A tres años de su partida, el legado del destacado pintor cuautlense Luis de Antuñano continúa a través de su hija, América. No podría ser de otro modo, porque lo lleva en la sangre. Sin embargo, la joven reconoce que la pintura no siempre fue su primera opción y que, por mucho tiempo, fue la última.
“Yo no quería saber nada de ser pintora, prefería cualquier otra forma de expresión artística. Me gusta cantar, bailar danza folclórica, y en todo eso estuve, pero a la pintura me negaba”, cuenta América después de despedirse de los niños que hoy recurren a ella para formarse como pintores.
No debe ser fácil crecer a la sombra de un artista cuyo trabajo figuró en México, otros países y continentes. Nacido en 1958 en la Ciudad de México, Luis de Antuñano y Liévana fue uno de los hijos predilectos de Cuautla cuando se quedó a vivir acá y tomó el bastón de mando no solo de su generación, sino de decenas de jóvenes que aprendieron de él y que, bajo su cobijo, se convirtieron en grandes artistas. Dicen que no solo era un gran maestro, sino una gran persona.
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Y América también parece reunir ambas virtudes: “Ahora que falleció mi padre, empezó a resurgir esa pasión que había estado ahí, solo que estaba medio dormida. Ahorita es una cosa que siento que es él, que me está impulsando. Veo sus obras y pienso que lo que empezó no puede terminar así”, dice América.
Dice que son como cosquillas, que siente de repente, y que es él quien la está animando a continuar con la labor de formar pintores desde las edades más tempranas, alejar a la gente de los malos hábitos y encaminarla por el arte.
Porque la única opción en Cuautla son los antros, puro beber, y no es que esté en contra, pero ¿qué otra opción hay? ¿Qué hay para los niños? Creo que preservar el legado de mi papá es una muy buena alternativa, porque él picó piedra y luchó por muchos años para que tuviéramos arte aquí
Actualmente, América está a cargo del taller infantil “Diversión en pintura”, que tiene lugar cada sábado a las 10:00 horas en el andén de la antigua estación del ferrocarril interoceánico.