Con una historia de más de dos décadas, el Museo de la Caricatura y la Historieta “Joaquín Cervantes Bassoco” atraviesa actualmente por un periodo difícil al no contar con una sede fija, pero su director general, Eduardo Soto Díaz, está por asumir uno de los retos más importantes en el tiempo que el proyecto lleva de existencia: elaborar un catálogo del acervo del museo.
La elaboración de este catálogo será posible gracias a la beca que recibirá Soto Díaz por parte del Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA), con fondos del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), un trabajo que tendrá una duración de siete meses.
“Tengo muchísimo material y no sé ni qué es lo que tengo, entonces el compromiso es elaborar mil 200 fichas, entre ellas 600 serían ejemplares, y otras 600 de obras, pinturas y dibujos. En ese proceso yo voy a establecer efectivamente cuántos tengo, aunque no estén catalogadas, pero ya voy a tener un universo por catalogar”, explicó Soto Díaz.
Si bien la beca contempla un catálogo de mil 200 obras, el monerista asegura que el museo dispone de un aproximado de 10 mil ejemplares, mucho de ello material que ha sido donado por sus propios autores al espacio que, hasta hace poco, se encontraba en la Casa de Cultura de Anenecuilco “Coronel Francisco Franco Salazar”. Al no contar con una sede fija, Soto descartó que esta situación represente un impedimento para la elaboración del catálogo:
“Yo tengo todo el acervo y la sede serviría para que otras personas interesadas en colaborar pudieran hacerlo: estudiantes, investigadores, en una manera y un espacio seguro”, abundó.
Sin embargo, consideró que el Museo Casa de Zapata, que resguarda los restos de la vivienda en la que nació Emiliano Zapata Salazar, cuenta con espacios que pueden facilitar el proceso:
“Hay espacios que pudiéramos utilizar para trabajar en este proyecto y abrirlo a interesados”, dijo.
El Mucahi se fundó en el año 2000 y a lo largo de dos décadas ha sido alimentado a través de las donaciones que hicieron grandes dibujantes de la historieta mexicana, como Joaquín Cervantes, cuya muerte le dio nombre al lugar, y Sixto Valencia Burgos, responsable artístico del emblemático Memín Pinguín.