San Pablo Apóstol, quien fuera perseguidor de los primeros cristianos y, tras escuchar a Jesús camino a Damasco, se convirtiera en su seguidor y evangelizador de su doctrina, escribió una de las más bellas defensas del amor en su epístola a los Corintios. Patrono de Axochiapan, es celebrado por casi un mes, del 8 al 28 de enero, en la Feria de ese municipio.
Durante ésta, cada noche las más de 20 mayordomías que participan en ella llevan a cabo procesiones que son encabezadas por grupos musicales que acompañan a danzas como las de Tecuanes, Vaqueros, Zopilotes y Contradanzas, seguidas de dos filas de personas portando entre 50 y 100 ceras escamadas, para finalizar con los mayordomos y su alcancía, corona y estandartes, con los resanderos y coheteros enmarcándolos. Estas procesiones, llamadas “ceritas” por estar compuestas principalmente por esta magnífica expresión tradicional, duran entre 1 y 2 horas y terminan en la iglesia a los pies de la imagen de la conversión de San Pablo Apostol.
En ese més habrán de circular por Axochiapan más de 2000 ceras escamadas, lo que constituye una singular y espectacular práctica que distingue a esta población de las otras donde la cerería ocupa un lugar especial en las festividades. También allí las ceras se caracterizan por constar de cirios grandes, de hasta 1.50m de altura y por tener las formas más disímbolas, desde canastas y estrellas, hasta barcos, iglesias, guajolotes y toda figura que el cerero y el mayordomo con el que trabaje sean capaces de imaginar y realizar.
A la mañana siguiente de estas “ceritas”, se prosesiona de regreso a casa del mayordomo, quien ofrece una comida para quien guste acompañarlos. Posteriormente, la cera, los estandartes y los demás símbolos de la mayordomía se llevarán a casa de quien lo será el próximo año. Así el ciclo prosigue, pues para preparar una mayordomía de estas dimensiones y gastos, incluso hay cofradías de ciudadanos, paralelas a las mayordomías, que prestan su ayuda voluntariamente para el adecuado desarrollo de la celebración. Esta fiesta, como casi todas las tradicionales, articula a buena parte de la población tanto para prepararla, como para su desarrollo y, por supuesto, su disfrute. Las expresiones tradicionales y sus fiestas unen, cohesionan y dan sentido a las poblaciones que las desarrollan y a los demás nos proporcionan raiz, orgullo y un profundo anclaje con el territorio que habitamos.