Regresa la voz de la comunidad

El papel de las campanas en el Templo de la Preciosa Sangre, Tlalnepantla

Restauradora Viviana López Gutiérrez y Arquitecto José Alfredo Jiménez Mejía

  · sábado 20 de abril de 2019

Mayordomo tocando las campanas Fotografías Viviana López Gutiérrez

Las campanas de los templos representan para las comunidades tres aspectos principales: el musical, el histórico y el socio-cultural. Las campanas son piezas importantes en la vida de las comunidades, se considera el instrumento musical por excelencia que cumple una función pública de comunicación, es la voz viva del pueblo. El valor que tiene este elemento sonoro está aunado a otro elemento denominado campanario, que cumple la función de caja musical o soporte; básicamente es el complemento de las campanas, desde su posición elevada se conserva el eco y de allí sale el mensaje. En el caso del Templo de la Preciosa Sangre, el campanario sostiene una campana central de grandes dimensiones y dos esquilas que a través de sus diferentes sonidos notifican los grandes acontecimientos. De esta forma las campanas del Templo, que originalmente tenían una función eminentemente religiosa, también cumplen el papel de difusión de sucesos de distinta índole. Asimismo, se incluye la participación del campanero, que cumple una función relevante: la relación persona – elemento que se vuelve indispensable, por tanto, no cualquier persona puede llevar a cabo este oficio pues es muy importante el vínculo de comunicación tradicional y la manipulación al momento de tocarlas para generar una composición con sus diferentes sonidos y vibraciones.

Para la conservación de las campanas es necesario dar a conocer su relevancia e involucrar a la comunidad, con el fin de que sigan siendo un elemento importante para los habitantes del lugar y de esta manera incentivar su preservación. Es así como se estimula a las personas que hacen parte de la mayordomía del templo para conservar su valor histórico y cultural para que las campanas permanezcan activas en las siguientes generaciones.

El regreso del sonido de las campanas

Tlalnepantla es un municipio localizado en los altos de Morelos, rodeado de campos de nopales, una vista imponente al valle, al volcán Popocatépetl y a una serie de montañas majestuosas. A este municipio lo conforman cinco barrios históricos, cada uno con su capilla: San Felipe, San Nicolás, San Bartolo, Santiago y San pedro, así como tres comunidades aledañas: El Pedregal, Felipe Neri y San Nicolás en la localidad del Vigía. Igualmente, cuenta con el Templo y Ex convento conocido como La Preciosa Sangre de Cristo, construido en el siglo XVII por los frailes Agustinos, el cual conserva un conjunto arquitectónico conformado por un amplio atrio, el claustro y el Templo, que al igual que las capillas anteriormente mencionadas, fue afectado con daños severos derivados del sismo del 19 de septiembre de 2017.

El Templo de La preciosa Sangre de Cristo alberga, entre otros, unos elementos esenciales que hacen parte del devenir de la comunidad: las campanas.

El toque y los repiques de las campanas con sus sonidos despampanantes y vibraciones, constituyen un simbolismo ritual que da aviso a los acontecimientos. De tal modo que los diferentes sonidos producidos por la forma del repique se transforman en un lenguaje que permanece en la memoria de los habitantes.

Durante la restauración de las afectaciones que sufrió la torre campanario del Templo de La Preciosa Sangre de Cristo, las campanas estuvieron protegidas y al culminar los trabajos de intervención sobre el inmueble, lo que más deseaba la comunidad era que se habilitara el campanario para reavivar el toque de las campanas. Es por ello que el día 19 de marzo, a un año y medio del sismo siendo las doce del día, se llevó a cabo adentro del campanario, minutos antes de que se tocaran las campanas nuevamente, una ceremonia para bendecirlas. Para ello integrantes de la mayordomía le colocaron un adorno blanco al badajo de cada campana, los asistentes portaban velas y agua bendita para la ceremonia ejecutada por el párroco que mencionó lo siguiente:

Hoy vemos el reflejo del trabajo por parte de los especialistas, Señor has permitido que esté de vuelta el funcionamiento de este lugar y las campanas hacerse oír, porque somos un pueblo de espíritu de fe y así tu espíritu y tu palabra nos alimente y nos fortalezcan en nuestra vida en nuestro pueblo, en nuestros trabajos. Gracias señor por haber permitido a tus hijos que han trabajado en este lugar poder restaurar y que hacen posible nuestra alegría de volver a las habituales ocupaciones de este templo en este día que lo festejamos

Una vez concluida la ceremonia de bendición, los asistentes esperaron en la cubierta del templo, ansiosos de escuchar nuevamente el repique de las campanas y preparados para darle la sorpresa al resto de la comunidad. Al primer toque se lanzaron cohetes que, junto con los repiques de las campanas, avisaban a la comunidad del día especial y la fiesta que se vivía en una hora y un día común. Los que estuvimos presentes en el campanario, vimos como los pobladores salían de sus casas y negocios, algunas personas se acercaron al Templo, otras subieron hasta el campanario con rostro de asombro y felicidad.

La voz de la comunidad

La felicidad de la comunidad de Tlalnepantla puede plasmarse en las palabras del mayordomo Romualdo Espíndola o Nacho como es conocido en la comunidad, después de ser el primero en tocar las campanas a un año y medio de estar en silencio:

Al ver las personas que en el momento del toque suspendieron cualquier actividad fue un regalo, solo la mayordomía y el padre sabíamos de dicho acontecimiento, sentí una emoción descomunal al volver a sonar, tocar y escuchar nuevamente las campanas de mi pueblo, una felicidad que quizás y tuve el privilegio de sonar las campanas, una alegría bastante fuerte y particular, al momento que estaba sonando las campanas veía como las personas del barrio de San Felipe y las personas que están en el campo estoy seguro que dejaron sus labores para escucharlas

Igualmente, Bernardo Estrada quien fue el segundo en tocar las campanas expresó:

El pueblo vuelve a sentir otra clase de vida sobre el pueblo causado por el sismo, al volver a escuchar el sonido de las campanas se le da más vida a la población, nosotros como encargados y con el padre sentimos una sensación muy bonita a nivel pueblo que hasta salieron las personas

Por su parte, Alberta Ávila y Maura Villa que estuvieron en la ceremonia, en cuanto terminaron de tocar las campanas no dejaron de opinaron al respecto con las siguientes palabras:

Se sintió alegría que volvimos a la normalidad, se rompió el silencio, antes estaba todo triste porque pasaban nuestras fiestas sin tocar las campanas, la gente debe estar ahora muy feliz, el lenguaje del pueblo son las campanas y antes me preguntaba quien se murió y pues no lo sabemos, pues las campanas nos daban el aviso. Pero ahora que vamos a tener las campanas activas ya vamos a saber que está pasando en el pueblo, hasta los que trabajan en el campo van a saber qué pasa, porque las campanas se tocan de diferentes formas, cuando es una emergencia tocan de un modo, cuando va haber una misa es diferente y cuando pasa un accidente grave le tocan bien rápido y tiene que venir a reunirse la gente porque algo está pasando. La gente está feliz porque escuchó las campanas, que sorpresa tan bonita

Por otra parte, nada más grato para un párroco de pueblo que el tema de las campanas. Ellas han sido las mejores acompañantes de todos los acontecimientos religiosos a la feligresía. Por tanto, al terminar la ceremonia el párroco José Luis Álvarez comentó:

Había un silencio, ellos aquí viven, aquí es su pueblo, yo los acompaño, cuando fue el sismo me decían nos afectó, cayó nuestro patrón del pueblo estamos de luto, está caído, pero decían: cayó mejor él para que nosotros continuásemos con vida. Pero el otro elemento a parte del patrón del pueblo, pues eran las campanas, las campanas es como la energía, el espíritu, la luz que mueve, para mí también que los acompaño como párroco, no tiene el mismo sentido en el pueblo para orientar su vida, su trabajo, su labor, su familia porque son cuatro momentos de las campanas, 7 de la mañana, 12 del día, 3 de la tarde y 7 de la noche, que es el ritmo del pueblo: empezar a trabajar a las 7, a las 12 almuerzo, descansito a las 3 ya casi es suspensión de labores, y si creo que las personas que estaban en campo como dice Don Nacho hicieron un alto para escuchar y decir: la vida continúa con más ritmo y alegría

Agradecimientos

Las áreas de Restauración y Monumentos Históricos del Centro INAH, Morelos, agradecemos la colaboración y facilidades ofrecidas por parte de la mayordomía del Templo, cuyo apoyo fue fundamental para las labores de supervisión y acompañamiento de la restauración en los inmuebles del municipio de Tlalnepantla. Los trabajos de restauración efectuados constituyen una gran experiencia técnica y social, por la importancia que representa para los habitantes del municipio, el valor cultural que ha trascendido de generación tras generación, así como la protección y conservación del patrimonio, que fue la preocupación de cada una de las comunidades tras el sismo del 19 de septiembre del 2017.