Hay personas que parecería una las conoce de toda la vida. Este es mi caso con Ana Clavel, aunque ella no lo sabe, todavía. Yo la conozco de siempre por su parecido físico con amigas que conocí a través de los años; por el tono de su voz, por su cabello, por su sonrisa o cuando mira hacia el techo antes de dar una respuesta. Ella luce espléndida en el auditorio de la Librería Rosario Castellanos de FCE a punto de presentar su libro “El amor es hambre” (Alfaguara 2915) con una propuesta de formato multimedia de narrativa, fotografía y video que por cierto, este libro dió origen al proyecto transliterario En todo corazón habita un bosque / Enramadas de El amor es hambre en exhibición en el Centro Cultural Tijuana de mayo a agosto de 2017 y disponible en la página web de la autora.
Paradójicamente, en medio de un bosque bajo una lluvia torrencial, terminé de leer el libro que compré en la presentación del mismo. Ahí conocí a la autora personalmente, nos saludamos y platicamos horas interminables de nuestras inquietudes y pensamientos / No, en realidad no fue así. Solamente lo firmó. Todo eso me lo imaginé mientras escuchaba desde mi butaca sus palabras escondidas en lo recóndito de su mente que resbalaban por su ensortijada cabellera y su corazón palpitante. Es un libro igual a ningúno otro que yo haya leído acerca de recetas culinarias o algún cuento de hadas. Dentro de sus páginas pude navegar en lo profundo de las pulsiones humanas, sin cubiertas, sin tapujos, sin moralinas innecesarias, donde abunda sólo el placer y el deseo. Mucho tiempo después, entonces sí le pregunté. ¿Por qué escribir de erotismo? A lo cual ella me contestó con singular amabilidad:
“Mi preocupación nunca ha sido de índole erótica, sino en torno a una poética de los deseos. Si bien el lenguaje nos confiere nuestra condición de homo sapiens, la capacidad de desear constituye un elemento fundacional porque, gracias a ella, dejamos de ser lo que somos para convertirnos en algo más. Siempre estamos sedientos de incorporar algo que nos permita alcanzar la plenitud y eso es lo que nos mantiene en movimiento a nivel existencial. De hecho, la rueda de las encarnaciones y reencarnaciones, y todo el asunto del karma en las disciplinas orientales, opera gracias al deseo. A mí la escritura sólo me ha conferido dones, me abrió universos y eso ha sido una bendición. Le ha dado sentido a la existencia y lejos de pensar en alguna renuncia, me ha hecho afianzarme en el terreno de la elección y la libertad íntima y personal, máxime en los terrenos de transgresión en que se maneja mi escritura”
Para Ana Clavel, la literatura es una suerte de espejo negro en el que se revelan cosas inusitadas y que no suponíamos estaban allí. Paul Valéry, el poeta francés –nos cuenta Ana –dijo algo que arroja luces sobre el tema: “es lo que llevo de desconocido en mí, lo que me hace ser yo”. Ella opina que es justamente la literatura la que ilumina esas zonas desconocidas que no sabíamos que nos habitan y son tal vez esos espacios ignorados los que realmente nos definen; que a la literatura le corresponde un papel valiosísimo en la conformación de seres humanos más íntegros, más completos y ¿por qué no?, más gozosos en un sentido nietzscheano, es decir, en esta suerte de plenitud de lo humano que se vincula con apropiarse de la dimensión terrenal y sagrada y tal vez de una manera no tan consciente, lo ha venido indagando de una novela a otra.
Ana no concibe la existencia sin la escritura, (como todos los que se jactan de ser escritores), aun cuando no escribe, aun en los periodos de silencio y condensación. Por eso dice que siempre está escribiendo aunque no se siente a escribir. Que la vida es entonces un laboratorio donde experimentar y exprimir posibilidades que habrán –o no—de transformarse en escritura. Que la escritura es como elección, como fatalidad, como destino, como ejercicio de libertad, como el único medio para sortear las mareas de la inefable y caótica realidad.
Cautivadoras frases de algunos de sus libros, por ejemplo:
El amor es hambre: “En un mundo de pasiones mezquinas, no han sido pocos los que se han sentido cautivados por una cocina que reivindica nuestra dimensión de animales ambrientos más allá de hipocresías y buena voluntad y falsos puritanismos. / Está probado que que cada cosa de este bajo mundo quiere ser servida, cogida y comida en su punto.
Amor y otros suicidios: La súplica de Manuel, en cambio, tiene ojos delirantes y va acompañada de esas caricias suyas que aprisionan e incendian mi pubis por encima del vestido.
Las ninfas a veces sonríen: Se sorprendía de que siendo una simple ninfeta tuviera tal poder con las palabras. Lo miré desde el remolino de mis aguas mansas. No lo sabía él, pero yo era una diosa arcaica. Bastaba que escribiera “luz” para que el mundo se deshiciera en paraísos trémulos e inexplorados.
Ana Clavel nació en Ciudad de México, 1961. Maestra en letras latinoamericanas por la UNAM. Es autora de los libros de cuentos: Fuera de escena (1984), Amorosos de atar (1992), Paraísos trémulos (Alfaguara 2002), del volumen de cuentos reunidos Amor y otros suicidios (2012) y del libro de minificciones CorazoNadas (2014).
Premio Nacional de Cuento “Gilberto Owen” 1991. Medalla de Plata 2004 de la Société Académique “Arts-Sciences-Lettres” de Francia. Sus novelas Los deseos y su sombra (Alfaguara 2000) y Cuerpo náufrago (Alfaguara 2005) se han traducido al inglés, y El dibujante de sombras (Alfaguara 2009), al francés. Las Violetas son flores del deseo (Alfaguara 2007, traducida al francés y al árabe) obtuvo el Premio de Novela Corta Juan Rulfo 2005 de Radio Francia Internacional.
Sus libros han dado origen a proyectos multimedia que conjuntan video, fotografía, instalación, intervención artística, performance y pueden consultarse en: www.anaclavel.com.
La prestigiada editorial Legenda Books de Reino Unido publicó el libro de Jane Lavery: The Art of Ana Clavel. Ghosts, Urinals, Dolls, Shadows, and Outlaw Desires (Oxford, 2015). En este libro apuntan que Ana Clavel es una notable escritora mexicana contemporánea cuya obra literaria y multimedia está marcada por su carácter transgresor y su rareza. Lo que sobrepasa los límites convencionalmente determinados o lo queer se manifiesta en la manera en que la autora perturba las concepciones de lo normal, no sólo representando sexualidades "proscritas" y deseos "oscuros", sino también incorporando a sus mundos ficticios y multimedia lo que está en contradicción con la normalidad, tal como se manifiesta en la presencia de lo fantástico, las sombras, los fantasmas, los fantasmas, las muñecas, los golems e incluso los orinales. Que la trayectoria literaria de Clavel sigue un camino extraño en el sentido de que ha pasado de modos singulares de expresión creativa en forma de escritura literaria, un medio impreso tradicional, a otras formas no literarias. Algunas de las obras de Clavel han formado la base de proyectos multimedia más amplios que incluyen la colaboración con varios artistas, fotógrafos, intérpretes y expertos en TI. Sus obras abarcan una amplia gama de formas híbridas que incluyen lo audiovisual, la tecnología habilitada para Internet, la instalación de arte, la performance (vídeo) y la fotografía. Al destacar la heterogeneidad de los temas narrativos, las técnicas y la dimensión multimedia de la obra de Clavel, el objetivo de esta monografía es atestiguar su particular contribución a las letras hispánicas, que podría decirse que es tan significativa como la de las escritoras hispanas más establecidas del boom femenino de los Estados Unidos.
Por otro lado, Ana es autora del libro de ensayos A la sombra de los deseos en flor. Ensayos sobre la fuerza metamórfica del deseo (2008). Con Las ninfas a veces sonríen (Alfaguara 2013, traducida al francés en 2015) obtuvo el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska 2013, que en otras emisiones fue otorgado a escritores como Hernán Lara Zavala, Mónica Lavín, Almudena Grandes, Álvaro Enrigue y Antonio Muñoz Molina.
En 2017 la editorial Alfaguara publicó su libro de ensayo Territorio Lolita, un estudio sobre el arquetipo y el estereotipo de la nínfula en la literatura, las artes y la cultura de nuestros días. Su novela más reciente es Breve tratado del corazón (Alfaguara 2019). Es miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte del FONCA.
Todo un tratado para abrir boca en el mundo de la sexualidad tan inhumanamente escondido.