Iliau Díaz Silva, vecino de la colonia Otilio Montaño de Cuautla, Amilcingo, se hizo ultramaratonista gracias a su participación este fin de semana en la carrera con causa en favor de la salud del niño Diego de 11 años, quien se encuentra en tratamiento por padecer de hidrocefalia.
El atleta, integrante del club de atletismo Zempoaltepec de Tetela del Volcán, solo tenía como experiencia el haber corrido los 42 kilómetros con 195 metros del maratón de la Ciudad de México del año pasado y cinco años atrás empezó a tomar las carreras, principalmente en montaña, como una disciplina.
Fue como el corredor de 35 años este sábado se atrevió a intentar su primer ultra acompañando a Rafael Guerrero Romano, atleta veterano de alta resistencia que corrió por tercera ocasión 12 horas continuas en la pista de tartán de la Unidad Deportiva de Cuautla.
El reto a favor de Diego, motivó a Iliau para intentar lo que nunca había hecho, corriendo de las 07:00 a las 19:00 horas.
Confiesa que después de mediodía fue cuando se empezó a sentir lo más fuerte del calor con los rayos del sol en su pleno apogeo, “quería desertar, sólo corríamos don Rafa y yo, pero pudo más el deseo de no dejarlo solo, que me seguí, así corrimos hasta después de las tres de la tarde cuando empezaron a llegar otros corredores y eso me motivó a no decaer”.
Comenta que en ese momento, el tartán de la unidad deportiva empezaba a vaporizar y a traspasar con su calor la suela de los tenis; “las uñas de los pies, con la fricción, calentaban también el calzado y se siente como si se quisieran quebrar, fue una sensación nunca vivida, fue lo más duro de la prueba; ya como a las cuatro de la tarde el sol empezó a caer y buscamos la sombra que daba en la zona de la tribuna de sombra del estadio; de ahí en adelante supe que iba por todo para completar las 12 horas, motivado también con la llegada de más gente para acompañarnos”.
Vivida su primera experiencia en una ultra larga distancia, el corredor todavía corrió al día siguiente cinco kilómetros dentro del Trail de la Sierra de Montenegro que se realizó en Jiutepec.
“Cuando se corren distancias como esta, es necesario no parar para que los músculos no se encuerden o engarroten, así que es necesario seguir en movimiento para desentumir las piernas y fue como corrí 5 kilómetros este domingo en montaña; no corrí los 21K que era la intención, pero como decidí estar en el ultramaratón apenas tres semanas antes, solo corrí los cinco con un tiempo de 29 minutos, normalmente me hago 19 minutos, pero me administré por el esfuerzo realizado horas antes”, puntualizó.