Uno de los recintos culturales más icónicos en Cuernavaca, sin duda alguna, es el museo Robert Brady. Este inmueble data del siglo XVI y alberga una de las colecciones de arte más amplias a nivel internacional.
“Es una clásica casa colonial de Cuernavaca que en un principio formó parte del Monasterio Franciscano que se construyó alrededor de la Catedral en el siglo XVI. Posteriormente, en el siglo XIX, cuando pertenece a la Iglesia, es parte de la residencia del segundo Obispo de Cuernavaca, Francisco de Plancarte Navarrete, quien, independientemente de su formación eclesiástica, era reconocido por ser astrónomo y arqueólogo, entonces es quien manda a construir la torre que tiene la casa como observatorio, por eso el nombre de Casa de la Torre."·
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“Posteriormente, en 1961 el artista y diseñador estadounidense Robert Brady la adquiere y se encarga de restaurarla, respetando toda la arquitectura y dispone de su acervo personal integrado por más de mil 300 piezas de arte que adquiere en sus viajes por el mundo, una colección muy ecléctica, pero con ese buen gusto y refinamiento”, expresó Sergio Moreno, parte del equipo del Museo Robert Brady, y encargado de los recorridos por la colección.
Ubicado sobre la calle Nezahualcóyotl no. 4, en el Centro de Cuernavaca, el Robert Brady es una de las joyas culturales que hay en la ciudad y que realmente vale la pena descubrir, pues cada rincón es una experiencia única.
“Robert Brady viajó por diversas partes del mundo y se hizo de una colección de arte muy extensa y ecléctica que guardó en este lugar. Antes de morir, tuvo el deseo de que su casa fuera un museo”, recuerda Sergio.
"El coleccionista falleció en 1986 y cuatro años después se funda este recinto, abriendo sus puertas en 1990 como museo privado bajo el resguardo de la asociación estadounidense Robert Brady”, detalló Linda Rosas, coordinadora general del museo.
La amplia colección de Brady está conformada por más de mil 300 piezas de arte representativas de diversas culturas, así como muebles coloniales y figuras prehispánicas, que en conjunto brindan una ventana al arte del mundo y que nos transporta a otras épocas.
En esta colección, Brady reúne obras de arte prehispánico, arte popular de distintas partes del mundo como África, México, India, Oceanía y el Lejano Oriente, que generan un hermoso mosaico de épocas y estilos distintos. Destacan las obras de artistas como Frida Kahlo, Diego Rivera, Clemente Orozco, Rufino Tamayo, Tamara de Lempicka, Miguel Covarrubias, María Izquierdo y por supuesto, piezas del propio Brady, que principalmente son pinturas, retratos de amigos cercanos, paisajes y naturaleza muerta y tapices que él diseñaba.
“La combinación de arte primitivo africano con arte popular de diferentes países, piezas prehispánicas, arte sacro y pinturas de diferentes épocas, estilos y de grandes maestros mexicanos principalmente es increíble. Y lo sensacional de la colección es la yuxtaposición de piezas de distintas culturas, pero con ciertas similitudes, y hace una combinación en cada sala muy temática y magnífica”, dijo Sergio Moreno.
Dentro de la casa museo, las obras se encuentran ubicadas tal y como Brady las dejó, distribuidas en 13 habitaciones, hoy conocidas como salas.
El Museo Robert Brady es reconocido a nivel internacional, por lo que generalmente es visitado por público extranjero, en especial por franceses y estadounidenses, así como por público de diferentes partes de la República Mexicana.
De hecho, la mayoría de los morelenses no conocen este importante museo, y aunque se ubica en una de las calles más concurridas, pocos se han interesado por saber más sobre el lugar y visitarlo.
“Debido a esto nos interesa hacer comunidad con la gente que vive en Morelos, y desarrollamos un programa educativo y cultural muy interesante para atraer al público, con actividades como club de lectura, conciertos, talleres para niños, adultos y familiares. Mes con mes cambiamos nuestra oferta y tratamos de involucrar al público en general, para que visiten el museo y conozcan lo maravilloso que es este sitio”.
Entre las actividades permanentes están los martes guiados por la colección del museo, los primeros tres del mes se realizan en español y el último en inglés. Asimismo, cada dos meses, se hace un recorrido en Lengua de Señas Mexicana (LSM) dirigido especialmente a la comunidad sorda.
La naturaleza y arquitectura que envuelve este lugar, es realmente mágico, y desde cada ventana, espacio y espejo, se puede admirar un maravilloso mundo.
Visita el museo de martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas, la entrada tiene un costo de 60 pesos (general) y 40 pesos (descuento al presentar credencial de estudiante, maestro e INAPAM vigente).