La Semana Santa tiene diversos significados, para los creyentes es uno de los periodos más espirituales del año, para los no creyentes significa vacaciones, para esta columna y sus lectores es la oportunidad de conocer un poco a una de las mujeres morelenses que con su trabajo mantiene viva, entre otras, la tradicional quema de Judas: Mónica Franco Mújica.
El escarnio público es el espacio punitivo de la sociedad, actualmente tiene en las redes sociales su principal baluarte. La quema de Judas, es el añejo escarnio de este personaje y lo que simboliza. En reuniones, festivales o plazas públicas, posibilita la catarsis colectiva que cohesiona las identidades de quienes participan en ella. En la quema se decantan el arte popular, la tradición, la espiritualidad y el gozo festivo.
Con la llegada a Cuernavaca en 1905 de Víctor Franco Jiménez, se inicia uno de los talleres más longevos de cartonería y pirotecnia del estado. Cinco generaciones han dedicado su vida y arte a mantenerlo. Mónica Franco, biznieta de Víctor es quien ahora lo encabeza, pues su padre no quiso dedicarse a ello, uno de los hijos de Mónica y su sobrino son los herederos. En la colonia La Carolina, el taller está dividido en dos áreas, una de pirotecnia y otra de cartonería, oficio al cual Mónica se ha dedicado con más ahínco.
Desde niña vivió de cerca la tradición de la quema de Judas, cuenta que en tiempos pasados, “los Judas tenían básicamente cuatro formas: El hacendado, muñeco regordete (por la voracidad insaciable que los caracterizaba) con sombrero y traje de época; El payaso, por aquello de darle pan y circo al pueblo; La muerte, porque al día siguiente de la quema, que tradicionalmente se lleva a cabo el sábado de gloria, en el domingo de resurrección la vida triunfa sobre ella; y el que más ha perdurado hasta nuestros días, El Diablo, símbolo de toda la maldad, pero en especial la de Judas al traicionar a Cristo. Anteriormente, se solían colgar los Judas a la entrada de los comercios, les amarraban los productos que vendían: huaraches, cubetas, pastas de dientes, etc. Ahora, los comerciantes que exhiben uno propician la ocasión para que sus clientes se tomen una selfie.” El trabajo de Mónica y su taller, puede verse y adquirirse desde el jueves hasta el sábado en su puesto frente a los Bomberos del Mercado Adolfo López Mateos, aquí en Cuernavaca. Producen Judas altamente ornamentados “para que se los queden” y otros un poco más burdos para ser quemados.
La quema de estasfiguras, representa el triunfo del bien sobre el mal, de la vida sobre lamuerte, de la paz sobre la guerra. En mi familia creemos que al quemarse elJudas, podemos depositar mentalmente en él todos los aspectos negativos quepercibimos en la vida, para que al estallar, vuelen por los aires en milpedazos y desaparezcan. Así sea.