A casi cuatro décadas de haberse diagnosticado los primeros casos del Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) en el mundo, aún no ha sido posible obtener una vacuna para combatirlo.
No obstante, los avances médicos han permitido mejorar la calidad y expectativa de vida para quienes lo padecen. Aun así, esta enfermedad no se puede considerar superada.
Se considera que la orientación, prevención y el uso del preservativo son fundamentales para evitar contagiarse, especialmente en los jóvenes quienes inician su vida sexual; sin embargo, también son factores de riesgo la realización de tatuajes, colocación de piercings o el uso de agujas.
México ha avanzado en erradicar la transmisión del VIH por vía perinatal -de madre a hijo-, lo cual significa que los niños y niñas de mujeres con esta infección, que antes tenían una supervivencia de tres años, hoy pueden tener una vida sana.
“Se tiene un 98 por ciento de avance en esta meta que significa también que los niños van a vivir con su mamá que recibe tratamiento retroviral y van a tener todas sus expectativas de vida”, afirma el experto del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina de la UNAM, Roberto Vázquez Campuzano.
En ocasión del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA -que de acuerdo con la ONU se conmemora el 1 de diciembre y cuyo lema este año es “Solidaridad mundial, responsabilidad compartida”-, Vázquez Campuzano destaca la importancia de incluir la prueba para detectarlo como parte del control prenatal; explica que el avance se ha conseguido gracias a tres estrategias:
“Si se detecta a la mamá con infección durante el embarazo, se le da tratamiento y se limita el riesgo de transmisión, que es del 30 por ciento. También se le recomienda la cesárea en lugar de parto natural, con lo que se elimina otro 30 por ciento de contagio, y se le sugiere no lactar al bebé al seno materno para reducir otro 30 por ciento de posibilidad de transmisión”.
Subraya que mientras en los primeros años de detección del VIH había una mujer por cada siete hombres infectados, ahora la relación es de una por cada cuatro varones.
Según estadísticas del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/Sida, de los seis mil 417 casos notificados en el país hasta el tercer trimestre de este año, 16 fueron por transmisión perinatal –el 0.2 por ciento–, mientras que por la vía sexual, seis mil 370 (99.3) por ciento; y 31 -0.5 por ciento- entre usuarios de drogas intravenosas. No se reporta ningún caso por transfusión sanguínea
Vázquez Campuzano comenta: “hemos hecho visitas de supervisión a diferentes estados del país, identificado áreas de oportunidad y tenemos cubierto cerca de 98 por ciento del plan para eliminar la transmisión perinatal.
“Teníamos la meta del 100 por ciento para este 2020, pero la pandemia no nos ayudó. El año que viene vamos a retomar las actividades para alcanzar este objetivo internacional”, agrega quien se ha desempeñado como jefe del Departamento de VIH y otras Infecciones de Transmisión Sexual, en el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológico (InDRE).
Esperanza de vida
El año pasado el doctor Pablo César Espinosa Larrañaga, de los Servicios Médicos de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, relata que atendió a un joven que presentaba alteraciones y depresión.
“Luego de platicar un rato con él, me dijo: ‘Ya me voy a morir’. Le pregunté por qué decía eso y me contó que se había hecho una prueba y había dado positivo, que tenía Sida”, recuerda.
Entonces el médico le explicó que podía vivir con VIH, que es distinto a presentar el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Le pidió hacerse una prueba confirmatoria -de Western Blot- para entonces valorar si requería canalizarlo a la Clínica Especializada Condesa, a algún Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención en SIDA e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPASITS), a fin de realizarse más estudios y recibir tratamiento oportuno.
Vázquez Campuzano coincide en que se ha logrado que deje de ser una enfermedad mortal para ser una crónica, con cura funcional; es decir, los pacientes no eliminan el virus, pueden transmitirlo, pero con medicamentos antirretrovirales se puede suprimir su replicación, mantenerlo en los niveles más bajos posibles y evitar complicaciones por enfermedades oportunistas.