En la región Oriente de Morelos, en Jonacatepec, la zona arqueológica Las Pilas se conserva como un testimonio arquitectónico de los tiempos prehispánicos y sigue siendo, al día de hoy, una interesante opción turística para quienes visitan la entidad durante periodos vacaciones y fines de semana.
Aunque la extensión donde se estableció la zona arqueológica ha sido invadida por la mancha urbana, hay una importante área ceremonial de ocupación teotihuacana que se conserva protegida. Dicha área está integrada por seis montículos.
Ubicada al interior de un balneario, la zona arqueológica empezó a ser explorada cuando el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) intervino ante la destrucción de un montículo para construir una piscina. Desde entonces, la investigación desarrollada por el instituto ha permitido conocer parte de la historia de este lugar, que entró en decadencia hacia el año 650 después de Cristo, cuando Teotihuacán, su centro rector, perdió el poder.
De acuerdo con el portal Lugares del INAH, posteriormente se convirtió en un área habitacional permanente o temporal de varios grupos. Durante la Colonia, Las Pilas formó parte del marquesado de Hernán Cortés, lo que hizo que su importancia se redujera a centro de evangelización y escala en la ruta de las órdenes mendicantes en su paso hacia Guerrero y Oaxaca.