La fe que mantiene las prácticas ancestrales

En el municipio indígena de Coatetelco, las personas luchan por conservar su identidad, cultura y las tradiciones, como las ofrendas colgantes

Angelina Albarrán | El Sol de Cuernavaca

  · lunes 30 de octubre de 2023

En esta tradición todos los elementos que conforman una ofrenda son colocados sobre el “huacapechtle” o “huatlapechtle”, que es la cama de otates o carrizo suspendidos con tirantes. / Angelina Albarrán | El Sol de Cuernavaca

La ancestral tradición de las ofrendas colgantes en Coatetelco aún sobrevive. Flores de cempasúchil, velas, jarros de agua, sal, pan, fruta, chocolate, incienso y platos de mole o diversos alimentos, son colocados sobre el “huacapechtle” o “huatlapechtle”, que es la cama de otates o carrizo suspendidos con tirantes que se unen y amarran al techo, de donde cuelgan mazorcas, sombreros, machetes y algunas prendas para recibir las almas de los fieles difuntos.

Coatetelco es uno de los cuatro municipios indígenas de Morelos donde prevalece la mística tradición prehispánica que los aztecas celebraban durante un mes, justo al empezar la cosecha. Y es que en esta localidad los frutos y alimentos que se preparan con la primera cosecha se llevan a ofrendar a los muertos cada 28 se septiembre en la víspera de la celebración a San Miguel.

Cada una de las tumbas se decoran con cruces y coronas de flores de papel; sobre ellas la ofrenda que las nuevas generaciones denominan la “elotiza”, ya que el maíz es el cultivo predominante, además del cacahuate y la calabaza.

El maíz es el cultivo predominante de la ofrenda, además del cacahuate y la calabaza. / Angelina Albarrán | El Sol de Cuernavaca

Cultura y Religión

Nicolás Sánchez Silverio, director de Cultura y Turismo municipal de Coatetelco, reconoce que son pocas las familias que aún conservan celosamente la tradición de ofrendar a sus muertos en “huatlapechtle”, una mezcla del origen prehispánico y el sincretismo de la Iglesia católica.

Una particularidad de nuestras ofrendas de Día de Muertos es la llamada ofrenda colgante; no hemos encontrado otra similar en el estado de Morelos y en los estados vecinos, lo que sin duda le da realce a la ceremonia tradicional de ofrendar a nuestros muertos”.

➡️ ¿Ya recibes las noticias en WhatsApp? ¡ES GRATIS!

Agrega que estas inician el 28 de octubre con la ofrenda de la calabaza para las ánimas “solas” y de personas que murieron en forma trágica o violenta, o “los matados”, como anteriormente les decían.

El 31 de octubre se pone ofrenda a los niños y a los que murieron antes de nacer. Y la fiesta para recibir a las almas de todos los muertos es el 1 de noviembre.

Nosotros ofrendamos, como siempre, desde las vísperas, por eso nuestra ofrenda se levanta el 2 de noviembre, día de todos los santos y fieles difuntos, y se reparte con amigos, compadres y familia".

Angelina Albarrán | El Sol de Cuernavaca

Nombre correcto en náhuatl

Por la pérdida de la lengua del náhuatl aún se discute cuál es el nombre correcto, si huacapechtle o huatlapechtle, pues para unos significa mesa colgante y para otros cama que está en lo alto, ya que por falta de mesas así acostumbraban a guardar los alimentos para que no los alcanzaran las hormigas u otros animales.

Los elementos de la ofrenda

Los indispensables son las flores de cempasúchil y terciopelos, velas encendidas, jarros de agua, sal, pan, chocolate criollo en tablilla y preparado, fruta como naranja, plátano, lima, mandarina y ahora ya ponen manzanas y otras; los platos de mole verde, tlaxcales, y colgando en las cuatro esquinas algunas herramientas de trabajo o la ropa, y bajo la ofrenda el incienso sobre carbón prendido, un camino de pétalos de cempasúchil desde la entrada e incluso frente a la casa y veladoras que alumbran el sendero.

Conforme instalan la ofrenda las personas rezan y dicen el nombre de a quien se la dedican. Actualmente también colocan refrescos o bebidas, que en las primeras horas del 2 de noviembre reparten entre la familia que acompaña la velada y la celebración de las almas, quienes de los alimentos solo toman parte de la esencia y el aroma. Algunos comparten y reparten la ofrenda con sus conocidos, nos cuenta la familia Santana.

Flor de cempasúchil, pan, fruta, bebidas y platillos tradicionales son los elementos indispensables de la ofrenda. / Angelina Albarrán | El Sol de Cuernavaca

En Coatetelco participa toda la familia en la preparación de la ofrenda, desde los niños, jóvenes y adultos. A los hombres les corresponde ir por el carrizo o los otates y tejer el huacapechtle y colgarlo al techo; igualmente deben moler la semilla de pipián previamente tostada (calabaza) para el mole, mientras que las mujeres tienen la tarea de preparar el chocolate y comprar los trastes de barro, el pan y lo que haga falta. A las niñas y niños les toca deshojar las flores de cempasúchil para hacer los caminos y los collares de flores con las que decoran la ofrenda.

El 31 de octubre muy temprano se ponen a cocer la gallinas o pollos criollos, ya que con el caldo preparan el mole; algunas familias acostumbran a cocer la calabaza en dulce un día antes.

En peligro de extinción

El Centro Cultural Teódulo Alemán Cleto ha impulsado diferentes cursos y concursos para preservar esta tradición, ante el peligro de que desaparezcan las ofrendas colgantes, ya que a muchas familias se les hace más fácil ponerla sobre mesas, además de que también cambió la construcción de las casas que originalmente tenían techos de palma o teja.

El gobierno municipal de Humberto Leónides Segura realiza campañas con el centro cultural para rescatar estas costumbres que les dan identidad, como la laguna y sus pescadores, y se visitan las ofrendas más representativas.

El año pasado hubo incluso concurso de ofrendas, entre otras actividades, para sensibilizar a la población en el sentido de preservar esta tradición tan especial y significativa en Coatetelco.

Angelina Albarrán | El Sol de Cuernavaca


Únete a nuestro canal de YouTube