Cuando Luis Hernández anotó sus seis goles en la Copa América de 1997, en casa lo esperaba un pequeño de menos de tres meses de edad que veía sin entender cómo su papá se convertía en ídolo nacional. Más de 20 años después, Luis sigue siendo el único mexicano con cuatro goles en un mundial y comparte por primera vez con Daddyllennials la experiencia de ser padre de siete hijos.
Los primeros cuatro hijos de Luis ahora ya son mayores de edad. De esa experiencia Luis recuerda cómo su vida profesional limitó el tiempo que podía convivir con ellos y cómo ser futbolista obligó que la dinámica familiar tuviera que estar regida por los calendarios futbolísticos, lo que devino en tener que agendar cumpleaños y otras fechas familiares.
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Es por ello que ahora con sus bebés Luis dedica la mayor parte de su tiempo a estar con ellos. Ahora, él lo menciona, “cambio pañales, duermo niños, cuento cuentos, armo carreteras, pinto piedras…”
Cuando Luis decidió ser futbolista le pidió a su padre su comprensión y apoyo para poder trasladarse a la Ciudad de México, y probar suerte con el Cruz Azul. Lo que muy pocas personas saben es que del día que él llegó de Poza Rica a su debut profesional tuvo que pasar por mucha escasez y por otros equipos como Jabatos y Querétaro, ambos equipos de segunda división.
Luis tuvo la fortuna de debutar y convertirse en ídolo, sin embargo, es consciente de que en su momento existía un plan b que era estudiar arquitectura. Ahora, en un mundo globalizado donde es más difícil convertirse en profesional, como padre, Luis asegura que si uno de sus hijos le pide su apoyo para seguir sus pasos haría lo mismo que su papá, pero le gustaría que terminaran una carrera.
Contrario a la mayoría de los papás, el hecho de ser figura pública condiciona de cierta forma la manera en que Luis ha tenido que educar con el ejemplo. En la era donde todo está documentado en la web, el Rey del Tik Tok asegura que, ante el flujo de información sobre su persona y su comportamiento en el pasado, la mejor herramienta para educar a sus hijos es la verdad.
“Efectivamente, los adolescentes desde muy chavitos tienen una gran información que eso los hace madurar más tempranamente, entonces no puedes hacer otra cosa más que hablar con la verdad”.
Entre las dos grandes etapas como papá, Luis asegura que la mayor diferencia para vivir su paternidad es la tranquilidad para ver más maduramente las cosas y para decidir que es lo mejor para la familia.
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