De las mujeres que dejan huella y de las que nadie habla

Evelia Domínguez

  · martes 2 de marzo de 2021

Muy queridos lectores, estamos comenzando el mes de marzo. Un periodo que marca la conmemoración de una fecha simbólica para las mujeres. El Día Internacional de la Mujer. Durante el presente mes de la primavera, voy a referirme a un grupo de féminas de las que casi nadie habla y conoce o que incluso hemos sepultado por desconocimiento absoluto.

Si bien tenemos perfiles actuales y contemporáneos interesantes. Debemos reconocer que nuestro presente no tendría el mismo significado sino hubiese intervenido un grupo de mujeres valientes y aguerridas. De esas chicas que se fajaron de forma literal, los pantalones para luchar por justicia e igualdad. Y en especial porque ellas dieron su vida por la Patria.

Ellas no pintaron muros, paredes ni monumentos. Ellas salieron a pelear en batallas repletas de sangre y pérdidas humanas. Aplastadas por el patriarcado, discriminación y ecos de reprobación.

Ellas tampoco relegaron al sexo masculino. Combatieron a su lado. Y se convirtieron en el ejemplo perfecto de disputas compartidas, en compañía. Porque el hombre y la mujer son indisolubles.

Hoy conoceremos tintes y rasgos de la vida y obra de Juana Belén Gutiérrez de Mendoza. ¿quién era esta mujer? ¿qué papel ocupa en la historia de México?.

A Juana la considero como una persona multifacética y de carácter férreo. Se desempeñó como maestra, anarquista y activista del magonismo y zapatismo. Así también fue una periodista de oposición. Fundó el Club Liberal Benito Juárez en 1899 y el semanario Vésper en 1901, y desde esta publicación dejó entrever su espíritu libertario sin tapujos y sin censura. Pues atacó al gobierno de Porfirio Díaz, a la iglesia y al Estado.

Desde luego este comportamiento desafiante provocó que Juana Belén cayera en prisión junto a Camilo Arriaga, un precursor de la Revolución Mexicana, los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón y Juan Sarabia.

Nada ni nadie podía frenar esta chispa retadora. Así que fue por un tiempo desterrada a Laredo, Texas.

En 1905 regresa a nuestro país, instante en el que comenzó a colaborar con Excélsior. Asimismo, fundó Las hijas de Anáhuac, una agrupación conformada por 300 mujeres. Una plataforma a través de la cual maquinaron estrategias a favor del sector femenino. Siendo uno de los objetivos centrales, conseguir mejores condiciones laborales. Y así dejar de ser oprimidas por un sector obrero que solo encumbraba la fuerza masculina.

Juana también defendió que en el sistema político mexicano se integrara la participación de la mujer a través del voto.

Participó de manera activa en la Revolución Mexicana. Cuando conoció a Emiliano Zapata de inmediato fue eclipsada por su ímpetu y la fuerza con la que el Caudillo del Sur defendía sus ideales.

Colaboró en los planteamientos que se asentaron en el Plan de Ayala.

El vínculo entre Zapata y Juana Belem pronto trajo consecuencias. Fue encarcelada por este motivo. Pero no por mucho tiempo. Al salir de la cárcel, Emiliano le confirió el nombramiento de coronela, encargándose de organizar el regimiento Victoria.

Sus orígenes

Juana Belén Gutiérrez Chávez nació en San Juan del Río, Durango el 27 de enero de 1875. Hija de Santiago Gutiérrez, originario de jalisco y Porfiria Chávez. Creció entre la pobreza y falta de acceso a una educación digna. Sin embargo, eso no fue obstáculo para ella porque aprendió de manera autodidacta.

El campo y las minas fueron el marco sobre el cual se desarrolló su infancia. Se casó a los 12 años con un minero analfabeto, Cirilo Mendoza, a quien enseño a leer y a escribir.

Sus aportes

Juana fue una mujer con una historia de vida excepcional. Combatió al régimen mediante la exposición de sus ideas. Su contribución quedó plasmada en innumerables publicaciones.

Entre las más importantes: El Diario del Hogar, El hijo del Ahuizote, en el periódico Fiat Lux, Alma Mexicana, Alto, El desmonte y La reforma.

Por la tierra y por la raza, su gran legado

Entre sus últimas publicaciones se encuentra el libro Por la tierra y por la raza, una obra en la que profundiza sobre el papel invisible que hasta hoy existen de nuestros hermanos indígenas.

Su muerte

El 13 de julio de 1942 murió una gran luchadora social. Entre un entierro triste lleno de privaciones.

Su pensión de cinco pesos no alcanzaba para darle una despedida solemne. Así que su hija, Laura Mendoza Gutiérrez tuvo que vender la máquina de escribir, desde la cual en varias ocasiones descargó sus ideas revolucionarias.

Juana Belén Gutiérrez de Mendoza, es una mujer de la que debemos sentirnos orgullosos y rescatarla del olvido oficial.

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