/ miércoles 27 de noviembre de 2024

Vamos adelante / Caos en los partidos de la derecha

Xóchitl Gálvez, quien fuera candidata del PRIAN a la presidencia de la República en las recientes elecciones federales de junio, manifestó su intención de crear un nuevo partido político en 2025, por lo cual lanzó varias críticas –la mayoría fundadas—a los partidos que la postularon y sostuvieron durante su fallida aspiración presidencial.

En principio, reiteró la acusación que ya había lanzado durante el proceso electoral, en el sentido de que todo el manejo de los diversos asuntos de campaña se realizó en la cúpula de los prianistas. A ella no la permitieron ni poner una manta o lona en algún sitio. No le consultaban nada, ni la acompañaban en sus giras. Ellos manejaron a su antojo los recursos de campaña, tanto los que procedían del financiamiento público como de las aportaciones individuales de simpatizantes.

Por lo demás, aunque no es parte de su queja, el trato que recibió Xóchitl de los dirigentes del PRIANRD fue miserable. Su postulación fue muy sucia. El dirigente del PRI, “Alito” Moreno, obligó a Beatriz Paredes a renunciar a sus aspiraciones, para abrir paso a la senadora Gálvez. Una vez que la impusieron, los dirigentes prianistas la utilizaron, la ningunearon en el curso de la campaña. Marko Cortés la maltrató en público. Fue una campaña muy accidentada, llena de ocurrencias, y por lo mismo fue ampliamente superada por la competitiva, organizada y muy popular campaña de la candidata de la izquierda, Claudia Sheinbaum, hoy presidenta de la República.

A la exsenadora Gálvez, los dirigentes no solo le negaron recursos económicos, sino que tuvo que cargar con el desprestigio acumulado de los tres partidos de su coalición. Hoy la excandidata recuerda esos momentos y lanza feroces críticas contra ellos. En diversos programas de televisión, expresó que el PRIAN realizó una campaña “rara”, donde además de manejar los recursos tuvieron una conducta política por completo excluyente.

Afirmó que es necesario formar un nuevo partido político, pero renovado, porque hasta hoy los viejos partidos son exclusivos de “cuates”, en los cuales los dirigentes y sus allegados ocupan las principales candidaturas. Xóchitl Gálvez dijo que esos organismos deben abrirse a la sociedad, y solo reservarse el derecho de admisión en algunos casos, y puso de ejemplos los de Yunes o Murat.

Hay una situación muy interesante, porque ahora la argumentación de Xóchitl Gálvez tiene como sustento la crítica despiadada a los partidos que la postularon. Señaló, por ejemplo, que los prianistas no funcionaron durante la campaña electoral, y tan solo alcanzaron a cubrir el 40 por ciento de las casillas. Y eso habla muy mal de ellos, añadió.

Por consecuencia, en relación con las afirmaciones de Pedro Ferriz de Con, de que durante el proceso hubo “fraude cibernético” en favor de la izquierda, la excandidata Gálvez respondió que eso no es verdad, porque los partidos que la apoyaron ni siquiera tuvieron las actas en sus manos. Yo perdí, señaló tajante. La acusación de que no hice lo posible por defender “nuestra” victoria no es justa, porque los partidos no vigilaron las casillas. No se puede sostener la acusación de fraude, dijo, porque no tuvimos lo esencial, es decir, las actas en nuestras manos.

Acusó, por el contrario, que la izquierda realizó una “campaña de estado”, y que los recursos oficiales favorecieron a Claudia Sheinbaum. Sí hubo compra de votos, pero no lo podemos comprobar, señaló, porque los partidos fallaron en el papel insustituible que les correspondió.

Asimismo, expresó que la sociedad exige otro tipo de partidos, más abiertos a la militancia. Si el PAN sigue haciendo lo mismo, seguirá perdiendo seguidores. Los liderazgos actuales del PAN no son competitivos, añadió. Y por eso continuarán en su declive. Lo que se requiere, dijo, es que un nuevo partido realice de manera habitual “asambleas digitales” para que la dirección política se someta al escrutinio de los militantes, y dejen atrás los privilegios, como el hecho de que los líderes y sus allegados sean designados para ocupar las posiciones electorales “seguras”.

Carolina Rocha, comentarista de televisión, expresó que Xóchitl Gálvez no entendió las lecciones de la campaña electoral. Fue la candidata más perdedora de la historia electoral del PAN, solo comparable con el papel de Josefina Vázquez Mota, quien llevó al PAN --con su pobre campaña-- al tercer lugar, después de que el blanquiazul había ocupado la presidencia durante dos sexenios consecutivos.

Añadió que Xóchitl Gálvez nos habla hoy de hacer un partido de nuevo tipo, y que en sus filas directivas haya rostros nuevos, pero luego –agregó—mencionó su cercanía con el “Frente Cívico Nacional”. Aunque en este momento hay cierta distancia entre Xóchitl Gálvez y el FCN, es muy factible que terminen reunidos en una sola organización política, ya que ambas estructuras han trabajado bajo la guía de Claudio X González, “líder moral” de la derecha mexicana.

Por cierto, el “Frente Cívico Nacional”, es encabezado por Guadalupe Acosta Naranjo, de vieja prosapia perredista, quien nunca ha ganado una elección, pero que contribuyó en tiempo récord a que el viejo y glorioso partido neocardenista --el PRD-- perdiera su registro. “Los Chuchos”, grupo encabezado por Jesús Zambrano y Jesús Ortega, incluye también a Guadalupe Acosta Naranjo y otros miembros activos del FCN.

La presentación de Xóchitl Gálvez generó diversas reacciones de los partidos de la derecha. El Partido Acción Nacional (PAN) hoy presidido por Jorge Romero, declaró que “no son necesarios nuevos partidos”. El PAN –dijo Romero-- siempre reconocerá a Xóchitl Gálvez como la persona que fue su abanderada en las recientes elecciones, y que las puertas de su organización siempre estarán abiertas para recibirla. La exsenadora Gálvez no se ha pronunciado al respecto.

Marko Cortés, exdirigente del PAN, manifestó también que “no se necesitan nuevos partidos, porque es indispensable conservar la unidad de la oposición”, y que Xóchitl Gálvez podría ser legisladora por el blanquiazul en el siguiente periodo legislativo. Así lo ha sido –añadió- durante los gobiernos de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

Queda claro que la entrada en escena de la excandidata prianista está afectando los intereses de los partidos de la derecha, en particular del blanquiazul. La posición política de la nueva dirigencia panista está muy cuestionada. Su líder, Jorge Romero, tiene antecedentes como jefe del Cártel Inmobiliario, ya que fue jefe de la alcaldía Benito Juárez, en la Ciudad de México, donde surgió y tiene su sede la mencionada agrupación delictiva.