/ miércoles 31 de julio de 2019

Carmen Torres In memoriam Trascendiendo el sistema Patriarcal

Sororidad

Lo de hoy, es hablar del patriarcado. Se han hecho miles de ensayos en el mundo acerca de este tema, porque es un tema que atañe al mundo entero, por igual. Comencemos por saber dé donde se deriva esta palabra: Sustantivo masculino de origen latín “pater”-padre, empleado en las ciencias sociales, particularmente en la antropología, la sociología y los estudios feministas. Hoy día se le considera a este sistema, la forma institucional del dominio que ha prevalecido sobre las mujeres y sobre la sociedad en general.

El sistema patriarcal, siempre agarrado de la mano de la misoginia, se dice que hizo su primera aparición en la época Medieval; hay quienes aseguran que apareció por primera vez en las páginas del Antiguo Testamento y hay quienes dicen que apareció desde los primeros signos de las civilizaciones.

Esta última, es la teoría de la filósofa mexicana Carmen Torres Monroy. La maestra nos dice que los seres humanos somos palabra, somos ideas que han formado nuestras mentes a través de los siglos. Esto es vital comprenderlo para darnos cuenta cómo este universo de ideologías han conformado las mentes de nuestros pueblos desde los primeros tiempos. Las palabras van formando nuestra interioridad, que son, a su vez, nuestra conciencia y nos hacen ser lo que somos. Desde este punto de vista podemos entrar al universo de las ideologías. Estas ideologías son las que necesitan ser cambiadas para buscar la felicidad, porque se puede ser bueno solo si se es feliz y se está satisfecho. Basta de este mundo de muerte, de miedos y de sufrimiento, totalmente contrario a la creatividad humana. Hay que dejar atrás las creaciones de dolor para suplirlas por las creaciones de placer.

Una de las fuentes del sufrimiento es precisamente la misoginia, que significa el odio a la mujer. Lo más terrible es saber que las mujeres han usado esta misma misoginia en contra de ellas mismas a través de los siglos, porque es lo que ellas han aprendido y después, defendido, a ultranza, reproduciendo el sistema patriarcal que las mantiene solas, sumisas y obedientes. Eso viene desde el origen de la cultura, que es lo más sorprendente.

La maestra Torres nos dice que, las formas ideológicas que lograron los primeros grupos totémicos, fueron hechas por unos chamanes o sacerdotes que decían haber escuchado “la palabra divina”. Desde aquellos grupos se inauguró “la verdad”, y de ahí se desprendieron las formas religiosas que, con la continuidad de los rituales, fueron generando los valores y las morales. Con los valores se inventó que la sexualidad era lo más despreciable y así transcurrieron las ideologías que crecieron en el grupo terráqueo sobreviniendo la sociedad de la muerte. El deseo quedó abolido, se prohibió desear cuando los seres humanos somos deseo permanente. De esta manera, el animal sexual fue encarcelado en la rejas de la moral y de la costumbre. Esta fue la forma más determinante de la castración humana. De ahí vienen todas las deficiencias, los traumas y los excesos del pasado y que vemos en la actualidad en el comercio sexual, en la imposibilidad de alcanzar el placer en la sexualidad, a tal grado que es una de las muchas fuentes de los femenicidios, de la pederastia y de todas las perversiones que de esto deriven. Esta es nuestra herencia animal y esa “animalidad” no fue destruida, sino malversada; la formaron en contra de los seres humanos por medio de la noción de la culpa; llegó a tanto la forma del pensamiento ideológico religioso que bastaba con solo pensar en ello para caer en el pecado y del pecado, a la culpabilidad. Esta culpa, mil veces milenaria es la que ha acompañado a su gemelo: el miedo.

Un filósofo post moderno dice que somos la máquina “deseante” y esto no aplica nada más para los jóvenes, sino en todas las etapas de la vida, tomando diferentes formas de expresión. Sigmund Freud decía que la posibilidad de hacer vida, es a través de la libido. Carl Gustav Jung, por otro lado, nos dice que, el inconsciente, es la historia de la humanidad desde los tiempos inmemoriales.

Desde este pensamiento ideológico se pueden vivir los mandatos que primero fueron religiosos y después, se convirtieron en moral. Los mandatos para las mujeres fueron específicamente: la sumisión, la abnegación, el sacrificio, la negación de su cuerpo y la negación de todo deseo posible y, siempre, como la eterna esclava o asistente del hombre. Cuántas historias nos hablan de estos sacrificios a través de los siglos…

En Grecia, muchos siglos a.C., surgieron nuevas preguntas acerca de lo bueno y lo malo, sobre la vida y la muerte, desarrollando una nueva visión de la ética. Etica, que viene del griego “ethos”, significa guarida. ¿Guarida? Es la guarida de este animal que vamos formando dentro de nuestro propio cuerpo, dentro de nuestra mente para fortalecer nuestra fuente de vigor. Por eso la ética es en realidad, el refugio de la animalidad. Los seres humanos tenemos la obligación de construir nuestro propio “ethos”. Lo bueno es que el “ethos” es algo que se aprende. Es decir, ahora depende de los seres humanos si queremos tener atrofiada o dirigirla a nuestra capacidad de felicidad. Por eso es necesario se hable, hoy más que nunca, sobre las fuentes de sufrimiento en las pérdidas de las mujeres, porque las mujeres son las formadoras que dan vida también, a hombres. Las mujeres tienen que aprender amarse y es necesario que la sociedad en que viven las deje apropiarse de sus cuerpos. Las mujeres tienen la obligación de aprender a ser felices para enseñar a otros a serlo también; muchas lo han logrado y hay hombres que también han hecho muchas cosas por una mujer.

Nada más terrible que el diálogo con uno mismo y ese diálogo tiene que partir desde las premisas que surgieron en la Historia, desde aquellos primeros chamanes. Platón llegó a decir que el cuerpo era la tumba del alma cuando el cuerpo debe de ser el símbolo de lo sagrado, convertido en el símbolo de la religión. ¿Cómo hacerlo? De la misma manera que se han aprendido a través del tiempo, pero de manera contraria. Antiguamente nos enseñaron la penitencia, la competencia, quien era más buena, más callada, más trabajadora, más tonta… porque buena y tonta se dan la mano. Ahora las mujeres tienen que ser educadas para desarrollar la astucia, aprender a develar lo oculto, descubrir los intereses de poder que se los venden como lo bueno y lo malo y, a partir de eso, tendrían la obligación de desarrollar su fuerza a través de su poder interno, de su temperamento, de su animalidad que existe como regalo natural. Hasta ahora, las mujeres habían luchado en contra de sí mismas, gestando un individualismo a través de un diálogo directo con Dios. ¿No es acaso la humanidad la obra magnífica de Dios?

Por eso es que el sistema patriarcal, todavía seguido por muchas mujeres, tiembla, enfurece, y arremete en contra de ellas, exterminándolas en muchas partes del mundo, porque ellas han puesto el dedo en la llaga, “deconstruyendo” lo hasta ahora construido, lo que se pensaba que era un sentido común y se derrumba “la vida cotidiana” . El feminismo, en todas sus manifestaciones, está tocando estas fibras de manera profunda y reconstruye los objetivos de la mujer en este planeta, poniendo a la política tradicional en una gran crisis. La pregunta es: Por qué tener que vivir dentro de un solo patrón, único, en donde las mujeres son reproductoras y fuerza de trabajo, cuando en verdad lo que se necesita en este mundo son mujeres reproductoras de ideas, creadoras de vida que le enseñen a sus hijos, (las que así deseen experimentar la maternidad), a ser libres y felices mediante la creación y el amor. ¿Hay acaso una espiritualidad más profunda que el amor de una madre hacia sus hijas e hijos?

Se ha hablado hasta el cansancio que las mujeres quieren ser parte de su propio lenguaje y lo están modificando a pesar de todos los comentarios y las burlas que surgen en el camino. ¿Cómo no va a tener repercusión en la autoestima y en la consideración de los niños y niñas, si los niños se ven siempre nombrados y las niñas casi nunca? Eso crea una sobre identidad linguística en los niños que les hace sentirse capaces de cualquier cosa y en las niñas, una sub identidad. “La lengua cambia porque está viva, no es un hecho biológico, no es algo natural, es algo añadido. La lengua no es solo el reflejo de la realidad: la crea, la ilumina, la obscurece o la maquilla. Según como utilicemos la lengua, se nombra o no se nombra. Si no cambia la lengua, no va a cambiar la realidad en que vivimos, es una adquisición cultural, modificable con la voluntad de las personas, evidentemente. La voluntad es el valor de la potencialidad humana.

NI siguiera en Suiza, un país considerado “primer mundo” y con alta educación, existe la igualdad y digamos que tampoco la buena voluntad en otros sentidos. De ahí que las mujeres hicieron su segunda huelga feminista este pasado mes de junio de este año 2019. "Estoy cansada de intentar hacerme escuchar y tener un lugar para los señores, que solo tienen que abrir la boca y a veces ni eso, mientras que nosotras vamos detrás. Todavía hay muchos trabajos que se consideran femeninos que no son reconocidos como deberían,muchos techos de cristal, aún hay muchas diferencias salariales", asegura una profesora que entrevistaron, mientras la Torre de Lausana se iluminaba de color morado, que es el color del movimiento, sin hablar, en esta ocasión, de los grandes movimientos feministas en Argentina, México y otras partes del mundo.

Las mujeres tienen que hacer a un lado la comunicación social que les dicta los patrones de comportamiento que no corresponden a la vida real. Lo único que las puede salvar, es la ética, porque a través de la ética se aprende a pensar: dónde estamos, quiénes somos. Al liberarse de los prejuicios, las mujeres llegarán a la edad de la sabiduría, generando enseñanzas a otras mujeres. La educación para la vejez, será el renacimiento sin juicios ni prejuicios, en la plena libertad. Aprender otras formas de ser fuera del contexto de la culpa, fuera del juego del odio en donde unos culpan a los otros. Aprenderemos a actuar para la construcción de nuestras sociedades, aprenderemos también a dar y no a exigir solamente sin dar nada a cambio. Se acabaron los mandatos grupales. Que no haya ejércitos de seres iguales para que puedan ser manipulados. Decía aquel pensador universal Krishna Murti, nacido en la India, aquel hombre que alegaba no tener nacionalidad, ni pertenecer a ninguna religión, clase social o pensamiento filosófico: si hubiera claridad en ustedes, no se acercarían a ningún “gurú”. Es evidente que si fueran profundamente felices, si no hubiera problemas, si comprendieran la vida completamente, no recurrirían a ningún gurú.

Las Mujeres tendrán que aprender a hacer de ser sus opiniones: decisiones. Inaugurarán nuevas formas de vida encaminadas a un mundo mejor, sin culpas, sin juicios ni prejuicios. No existirá el error, lo que no se pueda hacer es porque no se dan las condiciones para lograrlo. Estás serán las formas de entender la vida para que pueda ser superada de otra manera. Las mujeres son poder en acción y deben aprender a usar ese poder. Hacer un dinamo de ellas mismas, teniendo fé en su mente y en su cuerpo. ¡Cuestión de tiempo!

Esa, es la verdadera raíz del amor.

Aquí unas frases escritas a través del tiempo que nos demuestran el sometimiento que permea hasta nuestros días. Por eso dice la maestra Torres. “La Historia todavía no ha sido escrita, porque no ha sido escrita de la mano de una Mujer”

-Cuando una mujer tenga una conducta desordenada y deje de cumplir sus obligaciones del hogar, el esposo puede someterla a esclavitud. Este servicio puede, incluso, ser ejercitado en el hogar de un acreedor de su esposo y, durante el periodo en que dura, es lícito para él contraer un nuevo matrimonio. Código de Hammurabi (constitución nacional de Babilonia, otorgada por el rey Hammurabi, siglo XVII aC).

-Quien confía en una mujer confía en un ladrón. Hesíodo, poeta griego, siglo VII aC.

-La mujer debe venerar al hombre como a un dios. Cada mañana, por nueve veces consecutivas, debe de arrodillarse a los pies del esposo, y de brazos cruzados, preguntarle: ‘Señor, ¿qué deseáis que haga?’” Zaratustra, filósofo persa, siglo V aC.

-La naturaleza sólo hace mujeres cuando no puede hacer hombres. La mujer no es más que un hombre incompleto. Una especie de error de la naturaleza; la hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades.Aristóteles, filósofo griego y preceptor de Alejandro Magno, siglo IV aC.

-Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos como al Señor, pues el marido es el jefe de la mujer, como Cristo es el jefe de la Iglesia, cuyo cuerpo ha salvado, y como la Iglesia es sumisa a Cristo, así, las mujeres deben someterse en todo a sus maridos. San Pablo, apóstol del cristianismo, siglo I.

Luego de la intervención de Linda Ghisoni, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, que fue la primera mujer en hablar en esta reunión de jerarcas de la Iglesia, el papa sostuvo que "invitar a hablar a una mujer no es entrar en la modalidad de un feminismo eclesiástico, porque a fin de cuentas todo feminismo termina siendo un machismo con faldas".No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios".

Lo de hoy, es hablar del patriarcado. Se han hecho miles de ensayos en el mundo acerca de este tema, porque es un tema que atañe al mundo entero, por igual. Comencemos por saber dé donde se deriva esta palabra: Sustantivo masculino de origen latín “pater”-padre, empleado en las ciencias sociales, particularmente en la antropología, la sociología y los estudios feministas. Hoy día se le considera a este sistema, la forma institucional del dominio que ha prevalecido sobre las mujeres y sobre la sociedad en general.

El sistema patriarcal, siempre agarrado de la mano de la misoginia, se dice que hizo su primera aparición en la época Medieval; hay quienes aseguran que apareció por primera vez en las páginas del Antiguo Testamento y hay quienes dicen que apareció desde los primeros signos de las civilizaciones.

Esta última, es la teoría de la filósofa mexicana Carmen Torres Monroy. La maestra nos dice que los seres humanos somos palabra, somos ideas que han formado nuestras mentes a través de los siglos. Esto es vital comprenderlo para darnos cuenta cómo este universo de ideologías han conformado las mentes de nuestros pueblos desde los primeros tiempos. Las palabras van formando nuestra interioridad, que son, a su vez, nuestra conciencia y nos hacen ser lo que somos. Desde este punto de vista podemos entrar al universo de las ideologías. Estas ideologías son las que necesitan ser cambiadas para buscar la felicidad, porque se puede ser bueno solo si se es feliz y se está satisfecho. Basta de este mundo de muerte, de miedos y de sufrimiento, totalmente contrario a la creatividad humana. Hay que dejar atrás las creaciones de dolor para suplirlas por las creaciones de placer.

Una de las fuentes del sufrimiento es precisamente la misoginia, que significa el odio a la mujer. Lo más terrible es saber que las mujeres han usado esta misma misoginia en contra de ellas mismas a través de los siglos, porque es lo que ellas han aprendido y después, defendido, a ultranza, reproduciendo el sistema patriarcal que las mantiene solas, sumisas y obedientes. Eso viene desde el origen de la cultura, que es lo más sorprendente.

La maestra Torres nos dice que, las formas ideológicas que lograron los primeros grupos totémicos, fueron hechas por unos chamanes o sacerdotes que decían haber escuchado “la palabra divina”. Desde aquellos grupos se inauguró “la verdad”, y de ahí se desprendieron las formas religiosas que, con la continuidad de los rituales, fueron generando los valores y las morales. Con los valores se inventó que la sexualidad era lo más despreciable y así transcurrieron las ideologías que crecieron en el grupo terráqueo sobreviniendo la sociedad de la muerte. El deseo quedó abolido, se prohibió desear cuando los seres humanos somos deseo permanente. De esta manera, el animal sexual fue encarcelado en la rejas de la moral y de la costumbre. Esta fue la forma más determinante de la castración humana. De ahí vienen todas las deficiencias, los traumas y los excesos del pasado y que vemos en la actualidad en el comercio sexual, en la imposibilidad de alcanzar el placer en la sexualidad, a tal grado que es una de las muchas fuentes de los femenicidios, de la pederastia y de todas las perversiones que de esto deriven. Esta es nuestra herencia animal y esa “animalidad” no fue destruida, sino malversada; la formaron en contra de los seres humanos por medio de la noción de la culpa; llegó a tanto la forma del pensamiento ideológico religioso que bastaba con solo pensar en ello para caer en el pecado y del pecado, a la culpabilidad. Esta culpa, mil veces milenaria es la que ha acompañado a su gemelo: el miedo.

Un filósofo post moderno dice que somos la máquina “deseante” y esto no aplica nada más para los jóvenes, sino en todas las etapas de la vida, tomando diferentes formas de expresión. Sigmund Freud decía que la posibilidad de hacer vida, es a través de la libido. Carl Gustav Jung, por otro lado, nos dice que, el inconsciente, es la historia de la humanidad desde los tiempos inmemoriales.

Desde este pensamiento ideológico se pueden vivir los mandatos que primero fueron religiosos y después, se convirtieron en moral. Los mandatos para las mujeres fueron específicamente: la sumisión, la abnegación, el sacrificio, la negación de su cuerpo y la negación de todo deseo posible y, siempre, como la eterna esclava o asistente del hombre. Cuántas historias nos hablan de estos sacrificios a través de los siglos…

En Grecia, muchos siglos a.C., surgieron nuevas preguntas acerca de lo bueno y lo malo, sobre la vida y la muerte, desarrollando una nueva visión de la ética. Etica, que viene del griego “ethos”, significa guarida. ¿Guarida? Es la guarida de este animal que vamos formando dentro de nuestro propio cuerpo, dentro de nuestra mente para fortalecer nuestra fuente de vigor. Por eso la ética es en realidad, el refugio de la animalidad. Los seres humanos tenemos la obligación de construir nuestro propio “ethos”. Lo bueno es que el “ethos” es algo que se aprende. Es decir, ahora depende de los seres humanos si queremos tener atrofiada o dirigirla a nuestra capacidad de felicidad. Por eso es necesario se hable, hoy más que nunca, sobre las fuentes de sufrimiento en las pérdidas de las mujeres, porque las mujeres son las formadoras que dan vida también, a hombres. Las mujeres tienen que aprender amarse y es necesario que la sociedad en que viven las deje apropiarse de sus cuerpos. Las mujeres tienen la obligación de aprender a ser felices para enseñar a otros a serlo también; muchas lo han logrado y hay hombres que también han hecho muchas cosas por una mujer.

Nada más terrible que el diálogo con uno mismo y ese diálogo tiene que partir desde las premisas que surgieron en la Historia, desde aquellos primeros chamanes. Platón llegó a decir que el cuerpo era la tumba del alma cuando el cuerpo debe de ser el símbolo de lo sagrado, convertido en el símbolo de la religión. ¿Cómo hacerlo? De la misma manera que se han aprendido a través del tiempo, pero de manera contraria. Antiguamente nos enseñaron la penitencia, la competencia, quien era más buena, más callada, más trabajadora, más tonta… porque buena y tonta se dan la mano. Ahora las mujeres tienen que ser educadas para desarrollar la astucia, aprender a develar lo oculto, descubrir los intereses de poder que se los venden como lo bueno y lo malo y, a partir de eso, tendrían la obligación de desarrollar su fuerza a través de su poder interno, de su temperamento, de su animalidad que existe como regalo natural. Hasta ahora, las mujeres habían luchado en contra de sí mismas, gestando un individualismo a través de un diálogo directo con Dios. ¿No es acaso la humanidad la obra magnífica de Dios?

Por eso es que el sistema patriarcal, todavía seguido por muchas mujeres, tiembla, enfurece, y arremete en contra de ellas, exterminándolas en muchas partes del mundo, porque ellas han puesto el dedo en la llaga, “deconstruyendo” lo hasta ahora construido, lo que se pensaba que era un sentido común y se derrumba “la vida cotidiana” . El feminismo, en todas sus manifestaciones, está tocando estas fibras de manera profunda y reconstruye los objetivos de la mujer en este planeta, poniendo a la política tradicional en una gran crisis. La pregunta es: Por qué tener que vivir dentro de un solo patrón, único, en donde las mujeres son reproductoras y fuerza de trabajo, cuando en verdad lo que se necesita en este mundo son mujeres reproductoras de ideas, creadoras de vida que le enseñen a sus hijos, (las que así deseen experimentar la maternidad), a ser libres y felices mediante la creación y el amor. ¿Hay acaso una espiritualidad más profunda que el amor de una madre hacia sus hijas e hijos?

Se ha hablado hasta el cansancio que las mujeres quieren ser parte de su propio lenguaje y lo están modificando a pesar de todos los comentarios y las burlas que surgen en el camino. ¿Cómo no va a tener repercusión en la autoestima y en la consideración de los niños y niñas, si los niños se ven siempre nombrados y las niñas casi nunca? Eso crea una sobre identidad linguística en los niños que les hace sentirse capaces de cualquier cosa y en las niñas, una sub identidad. “La lengua cambia porque está viva, no es un hecho biológico, no es algo natural, es algo añadido. La lengua no es solo el reflejo de la realidad: la crea, la ilumina, la obscurece o la maquilla. Según como utilicemos la lengua, se nombra o no se nombra. Si no cambia la lengua, no va a cambiar la realidad en que vivimos, es una adquisición cultural, modificable con la voluntad de las personas, evidentemente. La voluntad es el valor de la potencialidad humana.

NI siguiera en Suiza, un país considerado “primer mundo” y con alta educación, existe la igualdad y digamos que tampoco la buena voluntad en otros sentidos. De ahí que las mujeres hicieron su segunda huelga feminista este pasado mes de junio de este año 2019. "Estoy cansada de intentar hacerme escuchar y tener un lugar para los señores, que solo tienen que abrir la boca y a veces ni eso, mientras que nosotras vamos detrás. Todavía hay muchos trabajos que se consideran femeninos que no son reconocidos como deberían,muchos techos de cristal, aún hay muchas diferencias salariales", asegura una profesora que entrevistaron, mientras la Torre de Lausana se iluminaba de color morado, que es el color del movimiento, sin hablar, en esta ocasión, de los grandes movimientos feministas en Argentina, México y otras partes del mundo.

Las mujeres tienen que hacer a un lado la comunicación social que les dicta los patrones de comportamiento que no corresponden a la vida real. Lo único que las puede salvar, es la ética, porque a través de la ética se aprende a pensar: dónde estamos, quiénes somos. Al liberarse de los prejuicios, las mujeres llegarán a la edad de la sabiduría, generando enseñanzas a otras mujeres. La educación para la vejez, será el renacimiento sin juicios ni prejuicios, en la plena libertad. Aprender otras formas de ser fuera del contexto de la culpa, fuera del juego del odio en donde unos culpan a los otros. Aprenderemos a actuar para la construcción de nuestras sociedades, aprenderemos también a dar y no a exigir solamente sin dar nada a cambio. Se acabaron los mandatos grupales. Que no haya ejércitos de seres iguales para que puedan ser manipulados. Decía aquel pensador universal Krishna Murti, nacido en la India, aquel hombre que alegaba no tener nacionalidad, ni pertenecer a ninguna religión, clase social o pensamiento filosófico: si hubiera claridad en ustedes, no se acercarían a ningún “gurú”. Es evidente que si fueran profundamente felices, si no hubiera problemas, si comprendieran la vida completamente, no recurrirían a ningún gurú.

Las Mujeres tendrán que aprender a hacer de ser sus opiniones: decisiones. Inaugurarán nuevas formas de vida encaminadas a un mundo mejor, sin culpas, sin juicios ni prejuicios. No existirá el error, lo que no se pueda hacer es porque no se dan las condiciones para lograrlo. Estás serán las formas de entender la vida para que pueda ser superada de otra manera. Las mujeres son poder en acción y deben aprender a usar ese poder. Hacer un dinamo de ellas mismas, teniendo fé en su mente y en su cuerpo. ¡Cuestión de tiempo!

Esa, es la verdadera raíz del amor.

Aquí unas frases escritas a través del tiempo que nos demuestran el sometimiento que permea hasta nuestros días. Por eso dice la maestra Torres. “La Historia todavía no ha sido escrita, porque no ha sido escrita de la mano de una Mujer”

-Cuando una mujer tenga una conducta desordenada y deje de cumplir sus obligaciones del hogar, el esposo puede someterla a esclavitud. Este servicio puede, incluso, ser ejercitado en el hogar de un acreedor de su esposo y, durante el periodo en que dura, es lícito para él contraer un nuevo matrimonio. Código de Hammurabi (constitución nacional de Babilonia, otorgada por el rey Hammurabi, siglo XVII aC).

-Quien confía en una mujer confía en un ladrón. Hesíodo, poeta griego, siglo VII aC.

-La mujer debe venerar al hombre como a un dios. Cada mañana, por nueve veces consecutivas, debe de arrodillarse a los pies del esposo, y de brazos cruzados, preguntarle: ‘Señor, ¿qué deseáis que haga?’” Zaratustra, filósofo persa, siglo V aC.

-La naturaleza sólo hace mujeres cuando no puede hacer hombres. La mujer no es más que un hombre incompleto. Una especie de error de la naturaleza; la hembra es hembra en virtud de cierta falta de cualidades.Aristóteles, filósofo griego y preceptor de Alejandro Magno, siglo IV aC.

-Mujeres, sed sumisas a vuestros maridos como al Señor, pues el marido es el jefe de la mujer, como Cristo es el jefe de la Iglesia, cuyo cuerpo ha salvado, y como la Iglesia es sumisa a Cristo, así, las mujeres deben someterse en todo a sus maridos. San Pablo, apóstol del cristianismo, siglo I.

Luego de la intervención de Linda Ghisoni, subsecretaria del Dicasterio para los Laicos, Familia y Vida, que fue la primera mujer en hablar en esta reunión de jerarcas de la Iglesia, el papa sostuvo que "invitar a hablar a una mujer no es entrar en la modalidad de un feminismo eclesiástico, porque a fin de cuentas todo feminismo termina siendo un machismo con faldas".No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios".

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