El escultor mexicano Germán Arzate presentó su exposición Romtesh en el Museo de la Ciudad de Cuernavaca (Mucic), donde creó un gran ambiente, pues sus piezas fueron colocadas en un circuito que rodea la planta baja del recinto.
La exhibición tiene 20 piezas que realizó desde 2015 a la fecha, que forman parte de una colección mística y de natura.
Mi obra maneja un realismo fantástico, es decir, parten de diferentes formas de la naturaleza pero con un toque mágico y místico, donde se conecta con una dualidad que es característica en mi trabajo. Es una propuesta que viene desde mi corazón Germán Arzate
La obra de Arzate se ha expuesto en varias partes del mundo como el Aeropuerto de Cancún, Nueva York, el Museo del Carmen y el Museo Tamayo en Oaxaca, y por vez primera llega a la Ciudad de la Eterna Primavera para cautivar con sus magníficas piezas en gran formato talladas en bronce.
Esta exhibición marca una pauta diferente en mi carrera que es mostrar la obra en el interior de la República mexicana; es mi primera exposición en Cuernavaca y me encanta en este bello lugar
Debido a que las piezas están ubicadas en el patio del Mucic, de inmediato enganchan las miradas del público, quienes no dejaron de admirar la belleza de las mismas y felicitar al autor por su excelente trabajo.
La museografía se hizo para que las piezas fueran colocadas dentro de los arcos de este espacio y que la gente pudiera girar alrededor
“Justamente, eso es algo bello que tiene la escultura, que puedes estar en un 180 grados o 360 grados, alrededor de la pieza que te llama y conecta a diferentes formas conforme vas dándole la vuelta, ese un aspecto muy importante en mi obra”, comentó.
A través de la escultura, Germán ha encontrado una manera de expresarse y representar sus ideas, sueños y emociones en cualquier material que toquen sus manos, pues considera que la sensación de transformar un material plasmando una idea, es de las cosas más excitantes de su vida. Ver cómo una obra toma forma para transcender en el tiempo y lo hace cómplice del arte mismo.
Las favoritas del escultor
- Mía: “es un poema escultórico, una pieza que evoca cuando alguien significa mucho para ti, y es una simbiosis perfecta del amor, entre dos formas que se atraen y que se juntan para ser uno mismo”, explicó el artista.
- Uno: “es una pieza muy introspectiva. El caracol representa nuestras vidas, sobre cómo empieza y cómo va girando, cada reto significa esa cuerda que va dando el caracol. Me inspiré en un cangrejo ermitaño que hace referencia a cómo vas acarreando la vida y al salir de ese caracol volteas a ver el mundo y la vida. La figura humana, no tiene boca porque debes tener mucho cuidado con lo que hablas y sólo tiene una oreja porque no debes escuchar todo lo que te dicen”, dijo.
- Tortuyo: “esta pieza, apela a la semejanza entre la tortuga longeva y el hecho de que el ser humano quiere vivir mucho tiempo, y de ahí compararlo con el paso firme, seguro y controlado de la tortuga, que tiene que asemejar para dejar huella en este mundo. El caparazón representa la vida, las marcas son las que te dejan las diversas situaciones que atraviesas en la vida y aun así el caparazón sigue creciendo, el lento andar en la vida es lo que vas aprendiendo y entendiendo del camino para poder dejar un legado”.
Germán Arzate menciona que desde que tenía siete años comenzó su fascinación por la escultura pues hacía piezas con plastilina epoxica y barro, con las cuales descubrió a través del juego y de manera autodidacta lo necesario de esta disciplina artística.