/ lunes 15 de julio de 2024

Las elecciones en Irán: dualidades de la política exterior

Por Mauricio D. Aceves

Dentro de la mitología persa, el Simurgh, representado, en ocasiones, como un ave con la capacidad de sanar a los más heroicos y otorgar sabiduría, contrasta con Azhi Dahaka, un dragón que personifica la oscuridad y la llegada de la noche. Estas figuras míticas simbolizan las dualidades del mundo, necesarias para encontrar el balance de una cosmogonía. Las narrativas políticas, especialmente aquellas ligadas a procesos electorales, usualmente se traducen en divergencias opuestas que permiten colisiones de ideas y posturas, que prestan representatividad y que repercuten en las percepción y legitimidad del gobierno. A pesar de la rotación de liderazgos, las narrativas no siempre logran cambios de ruta. Estas obras tienen dos actos: el de convencer mayorías y el de emprender una nueva administración.

Las elecciones anticipadas en Irán, convocadas dentro del período de 50 días de acuerdo con el mandato constitucional para seleccionar a un nuevo presidente, surgieron como consecuencia del accidente de helicóptero el 19 de mayo, en el que se registró el deceso del presidente Ebrahim Raisi y otros siete funcionarios, incluido el ministro de Relaciones Exteriores Hossein Amirabdollahian. Estas elecciones representaron una oportunidad para un cambio de narrativa y han sido un ejercicio para demostrar estabilidad después de la muerte de un presidente, la aparición de focos de descontento social, y de un panorama regional oscilante ante la volatilidad en el Líbano, Iraq, Israel, Palestina, Siria y Yemen.

Así, después de un primera ronda electoral, que contó con un mínimo de participación histórico — sólo el 40% de los más de 61 millones de iraníes elegibles emitieron su voto—, una segunda ronda fue el escenario en el que prevalecieron dos corrientes políticas contrapuestas del Irán contemporáneo: aquella alternativa moderada, que si bien encuentra ambigüedades para las implementaciones de reformas significativas para el balance de poderes, implica mayor apertura social y conciliación internacional; en contraste con las posturas que preservan los valores heredados de la Revolución Islámica de 1979.

El Dr. Pezeshkian, ex ministro de salud, respaldado por expresidentes centristas y otras figuras de tendencia reformista, sostuvo el discurso que promueve el diálogo entre Irán y Occidente, especialmente en negociaciones referentes al Acuerdo Nuclear del 2015, a fin de retirar las sanciones económicas que han sitiado la economía nacional; al interior, enfatizó la creación de proximidad entre el pueblo y el gobierno. Por su parte, el Sr. Jalili, defendió una postura dura sobre las negociaciones y declaró en los debates que buscaba vencer las sanciones a través del fortalecimiento de lazos económicos con otros países. Al final, el Dr. Pezeshkian, obtuvo la mayoría y encabezará la siguiente administración.

Por lo tanto, la segunda ronda celebrada el 5 de julio fue definida entre dos visiones de Irán, considerando, los múltiples retos del interior y de la esfera internacional. El principal problema interno estará relacionado con la economía. El Fondo Monetario Internacional ha comunicado la grave situación económica de Irán, con una inflación interna que se disparó al 35% y el desempleo al 9%; por su parte, entre los principales objetivos se encuentran mejorar las exportaciones, reducir la inflación y aumentar el empleo.

En la arena internacional, debido a los desacuerdos sustanciales entre Irán y los Estados Unidos sobre el programa nuclear, las tensiones entre Irán con Israel, las perspectivas de una mejora en las relaciones de Irán con Occidente son poco optimistas. Lo anterior, considerando un proceso electoral en Estados Unidos en noviembre, cuyos resultados repercutirán significativamente en la política exterior respecto a Irán. Omán será clave en materia de interlocución diplomática en este proceso. El enfoque diplomático de Irán se centrará en promover una mayor integración comercial dentro de la Organización de Cooperación de Shanghái o los BRICS, así como el reforzamiento de relaciones bilaterales con Rusia, India y China, entre otros países de la región, así como mantener el trazo de distención con los países del Golfo.

Ciertamente, las funciones del presidente encuentran limitaciones. Múltiples decisiones de Estado son decididas por el líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei. Por otro lado, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica permanecerá como el centro del poder militar dentro de la estructura de gobierno. Sin embargo, el presidente será responsable de establecer la agenda interna, elegir a los miembros del gabinete y ejercer cierta influencia en la política exterior. Las estaciones del año transitan permanentemente, pero todas son parte del mismo ciclo. Más allá de los resultados electorales y del significado pragmático, un mejor entendimiento del mundo será clave para el desarrollo de Irán, mientras que un mejor entendimiento de Irán significará mayor estabilidad para el mundo.

Mauricio D. Aceves es analista de seguridad en StratOp Risk Consulting. Especialista en asuntos migratorios y fronterizos, y autor de artículos sobre temas contemporáneos de Medio Oriente y el este de Europa. Pueden seguirlo en X como @DaanMaur

Por Mauricio D. Aceves

Dentro de la mitología persa, el Simurgh, representado, en ocasiones, como un ave con la capacidad de sanar a los más heroicos y otorgar sabiduría, contrasta con Azhi Dahaka, un dragón que personifica la oscuridad y la llegada de la noche. Estas figuras míticas simbolizan las dualidades del mundo, necesarias para encontrar el balance de una cosmogonía. Las narrativas políticas, especialmente aquellas ligadas a procesos electorales, usualmente se traducen en divergencias opuestas que permiten colisiones de ideas y posturas, que prestan representatividad y que repercuten en las percepción y legitimidad del gobierno. A pesar de la rotación de liderazgos, las narrativas no siempre logran cambios de ruta. Estas obras tienen dos actos: el de convencer mayorías y el de emprender una nueva administración.

Las elecciones anticipadas en Irán, convocadas dentro del período de 50 días de acuerdo con el mandato constitucional para seleccionar a un nuevo presidente, surgieron como consecuencia del accidente de helicóptero el 19 de mayo, en el que se registró el deceso del presidente Ebrahim Raisi y otros siete funcionarios, incluido el ministro de Relaciones Exteriores Hossein Amirabdollahian. Estas elecciones representaron una oportunidad para un cambio de narrativa y han sido un ejercicio para demostrar estabilidad después de la muerte de un presidente, la aparición de focos de descontento social, y de un panorama regional oscilante ante la volatilidad en el Líbano, Iraq, Israel, Palestina, Siria y Yemen.

Así, después de un primera ronda electoral, que contó con un mínimo de participación histórico — sólo el 40% de los más de 61 millones de iraníes elegibles emitieron su voto—, una segunda ronda fue el escenario en el que prevalecieron dos corrientes políticas contrapuestas del Irán contemporáneo: aquella alternativa moderada, que si bien encuentra ambigüedades para las implementaciones de reformas significativas para el balance de poderes, implica mayor apertura social y conciliación internacional; en contraste con las posturas que preservan los valores heredados de la Revolución Islámica de 1979.

El Dr. Pezeshkian, ex ministro de salud, respaldado por expresidentes centristas y otras figuras de tendencia reformista, sostuvo el discurso que promueve el diálogo entre Irán y Occidente, especialmente en negociaciones referentes al Acuerdo Nuclear del 2015, a fin de retirar las sanciones económicas que han sitiado la economía nacional; al interior, enfatizó la creación de proximidad entre el pueblo y el gobierno. Por su parte, el Sr. Jalili, defendió una postura dura sobre las negociaciones y declaró en los debates que buscaba vencer las sanciones a través del fortalecimiento de lazos económicos con otros países. Al final, el Dr. Pezeshkian, obtuvo la mayoría y encabezará la siguiente administración.

Por lo tanto, la segunda ronda celebrada el 5 de julio fue definida entre dos visiones de Irán, considerando, los múltiples retos del interior y de la esfera internacional. El principal problema interno estará relacionado con la economía. El Fondo Monetario Internacional ha comunicado la grave situación económica de Irán, con una inflación interna que se disparó al 35% y el desempleo al 9%; por su parte, entre los principales objetivos se encuentran mejorar las exportaciones, reducir la inflación y aumentar el empleo.

En la arena internacional, debido a los desacuerdos sustanciales entre Irán y los Estados Unidos sobre el programa nuclear, las tensiones entre Irán con Israel, las perspectivas de una mejora en las relaciones de Irán con Occidente son poco optimistas. Lo anterior, considerando un proceso electoral en Estados Unidos en noviembre, cuyos resultados repercutirán significativamente en la política exterior respecto a Irán. Omán será clave en materia de interlocución diplomática en este proceso. El enfoque diplomático de Irán se centrará en promover una mayor integración comercial dentro de la Organización de Cooperación de Shanghái o los BRICS, así como el reforzamiento de relaciones bilaterales con Rusia, India y China, entre otros países de la región, así como mantener el trazo de distención con los países del Golfo.

Ciertamente, las funciones del presidente encuentran limitaciones. Múltiples decisiones de Estado son decididas por el líder supremo, el ayatolá Ali Khamenei. Por otro lado, el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica permanecerá como el centro del poder militar dentro de la estructura de gobierno. Sin embargo, el presidente será responsable de establecer la agenda interna, elegir a los miembros del gabinete y ejercer cierta influencia en la política exterior. Las estaciones del año transitan permanentemente, pero todas son parte del mismo ciclo. Más allá de los resultados electorales y del significado pragmático, un mejor entendimiento del mundo será clave para el desarrollo de Irán, mientras que un mejor entendimiento de Irán significará mayor estabilidad para el mundo.

Mauricio D. Aceves es analista de seguridad en StratOp Risk Consulting. Especialista en asuntos migratorios y fronterizos, y autor de artículos sobre temas contemporáneos de Medio Oriente y el este de Europa. Pueden seguirlo en X como @DaanMaur