Los restos del ex árbitro que llegó a portar el gafete de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), Joaquín Urrea Reyes, descansan en la ciudad de la eterna primavera. Aunque sus familiares no han confirmado cuál es la última morada del ex silbante, se sabe que fue sepultado en la capital de Morelos.
Urrea Reyes, nació al norte del país, sin embargo después de su retiro del arbitraje se trasladó a la ciudad de Cuernavaca, la que consideró su nueva casa; era común encontrarlo en los campos de golf.
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En su paso por Morelos, fue titular de la Dirección del Deporte en la entidad así como directivo de los Cañeros del Zacatepec, durante la administración del gobernador Antonio Riva Palacio López (1988- 1994)
En su pasó por el Zacatepec compartió con don Gabriel Díaz Garcilazo y don Jorge Doubernard, de Puente de Ixtla, quienes mantuvieron el equipo por varios años en el circuito de la Liga de Ascenso, hasta que llegó Guillermo Cuata, luego fue vendida la franquicia.
El ex árbitro falleció el pasado cinco de abril en Cuernavaca a los 80 años de edad y sus funerales se realizaron de forma privada.
Fue considerado como un árbitro polémico, sobre todo por aquella final entre América y Pumas por el título de la temporada 1984-1985. Se trató de un tercer partido inédito que se disputó para definir al campeón y donde el internacional no salió bien librado por las críticas.
En aquella época donde no existía la tecnología del VAR, el capitán y defensa del América Alfredo Tena cometió una mano en un servicio al área que Joaquín Urrea no marcó con la pena máxima.
Minutos antes el silbante sí marcó una mano dentro de la otra área cometida por un jugador felino que el argentino Daniel 'Ruso' Brailovsky convirtió en gol para enfilar al América al triunfo. / Con información de Óscar García
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