El karate do del país sufrió dos pérdidas importantes este fin de semana.
En Morelos falleció la artista marcial Mónica Sevilla Pym, portadora de la Cinta Negra y miembro de la asociación de karate del estado.
Y a nivel nacional trascendió la muerte del director de la organización Toyama, el hanshi Juan Carlos Márquez Rojas, quien tuviera mucho que ver con los inicios del karate do en Morelos, en especial en Cuautla con aquella primera organización de karate do Toyama que abrió sus puertas en el año de 1975, cuando su padre era el director de la agrupación.
Al respecto, las escuelas de karate do de Morelos dieron a conocer sus condolencias por ambas pérdidas con solo unas horas de diferencia durante este fin de semana.
Primero el Instituto del Deporte y Cultura Física del Estado de Morelos, la mañana del sábado dio a conocer sus condolencias a través de sus redes sociales por el sensible fallecimiento de Mónica Sevilla Pym, quien fuera miembro activa de Karatecas Asociados del Estado de Morelos (KAEM).
“El Instituto del Deporte se une a la pena que embarga a familiares y amigos de Mónica Sevilla Pym, joven de bien que ejercía en el estado la disciplina del karate do. Descanse en paz”. Expresó la dependencia deportiva.
Apenas en enero pasado, Mónica había participado en un seminario de arbitraje de la disciplina convocada por KAEM, fungiendo como uno de los instructores.
La pérdida de la atleta provocó la consternación de sus compañeros de dojo, “es lamentable, estamos muy consternados por la pérdida de Mónica; estaba muy bien de salud, iba a participar en un evento de fogueo en Puerto Vallarta”, se limitaron a decir.
Por otra parte, el Gran Maestro Juan Carlos Márquez Rojas, fue contemporáneo de los iniciadores del karate do en Cuautla, los hermanos Moreno Quiroz, en aquella primera escuela Toyama, reconoció el sobreviviente de esa dinastía, David Moreno Quiroz, quien apenas unas semanas atrás, el 17 de junio, celebró el aniversario 47 de su fundación.
“Mis hermanos Arturo, Jorge, Gabriel, Fernando, Raúl, y Luis, un primo que teníamos, eran contemporáneos de él; en ese entonces él era el hijo del director de Toyama y competía, pero luego se enfocó a ser maestro y era muy bueno”.
“De hecho él mejoró la fórmula de su padre, Ángel Márquez, que fue una de las leyendas del karate en México, de los primeros que viajaron a Japón, muy bueno también, pero su hijo lo mejoró, compró un cine y lo convirtió en la escuela más grande de Latinoamérica de artes marciales, y luego él quedó como director de Toyama, con unas 30 a 40 escuelas en México, parte de Estados Unidos y en Centroamérica”, comentó el artemarcialista cuautlense al confirmar su fallecimiento.
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