Susan Brownell Anthony (1872), escribió que ninguna mujer que se respete puede trabajar por el triunfo de un partido que la ignore. Y yo digo, peor aún, que las acose o las viole, y todavía más perverso, que se metan con los niños.
Por eso no se entiende que las mujeres de Guerrero hayan apoyado el proceso electoral de Salgado Macedonio, el ahora senador con licencia que fue acusado de abusar sexualmente, al menos tres ocasiones, a una mujer que trabajó para él durante 2016 cuando era director de un periódico en Acapulco, Guerrero. «Estoy aquí porque es un tema de justicia. Yo no soy la única y no es justo que yo haya perdido a mi familia y haya tenido que dejar mi casa y él (el agresor) siga como si nada, mientras yo me tengo que estar escondiendo y huyendo. Ya no es justo seguir viviendo así», dijo la agraviada, y otras más. Terrible caso a todas luces. Las "feministas" de su partido hicieron algo de ruido y luego se quedaron con los brazos cruzados y la boca bien cerrada. El TEPJF, Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, solamente resolvió negarle la candidatura por no haber entregado los reportes de gastos de precampaña, y el caso de las mujeres que fueron abusadas seguirá pendiente, sin la importancia que merece. Ahora tendrán de representante a su hija "la tora" como si no hubiera habido suficiente agravio.
Tuvieron que pasar quince años para que arrestaran a Kamel Nacif, el empresario que orquestó la tortura de Lydia Cacho al denunciarlo por comprar niñas para prostituirlas, lavar dinero y evasión de impuestos en los Estados Unidos. Una sociedad realmente digna se hubiera paralizado por completo para defender con uñas y dientes la inocencia de sus niños. Pero nada más no quiera una mujer decidir sobre su cuerpo, porque salen los alacranes "agraviados" hasta por debajo de las piedras.
La defensa del diputado morenista, Saúl Huerta, revictimizando a la víctima. ¿Cómo lo permiten?
Por eso las víctimas no quieren denunciar.
Otro sujeto que ha sido denunciado por acoso y abuso sexual es Andrés Roemer. Un hombre muy admirado por la cúpula intelectual y política de México, y de otros países, por su aguda inteligencia. Se dice que recibía presupuestos millonarios para la realización de sus programas en los cuales escogía, con un escabroso patrón que lograba sembrar el miedo en las jóvenes bonitas e inteligentes que se eclipsaban con ese hombre tan poderoso.
Se atoran las angustias que nos envuelven diariamente en este país. ¿Cómo es que hemos llegado hasta estos deplorables límites?
Ya es hora de que llegué al país una mujer feminista. Una de verdad. Con perspectiva de género, que sea capaz de entender, equilibrar y respetar a la Naturaleza en todas sus manifestaciones con una mano férrea, expedita, con leyes casi al estilo salomónico.
Esta forma de ver la vida se ha convertido en invivible.