El Instituto Potosino de Investigación Científica yTecnológica (Ipicyt) se encuentra coordinando un clúster dedicadoa la investigación y desarrollo de bioturbosina para su uso en laindustria de la aviación. Esto, en el marco de la convocatoriaSener-Conacyt sobre Bioenergéticos y apoyado por el FondoSectorial de Sustentabilidad Energética.
Además del Ipicyt, el clúster cuenta con laparticipación de siete centros de investigación del SistemaConacyt y del Instituto Mexicano del Petróleo (IMP), además dedos centros de investigación extranjeros y dos empresas.
Adicionalmente, el proyecto ha resultado de interéspara Boeing, Aeroméxico, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA),Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca yAlimentación (Sagarpa), Secretaría de Medio Ambiente y RecursosNaturales (Semarnat), la Comisión Reguladora de Energía (CRE),entre otras dependencias gubernamentales.
La bioturbosina es un combustible para aeronaves que,a diferencia del combustible tradicional para aviones obtenido delpetróleo, es producido a partir de recursos naturales comoplantas.
Este clúster cuenta con cuatro ejes de acción: laidentificación de la biomasa adecuada, identificación del tipo detransformación más apropiado para la biomasa, el análisis delciclo de vida y sustentabilidad, y la comercialización delcombustible.
◗ Materia prima Para la obtención de labioturbosina no se puede recurrir a plantas que estén destinadasal consumo humano. Por lo tanto, la materia prima debe ser un tipode planta que no sirva como alimento, además de ser cultivada enlugares diferentes, con el fin de no competir con la tierra.
“Hay regulaciones internacionales que aceptan queel combustible sea obtenida sòlo por cierto tipo de procesos y nopor otros, ya que en el mundo de la química hay una gran variedadde opciones, pero internacionalmente sólo se aceptan algunas deellas para llevar el aceite de la biomasa a bioturbosina”,señaló en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt el doctorDavid Ríos Jara, responsable técnico del proyecto en elIpicyt.
Además, se tiene que comprobar que todo el procesopara obtenerla es sustentable. En otras palabras, se debe generarmás energía de la que se consume en el proceso deproducción.
Actualmente se están considerando dos procesos parasu obtención; el primero es la transformación de aceitesproducidos por plantas; en el segundo, se utiliza la masa de laplanta para convertirla en azúcares, estos azúcarestransformarlos en alcoholes, y después transformarlos abioturbosina.
Una vez finalizado el periodo inicial de cuatro añosde estudios, se construirán dos plantas piloto con la capacidad deproducir 16 mil litros diarios de este combustible que serviránpara probar que los procesos funcionan y, una vez obtenidos losresultados, se buscará el apoyo de inversionistas privados parallegar a la comercialización del combustible.
◗ Ventajas “La ventaja que tiene es que reduce demanera importante las emisiones de CO2, considerando el procesototal, desde la obtención hasta la quema en las turbinas de losaviones. El balance total es una reducción importante de gases deefecto invernadero”, afirmó el miembro nivel III del SistemaNacional de Investigadores (SNI).
La Organización de Aviación Civil Internacional(OACI) tiene el compromiso de no incrementar las emisiones de CO2para el año 2020, así como reducir a la mitad las emisiones parael año 2050, por lo que la industria de la aviación civil estáconsiderando utilizar una mezcla de bioturbosina con turbosinafósil y, de esta forma, reducir sus emisiones contaminantes.
El investigador destacó que no existe inconvenientealguno al mezclar el combustible fósil con el biocombustible, yaque ambos son básicamente lo mismo, por lo cual, no es necesariocambiar piezas en los aviones para que puedan operar connormalidad.
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