“Sus indígenas, sus mestizos revolucionarios, están abrumados por injusticias y males y padecen crueles exigencias; vuelven los ojos trágicos y amenazantes de su fe hacia Obregón y esperan que cumpla las promesas que les hizo. Dichas promesas significan realidades, beneficios inmediatos, si es que algo significan: tierra, trabajo, libertad. Debe cumplirlas con honestidad y sin tardanza”.
➡️ Noticias útiles en el CANAL de WhatsApp de El Sol de Cuernavaca ¡Entérate!
“Los bandidos socialistas de Morelos están con él. De todos los grupos radicales es el más prometedor: una mezcla formidable de médicos, abogados, poetas y maestros que salieron a los caminos a combatir con Carranza, soldados que abandonaron el ejército sin autorización e iniciaron la búsqueda de la gloria personal; simples salteadores de caminos que abrazaron el ideal revolucionario. Eso es lo que queda de las hordas de Zapata, salteadores fanáticos que solían pronunciar discursos ante sus víctimas, mientras les picaban las costillas con la pistola para subrayar los puntos morales de su discurso. Estos hombres se ocupan ahora de gobernar el estado de Morelos con un programa absolutamente socialista. El estado está en paz, salvo por algunas batallas entre católicos y socialistas en el Día del Trabajo y las riñas ocasionales que se producen en días de fiesta”.
“Como nación, disfrutamos de las consignas. ¿Qué les parece ésta? ‘¡Tierra y libertad para todos, siempre!’ Si se necesitara una frase rotunda que nos animara en una batalla, ¿acaso podríamos mejorar ésta? Lo increíble de esta frase es que los hombres que la escribieron creían en ella. Tan sólo ¡tierra, libertad, para todos, siempre! Llevaron a cabo una revolución larga, costosa y deprimente a partir de esa frase. Tan pronto como acabaron de combatir, empezaron a traducir esa frase en acciones”.
“En Cuernavaca hay una acera con el célebre lema conmemorativo: ‘Es más digno morir de pie que vivir de rodillas’. La gran belleza de este lema y, sin duda, la razón por la que suena con tanta convicción y firmeza en la mente, es que los revolucionarios mexicanos siempre supieron que era verdadero y actuaron en consecuencia, mucho antes de que a alguien se le ocurriera la frase. No sólo han muerto de pie, sino atacando, con las armas en la mano y las botas espirituales puestas. Digo botas espirituales porque, de hecho, muchos iban descalzos”.
“Los revolucionarios mexicanos han dado un buen espectáculo; han exhibido altas cualidades de tenacidad, valor, un incorregible amor por el país, una invariable determinación a no vivir de rodillas, además de un desarrollo gradual en su sentido del método, de la estrategia política, y un buen entendimiento de aquello a lo que justamente se enfrentaban en un sentido mundial. La historia completa de las relaciones de ese país, tan sólo con Estados Unidos, es fea, cruel, amarga más allá de toda descripción y, por lo tanto, supongo que la verdad completa sería escandalosa o, incluso, que la mayor parte de los simples hechos jamás podrá ser publicada: podría hacer volar el techo de este continente”.