Marcos Munstock, uno de los integrantes originales del grupo Les Leuthiers, a quien se le reconocía de inmediato por el tono bajo de su voz al introducir los textos de las obras de cada espectáculo que presentaban y a los cuales añadía exquisitos toques humorísticos con sus dotes de locutor profesional, murió el pasado mes de abril, no a causa de la pandemia, sino por un tumor cerebral.
Les Leuthiers, fue el nombre de un extraordinario grupo argentino musical-humorístico. Recibieron muchos premios a lo largo de su carrera por su excelencia musical y por crear diferentes personajes que hicieron la delicia de su público durante muchos años, particularmente con su personaje prototípico, Johann Sebastian Mastropiero, inventado por Marcos Munstock y el fundador del grupo en los años 60, Gerardo Masana. Existen gran cantidad de videos que podemos gozar a través de Youtube.
En estos momentos de pandemia, cuando pareciera que no hemos aprendido todavía la lección de vivir en armonía con nuestros semejantes, con los animales, con la Naturaleza misma y los gobernantes siguen minimizando el clamor de las mujeres y niños en contra de los feminicidios, en contra de la violencia intrafamiliar en todas sus manifestaciones, una se toma un tiempito, a veces, para evadirse de este insólito mundo y reír un poco, lo cual es absolutamente necesario.
Así que me puse a transcribir una de las presentaciones de Les Leuthier, a modo de poesía y solo por diversión, mientras los escuchaba en mi concierto personal a través de la computadora un viernes por la tarde mientras disfrutaba de una copa de vino tinto, aunque faltaría la música y la intencionalidad de la entonación.
Este es solo un pequeño remanso emocional.
El poeta lanzó un grito a las montañas
bajo una terrible tormenta
¿De dónde vienes?
Preguntó una voz en las tinieblas.
Vengo a recobrar el fuego de un amor abandonado.
Contestó el poeta que escuchó su voz
reverberando en el eco y titiritando de frío
bajo su abrigo de pieles.
Y empezó a hablarle al eco...eco, eco, eco
para que le hablara de su amada... ada, ada.
¿Cuánto vale su humildad y su decoro?... oro, oro
Háblame de mi amada... ada, ada
Responde a mi a mi pregunta...pregunta, pregunta
Dime quién es la más noble doncella... ella, ella
Cómo son sus espléndidos cabellos. vellos, vellos.
Qué sonrisa en sus labios se adivina... divina, divina
¿Me será siempre fiel? Dime qué sí... ¡No sé!
Cuánto valen su humildad y su decoro...oro, oro
Qué mujer tan hermosa cual estrella...ella, ella.
Cómo es mi hermosa Ana Bella?... preciosa, preciosísima, un hembrononón.
¡No!
Te contaré un secreto algo procaz...saz, saz,
Te diré lo que ocurre cuando me habla...habla habla
Me enloquece su boca carmesí...¿y? ¿y?
Despertar mi deseo ella consigue...sigue, sigue
Y nos damos con loco frenesí... sí, sí
Largos besos que no acaban nunca jamás...
¡Basta!
¡No digo más!.
Una de estas mañanas, una cualquiera...una cualquiera
Le diré lo que ella es para mí....una cualquiera
¿Qué insinúa de mi amada divina?...adivina, adivina
Ella es una fiel compañera...era, era
¿Quién se interpone entre nosotros?...otros, otros
¿Otros,? Dime sus nombres...hombres, hombres
Dime quién es... que sin más lo mato yo....yo, ¡no sé! , ¡no sé!
Ante necios y envidiosos, no reculo...cu
En el amor no razono ni especulo...cu
Y por eso estos versos articulo...jajaja
Y así finalizo de este modo mi... cuarteta... ¡culo, culo y culo!