Antaño, a esta hora, las bibliotecas rebosaban de niños silenciosos que acudían en busca de respuestas. Antes de la llegada de los smartphones, las bibliotecas las tenían todas y las bibliotecarias, mujeres siempre respetables, guiaban a los estudiantes en su búsqueda. Hoy, a esta hora, no hay ningún lector, pero sí una joven, estudiante de universidad, que eligió sentarse al fondo para conectarse a internet desde su computadora y hacer su tarea. El silencio es casi absoluto.
"En parte es por los padres", dice Norma, una de las encargadas de la biblioteca Sitio de Cuautla. Enfrente de la parroquia de Gualupita, fundada en 1973, esta fue la primera biblioteca pública municipal. Durante los ochentas, los niños de toda la región venían aquí a hacer sus tareas, pedir y devolver libros, convivir con otros niños y hacer amigos.
"Ir a la biblioteca no era un pasatiempo, como ahora, sino que era parte del proceso de aprendizaje que llevábamos en la escuela", recuerda Alfredo Martínez, de 41 años, quien viajaba desde Yecapixtla a Cuautla al menos una vez a la semana para consultar los libros que sus padres no podían comprarle. Eran los ochentas.
Bibliotecarias no quieren quedarse atrás
Durante la pandemia, las cinco bibliotecas municipales de Cuautla permanecieron cerradas. Cuando reabrieron, en 2022, las cosas habían cambiado: los estudiantes y maestros habían encontrado la forma de resolver todo a distancia, prácticamente sin material impreso, mientras que los escritorios de las bibliotecarias conservaban las máquinas de escribir de siempre.
"La era digital socavó el uso de la biblioteca, de los libros: ya todos leemos en el teléfono y eso ha hecho que se tenga poco uso de los libros, pero definitivamente las bibliotecas pueden resurgir", dice Teresa Meneses, responsable del Departamento de Patrimonio Cultural y Bibliotecas de Cuautla.
Desde la biblioteca Abraham Rivera, la más grande de la región, Meneses considera que, si bien los hábitos han cambiado, la aplicación de las estrategias correctas puede lograr que las nuevas generaciones regresen a las bibliotecas públicas.
"Nos estamos preparando para recibir el software de Prometeo V, referente a la digitalización del catálogo de las bibliotecas, y queremos hacer el plan piloto aquí. Ya tenemos el equipo de cómputo en orden, equipado, y nada más estamos esperando el enlace técnico con la Dirección General de Bibliotecas para su instalación", explica.
Pasado el mediodía, tampoco hay lectores aquí
En los últimos meses, el ayuntamiento se dio a la tarea de capacitar a las bibliotecarias primero en computación y, posteriormente, en el uso de Prometeo V, de manera que las trabajadoras municipales estén a la altura de todo lo que demandan las nuevas generaciones de estudiantes.
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