psicológicas, en materia legal, algún tema de juicio deportivo, educación de sustancias antidopaje o sobre cómo prevenir lesiones”.
“Teniendo esta red de embajadores, de aliados que nos conecten con todos los deportistas, vamos a poder, primero conocer cuáles son esos principales puntos de dolor de los deportistas, pero también en un segundo lugar comunicar todas las cosas que el Comité Olímpico Internacional, el Comité Olímpico Mexicano y la Comisión de Atletas estará preparado para los deportistas. Esa es la mancuerna que estoy haciendo con el Comité Olímpico Mexicano tratando de buscar que existan los estatutos y los fundamentos legales para que sea una entidad completamente reconocida y que después se puedan implementar todos los planes que tenemos”.
El triunfo de las competencias
El atleta ahora ya dedicado a su vida profesional en una importante empresa en Nueva York, ha formado una familia al lado de su esposa, procreando a una niña que nació, como decíamos, el mismo día en que ganó la medalla.
“Muy contento de celebrar, de poder darle tiempo a esta pequeña; el día a día tanto el mío como el de mi esposa es muy acelerado, pero por tal motivo cuando llegamos a casa y tenemos una hora o dos horas con la pequeña, tratamos de jugar con ella, de estar con ella. Me encuentro muy feliz, sumamente realizado porque es una persona increíble que me ha enseñado lo difícil que es ser padre, y todavía eso me hace estar más agradecido por el equipo, el padre de familia, la madre que me tocó, el hermano, los abuelos, los tíos, todos ellos, porque también ellos fueron parte importante de la vida de mi familia; ser padre no es fácil… (hace una pausa mientras ríe y habla con su pequeña que lo acompañó en la entrevista), no es fácil pero es una de las grandes satisfacciones y siempre voy a estar agradecido con mi familia”.
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