Después comprendí que esa comida fue realmente mejor de lo que yo hubiera pensado. La plática no giró en torno al trabajo, platicamos de cualquier cosa que se nos ocurriera, de la música, de los artistas, hasta de los amores y desamores, de la familia, del lugar donde vives. Allí entendí el porqué sigue soltero Luciano a sus 38 años. Para mí era una buena noticia, pero aún no me animaba a hacerme presente con él de otra forma.
Todos en la oficina le hacían bromas de su soltería, a veces lo daban por “gay”, o le decían que dejara tanto trabajo y se dedicara a buscar una mujer, y también que ya se olvidara de aquella chica Roxana, que según se cuenta en la oficina todos conocieron, pero de repente se fue, y pocos habían seguido algún contacto con ella; Luciano algo sabía de lo que fue de su vida, pero hasta ahí.
Después de comer, estábamos por pagar la cuenta, cuando de pronto, mi jefe, que comió con nosotros, recibió una llamada que lo obligó a retirarse y entonces le pidió a Luciano me llevara a mi casa, a lo que él contestó: ¡Claro!, no se aún donde vive, pero aprenderé, esa frase me gustó, “aprenderé”, pero entonces pensé que era por decir algo en ese momento. Yo aún hoy no sé si mi jefe, a propósito, nos dejó solos o realmente se tenía que ir y dejarme con Luciano. Lo que pasaba era que más de uno, incluida la secretaria Naty, se habían percatado lo nerviosa que me ponía cuando estaba cerca de él. En fin, esa tarde me llevó a casa.
Lo gracioso fue que al año y medio que llevaba trabajando en la empresa, me enteré de quién era la famosa Roxana que fue el amor de su vida. Fue curioso. Esa tarde, Naty salió de la oficina de su jefe con una foto en la mano, que ella tenía que romper, pero sólo por hacer chisme me la llevó a mi lugar: -Mira, ella es la famosa Roxana, me encargó mi jefe desaparecer esta foto, me la acercó y yo no le dije nada, la cara de Roxana se me hizo tan conocida que yo sabía quién era ella, yo la conocía. ¡No puede ser!, pensé: ¡Es por ella por quien moría! No dije nada en ese momento, pero la reconocí rapidísimo, tomé la foto y me mostré sorprendida. -¿Y la vas a romper?, pregunté. -Eso me dijo Luciano, fíjate que se acordó que es hoy su cumple, la tenía en su cajón todavía, así que la sacó y me la dio. -¿Y la vas a romper?, pregunté otra vez. -Pues claro, es una orden -No la interrumpí y vi como la hizo añicos.
Días después me invitó Luciano a tomar café, le pregunté si pensaba tener novia, casarse, y me dijo palabras más, palabras menos: -Si encontrara a alguien que me llenara el vacío, seguramente sí. - ¿Y qué pasó? -No sé, algo le molestó, me molesté, nos atrapó el orgullo y nos dejamos de hablar, sólo nos alejamos pero mira cuánto tiempo, ya pasaron tres largos años, No sé ya nada de ella. – ¿Porque no la buscas?, seguía mi curiosidad.
-No, ya es mucho tiempo. -Yo te puedo decir dónde está tu Roxana - abrió tremendos ojos Luciano, hasta vi cuán profundos tiene esos hermosos ojos color avellana. -¿Qué dices? ¿La conoces?
-Sí, estudiamos juntas la carrera y eventualmente seguimos viéndonos con otras amigas, hablándonos, platicamos. Te puedo decir en dónde está ahorita mismo ¿te interesa? También yo de una vez saldría yo también de la duda.
Tomé mi teléfono y le marqué a Luisa. -¿Qué haces Luisa?, pregunté. .Alguien quiere saludarte, aquí estoy con una persona que conocí y que tú también conoces. ¿Quién? -preguntó ella. Luciano-, ella se quedó callada. Luciano estaba cerca de mí, con una carita de sorpresa que no olvidaré.
Me dieron tales ganas de abrazarlo, de decirle que se olvidara de ella porque yo estaba allí junto a él, pero me aguanté. Entonces Luciano tomó mi otra mano y acarició mi mentón. Me miró tan fijamente que casi me paralizo. No hablaré con quién me mintió. -No quiere hablar contigo –me atreví a decirle, y ella reaccionó: -Yo menos, ni lo recuerdo ya, dile que ni se atreva a buscarme...adiós nena, ya te contaré de ese wey, colgó. Yo sentía la mano firme de Luciano tomándome la mía, y su dedo acariciando mi mejilla, sentí que temblaba, y me dijo:-era exactamente lo que yo necesitaba, y tenías que ser tú quien me aclarara todo y cerrara ese capítulo de mi historia, te dije hace muchos meses: aprenderé, se acercó y me besó en los labios.
Me alegro de haber perdido una amiga, yo gané un nuevo ciclo, gané un novio con quien me voy a casar mañana. Así pasa en la vida.