Alrededor de 600 ciclistas de varias partes del país participaron en la carrera ciclista Raúl Alcalá Challenge, la cual fue suspendida el año pasado en virtud de la pandemia por Covid-19.
Este año se cambió la fecha de la justa deportiva aunque el punto de arranque se conservó en el municipio de Jojutla hacia Jardines de México.
Pese a la baja difusión del evento, decenas de familias acompañaron la mañana de este domingo a sus competidores participantes.
El Raúl Alcalá Challenge se trata de un paseo donde los ciclistas elijen la distancia que más se les acomoda, entre 30, 75 o 150 kilómetros, tomando en cuenta la experiencia y nivel de condición física.
En un momento se advirtió que este año sólo 250 ciclistas participarían, razón atribuida a la pandemia; sin embargo, al cierre aseguraron que cerca de 600 se inscribieron para competir.
La vuelta del primer circuito de 30 kilómetros evidenció que el grueso de los corredores estaban fuera de condición, a un año y medio de esta pandemia, pero lo más lamentable fue la falta de cultura vial, de respeto a estas actividades deportivas que dan realce y reactivan la economía de la zona sur del estado, como lo citó el alcalde Juan Ángel Flores Bustamante, quien acompañara desde el arranque y con todo el apoyo con elementos de seguridad y vialidad para dar las facilidades.
Justo en la entrada a Tequesquitengo, a unos metros del entronque con el libramiento Teques, varias personas esperaban ver llegar a los corredores, y al tenerlos a la vista, el agente de la Policía de Tránsito y Vialidad de Jojutla pidió el alto a los conductores de vehículos para que permitieran que cruzaran los ciclistas, y para sorpresa de todos en medio de airados reclamos exigían el paso.
Simultáneamente los automovilista que venían en el sentido opuesto, sin importar las condiciones de la carrera ciclista, también se pasaban y estuvieron a punto de arrollar a un par de ciclistas, quienes lograron librarla ante los gritos de “cuidado, cuidado” de los espectadores.
Varios competidores no llegaron a la meta, en el camino declinaron, les fallaron las bicicletas y otros renunciaron ante el agobiante calor que imperaba, pero sin duda para la gente que pudo apreciar a los cerca de 600 uniformados de amarillo y negro, se olvidaron del estrés que causa esta pandemia.
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