El juez de la Corte Suprema de Brasil Edson Fachin anuló en su momento todas las sentencias dictadas contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva por la justicia federal de Paraná dentro de la operación anticorrupción Lava Jato.
La decisión de Fachin atañe a cuatro procesos en los que el exmandatario fue juzgado por un tribunal de primera instancia de Curitiba, a cargo del entonces juez Sergio Moro que, según explicó la propia Corte Suprema, no tenía en su momento la "competencia jurídica" requerida para analizar esos casos.
La Fiscalía General adelanto que pretende apelar el fallo de Fachin, lo que llevaría la decisión individual del magistrado al pleno de la Corte Suprema, de 11 miembros, o a la Segunda Sala del máximo tribunal, que debería confirmar o anular la resolución. Pues como era de esperarse esta semana la corte suprema de Brasil consideró que el exjuez Sergio Moro actuó con "parcialidad" en el juicio que llevó a la primera condena de Luiz Inácio Lula da Silva por denuncias de corrupción, en una nueva victoria judicial del exmandatario izquierdista.
La segunda sala del Supremo Tribunal Federal (STF) tomó esa decisión por 3 votos a 2, tras un cambio a último momento de la posición de una de sus magistradas, Carmen Lúcia, que inicialmente había rechazado la demanda presentada por los abogados del líder de la izquierda. La decisión supone un duro golpe a la gigantesca operación anticorrupción Lava Jato, de la que Moro era la principal figura.
La defensa de Lula (2003-2010) alegó que Moro perjudicó al exmandatario a lo largo de toda la instrucción del proceso y actuó con motivaciones políticas. Entre los ejemplos citados, figura el de haber impedido que Lula se presentase a las elecciones de 2018, para las cuales era el favorito, y haber aceptado luego ser ministro de Justicia del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, vencedor de esos comicios. La 'suspeição' de Moro acordada por el STF concierne a un único caso de las dos condenas dictadas hasta ahora contra Lula en el tribunal de Curitiba (sur), donde actuaba el exjuez.
Se trata del caso de un tríplex en el litoral de Sao Paulo, del cual Lula era beneficiario, según la acusación, a cambio de contratos ofrecidos a constructoras en la estatal petrolera Petrobras. Moro dictó en 2017 una sentencia en su contra de 9 años y medio de cárcel, llevados a 12 años y un mes en enero de 2018 por un tribunal de segunda instancia y reducida después a 8 años y 10 meses en 2019 por una corte superior (STJ).
Lula fue condenado a 17 años de cárcel en otro juicio iniciado por Moro, pero concluido por su sucesora cuando el juez se convirtió en ministro. Esos dos procesos fueron anulados a inicios de este mes por un magistrado del STF por vicio de forma, alegando que debían ser tratados en Brasilia. Con esa decisión, Lula quedó habilitado para disputar las elecciones de 2022. La Fiscalía General apeló esa decisión, que deberá ser tratada próximamente por el plenario del STF, de 11 miembros.
La nueva victoria judicial de Lula, este martes, obliga al tribunal que trate el asunto a iniciar desde cero la instrucción, con todos los interrogatorios. Moro puede presentar un recurso contra el fallo, pero solo cuestionando su constitucionalidad, explica Daniel Vargas, profesor de derecho de la Fundación Getúlio Vargas. La decisión es otra una victoria política para el expresidente Lula, cuya elegibilidad se confirma después de sucesivas decisiones del STF.
Lula, de 75 años de edad, gobernó el país más poblado y la mayor economía de América Latina entre 2003 y 2011. Fue encarcelado y condenado por malversación de fondos en 2018, lo que le impidió presentarse a las elecciones de ese año. Salió de la cárcel en noviembre de 2019, pero no pudo presentarse a las elecciones debido a sus antecedentes penales.
El "habeas corpus" dictado por Fachin le permite a Lula recuperar sus derechos políticos y abre el paso a una eventual candidatura en las presidenciales de 2022, siempre y cuando la decisión del magistrado se mantenga y el exmandatario no sea condenado en segunda instancia por los tribunales federales hasta entonces. Lula no ha dejado claro cuáles son sus planes ante los comicios de 2022. En caso de presentar su candidatura, podría enfrentarse al actual presidente, Jair Bolsonaro, que buscará la reelección.