Popotlán: Con cultura busca alejar de los vicios a sus habitantes

Desde hace un año la Casa de la Cultura de Popotlán, en Temoac, recibió el reconocimiento oficial de la Secretería de Cultura estatal

Óscar Garagui / El Sol de Cuautla

  · miércoles 6 de marzo de 2024

La danza, en Popotlán, ha servido para que las mujeres se sientan mejor, a salir de la rutina y a desestresarse. /Cortesía | Ernesto Ariza

Popotlán es una comunidad indígena, la más pequeña del municipio de Temoac. Y con su Casa de la Cultura busca que los habitantes tengan una opción importante para alejar a las nuevas generaciones del ocio e incluso de los vicios.

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Popotlán cuenta con una población que apenas y rebasa los mil habitantes aproximadamente: “En el último censo poblacional, tomado hace unos años, éramos 750, pero la población ha crecido y aproximadamente seremos poco más de mil”, comentó Ernesto Ariza Becerra, director de la recién conformada Casa de la Cultura de la comunidad, mediante la cual se organizaron ya dos talleres para la población de todas las edades: danza y fabricación de alebrijes.

Desde 10 años atrás un grupo de vecinos veníamos organizando actividades culturales, sin embargo, hace exactamente un año se nos dio el reconocimiento oficial como Casa de Cultura por parte de la Secretaría de Cultura.

Para ello, dijo, “se levantó una ficha técnica y evidencias fotográficas por parte de la Dirección General de Desarrollo Cultural Comunitario, en las cuales se nos consultó sobre las actividades que se han realizado en la comunidad, entre las cuales destacan ocho años participando en la proyección de películas con la Carreta Cine Móvil, un concierto con La Banda Sinfónica el Zarco de Yautepec en el año 2013, y un taller de máscaras de cartonería en el año 2017”.

Además de estas actividades, explicó, realizan aportaciones literarias, como en 2018 cuando se publicó el cuadernillo "Los huehuenches de Popotlán: Una tradición muy nuestra", y en el mismo año se adquirieron tres bocinas para beneficio comunitario, las cuales son de utilidad en las iglesias y en la ayudantía para las clases de zumba.

Somos ya una Casa de Cultura, aunque no tenemos todavía un espacio físico, pero desarrollamos actividades culturales porque nuestros sueños siempre buscarán los espacios donde puedan desarrollarse.

De esta manera, Ariza Becerra comentó que la cultura es una herramienta que puede ayudar a encauzar mejor a los futuros ciudadanos de Popotlán, alejándolos de los vicios y el ocio.

“La cultura nos ayuda a encauzar mejor a los futuros ciudadanos de Popotlán, que tenganespacios dónde realizar estas actividades y se cambie la mentalidad para encauzarlos en un mejor camino”.

A las chavas les ayudó a salir de la rutina, a desestresarse y mejorar su estado de ánimo, a convivir entre ellas y conocerse mejor; y con el taller de alebrijes despertamos el interés, sobre todo entre los niños, a participar y descubrirse en esa parte del arte que desconocían.

Además de los dos primeros talleres, en este poco tiempo la Casa de la Cultura de Popotlán fue el anfitrión de un taller de dulces que estuvo organizado por los centros culturales El Viejo Molino y La Vecindad: “Nosotros únicamente les dimos el apoyo con el espacio y con la invitación a toda la población, principalmente niños”.

A la fecha, dio a conocer que a los talleres han asistido en total 46 personas, mientras que a la proyección de películas acudieron en promedio 120 personas, “donde la gente nos apoyó con palomitas y en la renta de sillas”.

Lo que opinan maestros y alumnos de los talleres

Agradezco a Ernesto por la gran oportunidad de poder compartir un poco de mi saber con su comunidad. Gracias a cada padre de familia por creer en sus pequeños y gracias pequeños por creer en sí mismos. Fue un gusto para mí coincidir con cada uno de ustedes, son una comunidad muy hermosa, y me fascina su gran organización e interés por su comunidad y sus infancias. Son como una familia enorme, eso es de admirarse”, comentó la maestra del taller de alebrijes, Margarita Soriano Hidalgo.

“Padres de familia, lo que hoy siembran en sus hijos influirá por el resto de sus vidas, no solo los valores y el amor por su pueblo, sino el apoyo en el uno por el otro, ya que, aunque hubo diferencia en edades, existió sinergia y empatía y ello persistirá en su infancia”, agregó.

Por su parte, una alumna del taller de danza, Juliana Ramos Garcia, comentó sobre su experiencia: “Cada una tenemos diferentes experiencias, a mí me pareció muy bonito sobre todo muy bueno para el cambio de rutina, ayuda a desestresarse, a convivir con diferentes personas, y a ser feliz”.