Sin nunca imaginarlo, Rosendo Camacho un día decidió aprovechar los guajes para crear bules de agua, despertando su interés en crear otras piezas que lo llevaron a vender, desde hace más de 20 años, artesanía a las afueras de la Catedral de Cuernavaca.
Rosendo nació en Toluca. Se dedicaba a la venta de muebles de madera, pero por cuestiones de salud le recomendaron vivir en zonas de menor frío, y eligió el estado de de Morelos.
Fue aquí donde por casualidad aprendió a elaborar artesanía a partir del guaje; atravesaba los campos y los veía tirados, y un día se le ocurrió crear unos bules, sin embargo, no simples, quiso darles un toque diferente
Se ayudó de otros materiales, como hilos, lazos, y tejerlos para que pudieran colgarlos en el hombro o se les facilite a las personas transportarlos.
Alguien que le vendía los bules, le dijo que no era sencillo lo que realizaba, que era más bien una bella artesanía, y ahí surgió el interés de convertirse en artesano, y empezó elaborar saleros, jarritos, flautas, figuras, alhajeros, nadie le enseñó, él aprendió solo a crear, e inclusive a grabar, decorar, y tejer.
Todo el material lo extrae del campo, inclusive ha sembrado para tener en su casa lo que necesita y de forma natural.
Rosendo indicó que tiene 22 años vendiendo artesanías enfrente de la entrada principal de la Catedral de Cuernavaca, en calle Hidalgo del Centro.
Las ventas han bajado, porque los turistas extranjeros eran los que más consumen artesanías, pero desafortunadamente pese que Morelos está en semáforo color verde desde hace más de un mes, son pocos visitantes los que ha visto, la mayoría son del país.
Sus hijos viven en otros estados, se dedican a otras cosas, pero también les apasionan las artesanías y saben elaborarlas; su esposa ya se ha involucrado en el proceso y le ayuda a decorar y pintar las piezas.
Recordó que se ha enfrentado a distintas dificultades, como cuando los querían quitar del lugar por programas de reordenamiento, sin embargo, resistieron y actualmente pueden seguir exhibiendo sus creaciones, en el mismo punto.
Todos los días no deja de crear, de innovar, de experimentar con colores, grabados y está agradecido con el don que tiene de crear, e inclusive que muchas veces son los clientes quienes le dan ideas nuevas.