La danza aérea cobra más auge en Morelos. Se trata de una disciplina de gran belleza en su ejecución y de riesgo por la altura en la que se realizan los ejercicios; son mujeres quienes principalmente la practican.
Katia, Gabriela e Itzel, forman parte de un reducido grupo de jóvenes que se perfeccionan en esta disciplina al menos seis días a la semana en Cuautla.
Katia Guadalupe Vega Castillo de 22 años, es la de mayor experiencia y quien dirige al grupo; comenta que inició hace seis años, sin embargo, dos años tuvo que dejarla por la demanda de tiempo y estudios.
“Al inicio fue como un juego, una amiga me invitó porque ella tenía algo de conocimiento de este deporte; fue como poco a poco nos fuimos adentrando a la práctica con lo básico, como escalar la tela y hacer figuras de acrobacias”.
Aunque su amiga se retiró y dejó de acompañarla, Katia tomó interés por el deporte, adquiriendo telas e invitando a más amigas a prácticar danza aérea.
Lo sorprendente de Katia es que pese a no tener el apoyo de algún entrenador experto, su maestro fue Youtube en donde por medio de videos, han aprendido a realizar las acrobacias en altura.
Señaló que el gusto de aprender y practicar danza aérea fue sólo por hobby, ya que hasta el momento no han participado en competencias, se defienen como un grupo variado de gente, ya que por ahora están Itzel y Gabriela y en otros momentos se reúnen más.
Asegura que antes de la danza aérea, tuvo un moto club, pues también le gusta el deporte motor y la velocidad; “de hecho ahí, es donde conocí a dos de las amigas que entrenan conmigo”.
Practican seis días a la semana y descansan los domingos, realizando la actividad en un espacio dentro de la cancha de basquetbol de la Unidad Deportiva José María Morelos y Pavón de Cuautla, donde diariamente sin ayuda de nadie, se trepa a la estructura del techo para amarrar a más de siete metros de altura, las telas en las que se ejecutan los ejercicios acrobáticos.
De acuerdo con las especificaciones técnicas de esta disciplina, el material que utilizan es una tela rígida, no elástica, con ciertas medidas según la edad de quien practique. El ancho debe ser de hasta dos metros para adultos y para niños no ser menor y mayor al metro y medio. Incluso, ocupan anchos de hasta 2.50 metros para gente con manos muy grandes o en ciertos ejercicios que así lo requieren para agarrarse.
En el caso de la acróbata cuautlense, los dos tramos de tela que ocupa tienen 15 metros de largo.
Debido a que la ejecución es a varios metros de altura, esta disciplina se convierte de alto riesgo. Deben tener mucha preparación física y metal para poder practicarla. Para ello, es necesario hacer ejercicios para fortalecer brazo, piernas y abdomen.
"Corremos mucho pero también hacemos ejercicios para piernas, brazos y abdomen como lagartijas, sentadillas, en fin, se requiere tener mucha fuerza en las extremidades del cuerpo y en el abdomen porque son las partes esenciales para aprender a escalar en la tela y aguantar en las alturas, porque aparte de lo difícil que es escalar la tela, es más complicado mantenerse arriba realizando acrobacias y estar gran parte del tiempo con un sólo pie amarrado y hacer diferentes tipos de amarres en todo cuerpo".
Dijo que a lo largo de los años que tiene de practicar; sólo en una ocasión tuvo un accidente, giró y cayó de casi tres metros pero afortunadamente, no hasta el suelo porque quedó amarrada; se lastimó por lo apretado del amarre, por eso es conveniente trabajar con el apoyo de colchonetas para evitar un problema mayor.
En ese punto dijo, que anteriormente la dirección de la Unidad Deportiva le facilitaba unas colchonetas, pero se las retiraron y sólo tiene un pequeño colchón (de 1 por 2 metros aproximadamente), con el que trabajan para tener cierta protección.
Entre las rutinas acrobáticas que se realizan están el Ángel, el Cristo, la Bailarina, la Secretaria, 360, el Escorpión, el Murciélago, entre otros.
Por último, Katia compartió que la enseñanza está abierta para quien quiera aprender danza aérea
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