/ jueves 16 de noviembre de 2017

Primeros municipios indígenas en Morelos

Tuvieron que transcurrir 3 años y 2 legislaturas del Congreso del Estado para reconocer constitucionalmente los primeros municipios indígenas en Morelos: Xoxocotla, Tetelcingo, Hueyapan y Coatetelco.

Luego de un largo camino que inició formalmente en 2014, la semana pasada finalmente se aprobaron los primeros cuatro municipios indígenas. En aquel año, en el marco de la conmemoración del día internacional de los pueblos indígenas, el Gobierno del Estado anunciaba que presentaría la iniciativa para modificar la Constitución local, a fin de reconocer un procedimiento especial para su creación.

Si bien la iniciativa fue presentada en septiembre de ese mismo año, el proceso electoral de 2014-2015 detuvo su discusión. Fue hasta la actual legislatura que las comisiones dictaminadoras retomaron el dictamen y consiguen su aprobación unánime ante el Pleno del Congreso el 15 de junio de 2016.

Por tratarse de una reforma constitucional, el Congreso turnó a los cabildos municipales el dictamen para su análisis y aprobación; lo cual ocurrió dentro del plazo legal y finalmente, el Gobierno ordenó su publicación. Con esta reforma constitucional, Morelos se convirtió en el primer estado en reconocer un procedimiento institucionalizado para crear municipios indígenas.

Durante mucho tiempo los medios de comunicación confundieron la diferencia entre regular constitucionalmente un procedimiento especial de creación y la creación misma de municipios indígenas. Lo anterior quedó superado cuando en Xoxocotla, Tetelcingo, Hueyapan y Coatetelco iniciaron los trabajos para cumplir los requisitos y postularse ante Congreso local.

Lo que siguió después de esta reforma constitucional fueron meses de trabajo y diálogo en las comunidades y pueblos indígenas. Quienes han estado inmersos en estos temas pueden dar cuenta que la municipalización indígena ha sido un tema ampliamente discutido, dando tiempo y espacio para la opinión, las propuestas y el disenso.

La historia reciente de Morelos tiene un lugar especial para el actual Presidente de la Comisión de pueblos y comunidades indígenas, Javier Montes Rosales; así como para las distintas áreas del Gobierno del estado que fueron partícipes.

Las críticas a los municipios indígenas siempre terminan en un lugar común: las finanzas. Los agoreros del desastre discriminan a los indígenas señalando que no tienen la “capacidad” para administrar y que serán los próximos ejemplos del desastre y la corrupción.

Quienes piensan así, sólo demuestran que no conocen en lo más mínimo las costumbres indígenas y que a pesar de que pertenecemos a un estado con fuertes rasgos indígenas, muchos asocian lo indígena con su “folklore”.

Estoy convencido que los usos y costumbres de estos nuevos municipios indígenas terminarán demostrando que la actual forma de administración pública burocratizada es más ineficiente y caótica. A nivel nacional, existen muchísimos ejemplos de cómo los mecanismos de participación plena y efectiva (asambleas y sistemas de cargos) son mucho más transparentes y rinden mejores cuentas.

Al inicio, pensábamos que no serían los municipios 34, 35, 36 o 37 por mencionar los 4 constituidos; sino, los 33 más 4 municipios indígenas. Habrá quienes piensen que es un asunto aritmético que al final suma lo mismo, pero desde esta perspectiva, se reconoce la diferencia y su lugar especial en un Estado que se dice ser multicultural y plurilingüe.

Los primeros municipios indígenas en Morelos inician una nueva etapa. Las críticas son válidas, pero mejor pensemos como acompañar su desarrollo a la luz de la recientemente aprobada Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, y la normatividad indígena asociada.

Twitter/Facebook: @CzarArenas

Tuvieron que transcurrir 3 años y 2 legislaturas del Congreso del Estado para reconocer constitucionalmente los primeros municipios indígenas en Morelos: Xoxocotla, Tetelcingo, Hueyapan y Coatetelco.

Luego de un largo camino que inició formalmente en 2014, la semana pasada finalmente se aprobaron los primeros cuatro municipios indígenas. En aquel año, en el marco de la conmemoración del día internacional de los pueblos indígenas, el Gobierno del Estado anunciaba que presentaría la iniciativa para modificar la Constitución local, a fin de reconocer un procedimiento especial para su creación.

Si bien la iniciativa fue presentada en septiembre de ese mismo año, el proceso electoral de 2014-2015 detuvo su discusión. Fue hasta la actual legislatura que las comisiones dictaminadoras retomaron el dictamen y consiguen su aprobación unánime ante el Pleno del Congreso el 15 de junio de 2016.

Por tratarse de una reforma constitucional, el Congreso turnó a los cabildos municipales el dictamen para su análisis y aprobación; lo cual ocurrió dentro del plazo legal y finalmente, el Gobierno ordenó su publicación. Con esta reforma constitucional, Morelos se convirtió en el primer estado en reconocer un procedimiento institucionalizado para crear municipios indígenas.

Durante mucho tiempo los medios de comunicación confundieron la diferencia entre regular constitucionalmente un procedimiento especial de creación y la creación misma de municipios indígenas. Lo anterior quedó superado cuando en Xoxocotla, Tetelcingo, Hueyapan y Coatetelco iniciaron los trabajos para cumplir los requisitos y postularse ante Congreso local.

Lo que siguió después de esta reforma constitucional fueron meses de trabajo y diálogo en las comunidades y pueblos indígenas. Quienes han estado inmersos en estos temas pueden dar cuenta que la municipalización indígena ha sido un tema ampliamente discutido, dando tiempo y espacio para la opinión, las propuestas y el disenso.

La historia reciente de Morelos tiene un lugar especial para el actual Presidente de la Comisión de pueblos y comunidades indígenas, Javier Montes Rosales; así como para las distintas áreas del Gobierno del estado que fueron partícipes.

Las críticas a los municipios indígenas siempre terminan en un lugar común: las finanzas. Los agoreros del desastre discriminan a los indígenas señalando que no tienen la “capacidad” para administrar y que serán los próximos ejemplos del desastre y la corrupción.

Quienes piensan así, sólo demuestran que no conocen en lo más mínimo las costumbres indígenas y que a pesar de que pertenecemos a un estado con fuertes rasgos indígenas, muchos asocian lo indígena con su “folklore”.

Estoy convencido que los usos y costumbres de estos nuevos municipios indígenas terminarán demostrando que la actual forma de administración pública burocratizada es más ineficiente y caótica. A nivel nacional, existen muchísimos ejemplos de cómo los mecanismos de participación plena y efectiva (asambleas y sistemas de cargos) son mucho más transparentes y rinden mejores cuentas.

Al inicio, pensábamos que no serían los municipios 34, 35, 36 o 37 por mencionar los 4 constituidos; sino, los 33 más 4 municipios indígenas. Habrá quienes piensen que es un asunto aritmético que al final suma lo mismo, pero desde esta perspectiva, se reconoce la diferencia y su lugar especial en un Estado que se dice ser multicultural y plurilingüe.

Los primeros municipios indígenas en Morelos inician una nueva etapa. Las críticas son válidas, pero mejor pensemos como acompañar su desarrollo a la luz de la recientemente aprobada Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, y la normatividad indígena asociada.

Twitter/Facebook: @CzarArenas
ÚLTIMASCOLUMNAS