HOY, en el mundo, ha proliferado el uso de tecnologías de la información como vías de comunicación e interacción. Las personas establecen redes sociales, mantienen vínculos interpersonales y desarrollan distintas dinámicas de socialización a través de los medios electrónicos como el Internet; diversas encuestas mexicanas refieren que más de la mitad de los usuarios tienen acceso a Internet, computadoras personales y teléfonos celulares.
Los internautas permanecen en comunicación en línea por varias horas al día. Las principales actividades que realizan son: acceder a redes sociales, enviar y recibir correos electrónicos, mensajes instantáneos y videollamadas, así como buscar información.
Del total de usuarios, una cuarta parte son adolescentes. (Asociación Mexicana de Internet, 2015, 2016; Instituto Nacional de Estadística).
En el caso de los adolescentes, se ha documentado que emplean dispositivos electrónicos para interactuar y comunicarse con la pareja a través de las redes sociales y mensajería instantánea por lo que son populares las prácticas como postear, bloguear, chatear o mensajear, que en conjunto tienen efectos positivos y/o negativos en las relaciones románticas.
Entre los efectos positivos de la comunicación electrónica se favorecen la socialización, la cohesión, la autodivulgación, el compromiso, entre otros procesos de interacción, debido a que los adolescentes conversan y comparten intereses a través de redes sociales y mensajes instantáneos.
PERO, los efectos negativos ocasionan riesgos emergentes (reales y percibidos), es el caso de la violencia de pareja que comprende actos de abuso y maltrato que ocurren a través de distintas herramientas de interacción cibernética en las relaciones románticas adolescentes.
Estudios recientes señalan prevalencias de violencia de pareja que se ejerce en medios electrónicos que oscilan entre el 14 y el 87% por ciento. Un estudio transcultural reportó prevalencias de entre el 68 y el 92% en adolescentes mexicanos en celos, control e intrusión y se analizaron la proporción de adolescentes que son ejecutores de abuso en línea en las relaciones de pareja.
Y es que, a través de la comunicación electrónica, hoy, se establecen nuevas dinámicas de interacción en la relación de pareja que ocasionan que la violencia de pareja se dispare, independientemente del sexo de las personas o del tipo de relación que se tenga.
El abuso a través de medios electrónicos afecta el bienestar y la salud mental, ya que se asocia con baja autoestima, depresión, síntomas psicosomáticos, alteraciones del sueño, abuso de sustancias, desajuste psicosocial, malestar emocional, conductas sexuales de riesgo, enojo, hostilidad, bajo rendimiento académico, acoso entre pares, uffff.
Esta modalidad emergente de violencia de pareja se ejerce de manera pública o privada a través de espacios virtuales; comprende acciones de abuso, control, monitoreo intrusivo y vigilancia, manifestaciones de celos, trasgresión a la privacidad, distribución de material digital privado sin el consentimiento, perpetración de agresiones verbales (por ejemplo, el envío de mensajes, o proliferación de rumores que sean insultantes, dañinos, ofensivos, degradantes, humillantes o amenazantes para la pareja), exclusión social de grupos virtuales, distanciamiento y acoso sexual.
Por si fuera poco, existen otras conductas, como la revisión de correos electrónicos o mensajes de texto, la solicitud del uso del GPS o localizador geográfico para conocer el paradero de la pareja, el uso de espías cibernéticos, la petición de contraseñas de las cuentas de redes sociales o correos electrónicos, la solicitud de prácticas sexuales no deseadas, así como la publicación o distribución de fotografías en las que la pareja aparece desnuda o semidesnuda sin el consentimiento de la persona afectada.
La violencia a través de medios comprende acciones como la destrucción del teléfono celular o la computadora de la pareja, la prohibición de comunicación a través de redes sociales con los amigos, bloqueo de redes sociales e, incluso, se utiliza la información en línea para extorsionar a la pareja.
El abuso cibernético hacia la pareja se traslapa con la violencia psicológica, verbal y la coerción sexual. Sin embargo, posee características distintas debido a la naturaleza de las herramientas tecnológicas, como la permanencia y facilidad en el acceso, conectividad y visibilidad de la información en los espacios cibernéticos, la distancia geográfica, así como a la cantidad de audiencia con quien se tiene comunicación en línea dado que el material digital se puede capturar, guardar, duplicar, compartir y recircular sin la presencia física de las personas receptoras.
Lo anterior indica que la violencia de pareja que se manifiesta a través de medios electrónicos es un problema social y de salud pública emergente que posee cualidades específicas debido a la naturaleza de las herramientas tecnológicas que utilizan los adolescentes con la intención de ocasionar daño a la persona con quien se mantiene una relación romántica.
Por todo ello si usted se encuentra en esta situación acuda a terapia psicológica lo antes posible, para que se encuentre en condiciones de fortaleza mental para poner límites o un alto definitivo a quien o quienes lo están agrediendo.