La violencia se exacerba cada día, principalmente en contra de las mujeres que vivimos con miedo hasta cuando caminamos por la calle en una terrible paranoia, aparte de las muy frecuentes llamadas de extorsión a nuestros domicilios que no sabemos ni en dónde denunciar. Como dice la feminista argentina Rita Segato, esto es el espectáculo del poder, una exhibición de impunidad, soberanía territorial en un espacio físico. Esta guerra que opera en el cuerpo de las mujeres como un tipo de violencia estratégica que permite desintegrar comunidades. Por eso hoy, más que nunca, es necesario seguir hablando de estos temas que no nos gustan, que nos provocan una gran zozobra con el fin de construir puentes, quitar fronteras, abrir entendimientos que nos impidan tejer lazos sociales.
Para hablar del movimiento feminista, después de varios intentos, por fin tuve la oportunidad de platicar con la Lic. Patricia Bedolla Zamora, una de las abogadas activistas feministas académicas con más trayectoria política y, además, una de las más contundentes que conozco en el Estado de Morelos. Desde que la escuché en la UAEM hablando de la necesidad de implementar la alerta de género en nuestro Estado, mi pensamiento se vio reflejado en cada una de sus palabras por su postura universal femenina, de ahí mi interés en conseguir una entrevista con ella.
Para Paty, como le dicen sus amigas y amigos, el movimiento #YoSíTeCreo del mes de agosto del 2019, con todas las vertientes, con todo lo que hubo para deslegitimarlo, con todo lo que pagaron para meter a infiltradas e infiltrados y poner a las mujeres como unas terribles violentas, tuvo un enorme impacto mundial que duele y reduele a quien quiso deslegitimarlo. Ya demostraron que no fueron ellas las que irrumpieron, violentaron o pintaron; pero, aún cuando así hubiera sido, Paty se pregunta qué hace a las mujeres diferentes de los hombres para no poder enojarse y no poder demostrar su enojo. ¿Qué las hace diferentes? ¡Nada! Todos estos son clichés en donde las mujeres sólo tienen el derecho a manifestarse modositas, bonitas, amables, como debe de ser una niña bien; pero, en una ponderación de derechos, suponiendo, sin conceder, que hayan sido las feministas las que pintaron las piedras. ¿Qué es más importante?, La Ángela de la Independencia ó 10 mujeres asesinadas diariamente ó 40 violaciones que se cometen en este país? A las mujeres les dicen feminazis, pero no están exterminando a nadie. Lo cierto es que a las mujeres sí las asesinan o violentan sexualmente a diario.
El movimiento feminista es un movimiento pacífico porque así se creó desde su concepción. Las mujeres no salen a la guerra, no salen a pelear, no salen a exterminar a nadie. Salen solamente a pedir igualdad de derechos. Esto significa que no quieren ser más que los hombres pero tampoco quieren ser menos que los hombres. La premisa universal del feminismo, en el mundo, es la igualdad. Hoy por hoy, el ejercicio a vivir una vida sin violencia. Es una premisa universal que se deriva en diferentes feminismos, múltiples y diversos, como múltiples y diversas somos las mujeres”.
Como feminista militante a la licenciada Bedolla le gusta hacer análisis importantes, ninguna información la replica si no la ha analizado. No le importa lo que digan los demás, que le digan feminazi, desnaturalizada o porque puede ser violenta y salir a pintar a la calle; eso no es el asunto porque es ponerse al nivel de los violentos. Ella piensa que si genera una acción contestataria es ponerse al nivel de los violentos; una feminista debe seguir su incidencia, no tiene por qué confrontarse, ni ser contestataria. De entre los seres evolucionados e involucionados, ella prefiere a los evolucionados que son capaces de desaprender para aprender. Que son capaces de deconstruirse para volver a construirse porque ella no tiene la fuerza ni las capacidades de esos núcleos fanatizadores de las personas.
El género atraviesa todos los temas, igual que los derechos humanos atraviesan todos los temas y quien no defiende los principios del feminismo, entonces no se es feminista. Habrá personas que se digan feministas, pero no lo han entendido; no es solamente seguir una agenda fanáticamente, es un seguimiento que discierne, es un seguimiento razonado, argumentativo, especializado. No es ir repitiendo, como los fanáticos religioso que repiten los versículos; se trata de hacer ejercicios de razonamiento porque estos aportan a las nuevas líneas críticas del feminismo, a la cultura, a las artes, a los derechos humanos o al lugar en donde nos estemos desarrollando.
Una militante feminista de verdad, dice Paty, ha aprendido a desprenderse de su ego y hace un trabajo de equipo para poder impulsar una agenda frente al gobierno que a la mejor hasta ahorita ha manifestado cierta indiferencia a este tema, porque si bien no hecho nada a favor, tampoco ha hecho nada en contra. Tenemos que hacer que este gobierno voltee a vernos, pero con argumentos, conocimientos y señalamientos puntuales.
El Iusfeminismo o el feminismo del derecho, sigue comentando Paty, es el que más ha avanzado porque tiene que ver precisamente con el derecho. El derecho ha sido una de las herramientas que ha utilizado el feminismo en la historia para acelerar el proceso de cambio. No es lo mismo esperar cambios sociales que se dice duran 30 años que si lo aceleramos con una norma jurídica. Por supuesto que el derecho ha avanzado mucho. Estas grandes normas jurídicas que hemos logrado, son parte de estos movimientos en contra. Porque no es lo mismo decir que tienen derecho a votar y a ser votadas pero nunca les don el cargo.
Cuando se logran grandes avances como estos, en donde las resistencias patriarcales de alguna manera tienen que sujetarse a la esfera de la Ley, no es algo que sea tan fácil. Es decir, los hombres se tienen que reprimir, tienen que cambiar su discurso y, además tienen que ceder los espacios públicos. Eso fue lo que sucedió en San Lázaro con Muñoz Ledo que hasta quería cambiar la ley para poder seguir siendo presidente de la mesa cuando en términos de la paridad total, ya le correspondía a las mujeres dirigir en San Lázaro. Estas son las resistencias que las mujeres tienen que vivir y, estas imposiciones legales tienen de reverso: la violencia. A cada paso que avanzan, lo primero que reciben, antes que cualquier felicitación, es la violencia. Basta con hacer un análisis histórico de los hechos.
Hay cuatro olas en la historia feminista que marcan esos movimientos y hoy estamos nuevamente en esta ola que nos une a todas en un solo frente para luchar en contra de la violencia, porque está violencia se está incrementando día con día en contra de las mujeres. Estamos en esta denominada cuarta ola que ha generado movimientos de masas, antes no vistos. El movimiento se fortalece, es un encuentro de todas las generaciones que en algún momento de la historia se habían disgregado, ya sea por generaciones, otras por temas, otras por doctrinas. Sin embargo, todos estos feminismos vuelven a encontrarse nuevamente bajo una sola bandera, que es la bandera de la no violencia. Es encantador porque son las mujeres jóvenes las que están encabezando este gran movimiento de la no violencia.
El feminismo es universal, tiene bases universales, pero a partir de estas bases universales, los feminismos son tan diversos como lo somos las mismas mujeres y las mujeres jóvenes tienen derecho a ostentar su propia corriente del feminismo. Las que ya han transitado en el feminismo por algunos años tienen que aprender a respetar a las jóvenes, abrirles la puerta y dejarlas que tomen los liderazgos que ahora les corresponden y si ellas creen que las podemos ayudar, pues que bueno, acudamos a su llamado, aportemos lo que podamos aportar y dejemos que tomen de nosotras lo que necesiten porque son a ellas a las que están violando, desapareciendo y a las que se están llevando a la trata. Son las ofendidas directamente en este asunto y claro que tienen un liderazgo muy importante.
Continuará…