Lucien Damet nació en París en 1914. Realizó estudios de hotelería y trabajó en una famosa pastelería parisina y en hoteles de Biarritz. Hacia 1950 vino a México, en 1954 ingresó como pastelero a Sanborns y allí trabajó hasta su jubilación. Traía por herencia el amor a las abejas, pues su padre había sido apicultor. En muchas de sus cartas hay alusiones al estado de Morelos:
“12 abril, 1964. El jueves de la Semana Santa, llegando de mi trabajo, Corazoncito [así se refería a su esposa] me enseñó, muy orgullosa, un bello enjambre de abejas que se había instalado en las ramas de un árbol frutal del jardín [de su casa en Coyoacán, en la ciudad de México]. Naturalmente y como te lo podrás imaginar, era una magnífica ocasión para instalarlas en una colmena, así que, al día siguiente, viernes santo, como todos los almacenes estaban cerrados en la ciudad, me fui con las gemelas a Cuernavaca a un centro importante de apicultura que se llama Miel Carlota, en donde compré una colmena completa con sus cuadros de cera, y dos cuadros llenos de miel para hacerles una buena provisión para su debut. También compré una trampa para el polen, máscara y todo lo necesario para humear. Regresamos temprano para montar todo a fin de albergar a nuestras visitantes en su nueva casa, lo que fue bastante fácil. Estábamos todos muy contentos de esta nueva adquisición. Cuando la colonia esté más fortalecida, a mi regreso de Francia, cambiaré la reina por otra más seleccionada y pondré la trampa de polen para recolectarlo destinado a nuestro uso personal”.
“28 de enero, 1965. Corazoncito y las gemelas pasaron 11 días en Cuernavaca; el miércoles 13 las llevé en la tarde y me regresé casi inmediatamente a México, después de haberlas dejado en el Hotel Papagayo, en donde habíamos hecho la reservación. Estos días en Cuernavaca les hicieron mucho bien a las tres y regresaron con unas caritas espléndidas. Aproveché mi corta estancia en Cuernavaca el domingo pasado, para ir a comprar mi tercera colmena en el centro apícola Miel Carlota; estará puesta en servicio en marzo y la poblaré con dos o tres cuadros de cada una de mis dos colmenas actuales y una joven reina seleccionada. Ya recibí mi nueva trampa para polen de la Casa Dadant, de Estados Unidos, con un modelo muy bien concebido y que me aporta más del doble de polen que el otro modelo de trampaque yo había comprado aquí”.
“1° noviembre, 1965. Logré cosechar unos 20 kilos de buena miel que ya hemos empezado a vender en el rumbo a 8 pesos (320 antiguos francos) el bote de 600 grs. y te hemos guardado, Mami, religiosamente, un bote de nuestra primera cosecha. Para la próxima primavera recolectaré al menos 125 kilos de miel por mis propios y pequeños medios, si no es que más”.
“23 enero, 1966. Partimos en coche para Cuautla, a unos 100 kilómetros de México, hizo un tiempo espléndido y caliente; la carretera pasa al pie de los volcanes, uno está cubierto de nieve y ofrecía un magnífico espectáculo. Llegamos a Amecameca, pequeño pueblo en donde hicimos nuestras provisiones, y un poco más adelante comimos sobre la yerba, aprovechando el paisaje. Una vez llegados a Cuautla, nos instalamos rápidamente en un pequeño hotel y nos fuimos a bañar en una gran piscina de agua sulfurosa y estuvimos todos felices; después de una buena noche y un muy buen desayuno, dejamos el hotel y fuimos como a una veintena de kilómetros a un pueblo que se llama Atotonilco, en donde hay una estación balnearia con agua natural un poco tibia y pasamos el día tomando buenos baños de agua y de sol”.
