El triatleta morelense Irving Pérez Pineda tuvo una discreta actuación en sus segundos Juegos Olímpicos consecutivos, después del debut en Río 2016.
Al hacer un análisis de su participación en Tokio 2020, Saúl Burgos Olvera, quien lo conoce a la perfección luego de ser su entrenador desde su etapa infantil en el club Kabubis de Jojutla, asegura que la falla estuvo en la prueba de ciclismo, “solo él sabe qué fue lo que pasó, es una de las pruebas que domina, pero siento que no tuvo su mejor día”, comentó.
Irving Pérez finalizó en el lugar 46 de la competencia celebrada en fin de semana en tierras niponas con un registro de una hora, 54 minutos y dos milésimas de segundo, atrás de su compatriota Crisanto Grajales que terminó en el lugar 31 con una marca de 1:48:36; el ganador de la prueba fue el noruego Kristian Blummenfelt con un tiempo de 1:45:04.
“Solamente platicando con Irving vamos a saber qué pasó realmente porque nadó muy bien, pero en la bicicleta ya no pudo pegarse; habrá que preguntarle para ver qué fue lo que pasó en esa transición de la natación a la bicicleta”, indicó el entrenador, quien está cumpliendo 31 años de haber iniciado la preparación de triatletas en la ciudad arrocera del sur de Morelos.
“En condiciones normales, Irving rueda en el ciclismo como los que iban de punteros en la prueba; por eso es una situación que hasta no platicar con él, sabremos qué fue lo que realmente pasó, y hasta entonces podremos emitir un juicio y definir qué es lo que sigue”.
TOKIO 2020
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Indicó que debido a su edad, Pérez Pineda (35 años) está en posibilidades de participar en los siguientes Juegos Olímpicos en 2024 a celebrarse en París.
“Él va a seguir sin duda para Francia, para los Juegos Olímpicos de 2024, y se tiene que sacar esa espina porque hoy fue un mal día para él”, acotó.
Recordó que los inicios de Irving en el deporte fue justamente en el club de natación y triatlón Kabubis que él dirige, “se hizo aquí conmigo, se formó desde los 6 años hasta los 19; siempre destacó, fue campeón nacional desde los 11 años, a los 12 y a los 13 se confirmó como campeón cada año; se fue desarrollando muy bien aquí en Jojutla porque pasaba más tiempo en Kabubis entrenando que en su casa. Salía de la escuela, comía, y se venía a entrenar”, indicó.
Ese tiempo tan dedicado a los entrenamientos rindió sus frutos para estar en la élite del triatlón mundial; “un tiempo digamos que fui como su papá postizo de tanto tiempo que pasamos juntos en el club; es un gran logro de él, mío, y desde luego de sus papás, porque la consistencia y el apoyo, todo eso es muy importante para llegar a este nivel”, puntualizó el entrenador Burgos Olvera.
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