Una antigua fotografía del arco grande del canal Tenango, tomada en los años 30, permite comparar el avanzado deterioro que presenta el caudal del río Cuautla y ha llevado al historiador Enrique Anzures Carrillo a exhortar a la ciudadanía a tomar importancia sobre la necesidad de participar en las acciones de rescate del Área Natural Protegida (ANP) del río Cuautla.

“El mensaje es muy claro: el río ahí está, pidiendo a gritos que no lo contaminemos. En la zona hay víboras y garzas, así que hay vida en él, a pesar de la basura, las descargas. Es un llamado a la reflexión sobre la ecología”, expuso el también Director de Uso y Manejo Sustentable de la Comisión de Biodiversidad del Estado de Morelos (Coesbio).

La fotografía es muy ilustrativa: en ella, en blanco y negro, aparece no sólo el también llamado “arquillo”, sino un hombre remando en una canoa, mientras que el nivel del agua llega casi hasta la mitad del arco. De acuerdo con el historiador, la construcción tiene una altura de 15 metros, por lo que el río alcanzaría los siete metros de profundidad, aproximadamente.

“Han pasado casi cien años. Antes era Cuautla de Amilpas, porque había mucha agua, y ahorita estamos a punto de quedarnos sin ella. Es una baja notoria”, reflexiona Anzures.

En los últimos años, el historiador se ha dado a la tarea de buscar hacer conciencia entre la población de la región, partiendo de un dato clave: que, hasta el siglo pasado, Cuautla contaba con dos ríos, uno de los cuales desapareció.

Se trataba del río Chiconahuapan, cuyo afluente se originaba en el antiguo bosque de la zona que hoy es conocida como Las Tazas. De acuerdo con el historiador, el río Cuautla podría correr con la misma suerte en caso de que las acciones para su rescate y preservación no den resultados.